Resiliencia, capacidad para improvisar estratégicamente, flexibilidad, creatividad, disciplina, decisión y confianza en el futuro le han permitido a Pasteurizadora Táchira seguir adelante para orgullo de todos los que compartimos el gentilicio.
El Táchira es referencia de fortaleza, de poder, de disciplina, de orden. Decir Táchira es decir tierra de trabajo. En el nombre del Táchira se elevan insistentes voces y testimonios para reafirmar en la historia, en el tiempo, ante el mundo a fuerza de voluntad y conciencia nuestro gentilicio, desde esta región de frontera “donde comienza la patria” venezolana.
Decir Pasteurizadora Táchira para nosotros los tachirenses, los “paisas” de Venezuela, es izar la bandera del orgullo regional por nuestro mayor emblema empresarial gastronómico; es encender luces de valía para los productos que nos representan en el sector industrial lácteo venezolano y ahora mundial, con credencial de Productos Paisa en Estados Unidos, el Caribe y Centro América.
Decir Pasteurizadora Táchira es hacer conexión emocional en la memoria de la infancia. Decir Pasteurizadora Táchira es decir constancia, esfuerzo y trabajo al mencionar a sus patriarcas fundadores: Eberto Barboza, Manuel Fuentes, Ernesto Branger Semidey, y es especialmente invocar en la memoria con alto relieve a Ignacio Branger Moreno.
Y es que en ese bosque del gentilicio tachirense que nos habita; en esa vida en permanente evolución que constela el universo de nuestra tachirensidad, donde la Pasteurizadora Táchira es presencia de afirmativa energía, un gran árbol concentra esa presencia en su nombre: Ignacio Branger Moreno.
Su nombre que es decir Señor. “señor de los muy señores Brangeres del Táchira” como le llamara en ocasión de la amigable tertulia de presentación que hicimos para su programa, Óscar Yanes “Así son las cosas” sobre el tema gastronómico local.
En estos días la entrega del gran premio Tenedor de oro de la AVG nos refiere al muy Señor Ignacio Branger, quien nos sigue dictando cátedra.
Lo puedo decir con propiedad ahora cuando me tomo un tiempo para revisar la historia de su legado: visionaría geometría en la estratégia arquitectónica empresarial que registró con solidez. Alquimia gerencial en esa cercana manera de ser buen consejero y al mismo tiempo estricto tutor y exigente jefe. Gran director orquestando esas combinaciones que se integraron en armonía para ensamblar la inicial fuerza fundacional con las nuevas generaciones y así poder formar el relevo acertivo.
El mayor reconocimiento, el Tenedor de oro, premio que se concede en el mundo gastronómico venezolano, le fue otorgado a la Pasteurizadora Táchira por sus logros empresariales y su consolidación como creadores de excelentes productos lácteos. El premio es de Pasteurizadora y del Táchira. El premio es ahora tachirense, muy tachirense. Mariela Branger Curiel lo recibió de la AVG en nombre de Pasteurizadora Táchira de manos de Ivannova Decan Gamus, Presidenta de la AVG. El premio está en el Táchira, nos reafirma el orgullo regional, nos compromete en seguir honrando la tachirensidad que supo llevar como una orden vitalicia de acción empresarial Ignacio Branger Semidey.
En su memoria estas palabras, que son leves ante el inmenso respeto que guardo junto a su eterna lección de pedagogía en el gran ejemplo que nos sigue dictando: como buenos tachirenses debemos ser los mejores
Oro para Pasteurizadora Táchira con el máximo reconocimiento de la AVG.
Y el oro del orgullo tachirense en el recuerdo para el muy Señor Ignacio Branger Moreno.