La conquista de la esperanza pérdida
Hoy, vamos a tratar sobre un tema que en lo personal, lo considero muy importante, que no es más, que la construcción del Liderazgo Político Corporativo, necesario y oportuno tratar sobre este tema, y que inevitablemente, debe a su vez, estar integrado por uno de los elementos esenciales en una propuesta de esta naturaleza política, como es el consentimiento, el cual compone, el sentido de identidad, que no es más, que el sentido de sí mismo, que se encuentra, conectado con el desarrollo cognitivo y emotivo de la situación actual del País, que no es más, que los dispositivos que sustentan, el consentimiento que se encuentran conectados con aquellos que sustentan el juicio de los hechos.
Esto, no es más, que la figura de vinculación con el consentimiento, es la coordinación de sensaciones, de acciones, de percepciones que dan un sentido de sí mismo. Este tema del vínculo e identidad que componen el consentimiento, es el tema básico de todo el desarrollo emocional de la conquista de la esperanza, y así de la confianza de toda una sociedad, sumida en la desesperanza y la incertidumbre. Podemos decir muy breve y gráficamente que la calidad del vínculo es la manera de dividir y ordenar el espacio con ciertas tonalidades emotivas. Los humanos nacemos con un repertorio de emociones. Ahora, estas emociones van a tomar forma a través de la experiencia inmediata, que van a tener que ver con los procesos de vinculación efectuados en donde relaciona al pasado con el presente y las expectativa que esta relación pueda proyectarles hacia el mañana, ello utilizando, las figuras referenciales para poder cumplir con el objetivo. En base a las características emotivas de la persona que ejerce el vínculo, ciertas tonalidades emotivas serán más seleccionadas que otras. Pero estas emociones se irán desarrollando de una manera diferente a los pensamientos, cuya forma es secuencial y lineal. La construcción del consentimiento en la sociedad, depende del desarrollo de las emociones, que es por semejanza analógica. Para Guidano la mejor metáfora de cómo esto sucede es la metáfora musical. Si se tiene presente cómo se construye una sinfonía, notamos que en ella hay una tonalidad musical básica y que ésta es la llave ordenadora de todas las otras tonalidades musicales.
El “consentimiento” es la expresión de dos voluntades que intervienen en un proceso de identidad, ambas debidamente conocedoras, competentes, autónomas, con proyección y beneficio social. En la construcción o formación del consentimiento, hay que tener en cuenta que lo constituyen, elementos axiológicos y prácticos que le dan un carácter de necesidad y de fortalecimiento a la labor de identidad. La formación o construcción del consentimiento, es un acto de responsabilidad ética y personal con la firme intención, de elevar la calidad del compromiso de quien la realiza garantizando el éxito a la dignidad humana y a la intimidad en esta construcción del liderazgo corporativo.
Si el mensaje no es auténtico en la voluntad, ni es de entrega, el consentimiento no se concreta, pues puede quedar reducido al “cumplimiento” de un trámite formulario y burocrático. Pues se perdería la relación de confianza y mutuo respeto en la formación del consentimiento para esta propuesta política. El mensaje debe de estar ausente de engaño, no solo, en el verbo, sino también en los gestos, se debe de establecer el propósito, y la proyección de este, los beneficios de carácter personal y social que se obtendrán con el consentimiento, la voluntad, la autonomía y la claridad, son elementos esenciales, y “el consentimiento ” está en relación directa con la escala de valores de cada persona.
El poder y la política se deciden en el proceso de construcción del Consentimiento a través de la comunicación. En nuestro tipo de sociedad, los medios de comunicación de masas son decisivos en la formación de la opinión pública que condiciona la decisión política. La política es sobre todo política mediática, lo cual tiene consecuencias importantes sobre la política misma, ya que conduce a su personalización y a la política del escándalo.
Esto se debe a que la batalla más importante que hoy se libra en la sociedad es la batalla por la opinión pública. La forma en que la gente piensa determina el destino de las normas y valores sobre los que se construyen las sociedades. Torturar cuerpos es menos efectivo que modelar mentes. Si la mayoría de la gente piensa de forma contradictoria respecto a los valores y normas institucionalizados en el estado y consagrados a través de leyes y normas, al final el sistema cambiará, aunque no necesariamente para colmar las esperanzas de los agentes del cambio social. Pero el cambio llegará. Tan sólo tardará un poco y será a costa de sufrimiento, y replicó de mucho sufrimiento.
Con la formación del Consentimiento, se construye el contragolpe, que a mi entender es la capacidad de un actor social de resistirse y desafiar a las relaciones de poder institucionalizadas. Efectivamente, las relaciones de poder son por naturaleza conflictivas, del mismo modo que las sociedades son diversas y contradictorias. Por lo tanto, la relación entre tecnología, comunicación y poder refleja valores e intereses opuestos, y afecta a una pluralidad de actores sociales en conflicto. La política se basa en la comunicación socializada, en la capacidad para influir en la opinión de las personas. Pues los ciudadanos, se convierten en consumidores políticos, los medios de comunicación de masas no son los depositarios del poder, pero en conjunto constituyen el espacio en el que se decide el poder. En nuestra sociedad, los políticos dependen de los medios de comunicación. Los ciudadanos no leen los programas de los candidatos. Confían en la información de los medios sobre las posturas de los candidatos; y, finalmente, su decisión de voto está en función de la confianza que depositan en un candidato determinado.