De nuevo estamos ante el capítulo de las elecciones primarias de la oposición; en un momento en que hay una fragmentación total de su organicidad; tomando en cuenta no sólo la infinidad de movimientos, que se han venido constituyendo en los últimos años, sino además en las propias organizaciones partidistas, y en donde cunde la división en facciones. Es decir, se ha perdido la identidad organizativa; en el entendido de que, a pesar de que existe una militancia activa, esta militancia no está segura de la situación legítima de la organización; a qué o a quién pertenece, sobre todo, las grandes maquinarias; tomando en cuenta que han sido intervenidas por el gobierno, a propósito de la Operación Alacrán, y mediante la cual hubo una compra de voluntades, y así tenemos que hay una Acción Democrática activa, pero virtual; que plena los actos, como se demostró el pasado 13 de septiembre, fecha aniversaria del partido; con ocasión de la celebración de la misma, y que convocó a una masiva militancia, que se dio cita en el estadio de béisbol de Baruta; donde, de paso, fue lanzada la candidatura de Carlos Prosperi para dicho proceso de las primarias; lo mismo que podríamos decir de Copei, cuyos actos internos también son masivos, de acuerdo a las informaciones, que emanan de allí; sólo que en la conciencia partidista no se sabe si se está o no en la legitimidad; puesto que hay una AD, que en el papel le pertenece a Bernabé Gutiérrez, y cuya militancia también plena los actos, que se convocan, como éste que se llevó a cabo en la sede de El Paraíso, asimismo, con ocasión del 81 aniversario, y donde, de paso, fue lanzada por su parte la candidatura de Gutiérrez, sólo que ya no para las primarias de la oposición; que el Frente Amplio, por lo demás, no se lo permitirá, sino que juega solo, que es el son que le ha puesto el gobierno, en su estrategia de dividir al enemigo: según se especula, a cambio del congelamiento de las demandas judiciales, que cursan en los tribunales en su contra; una cuota de poder en el Tribunal Supremo de Justicia a través de su hermano, a quien nombraron alto magistrado del mismo y el respectivo financiamiento, que obtiene por la vía de la Operación Alacrán; tomando en cuenta, por lo demás, que a Gutiérrez el TSJ le otorgó la potestad de AD, por la vía de facto; que es como se pudiera definir su situación actualmente, es decir, lo nombró secretario general ad hoc; que significó una judicialización de la organización, y que, según sus palabras, cesó hace un par de meses atrás, cuando realizó el famoso CDN, y durante el cual se le ratificó en dicha secretaría general: un hombre que no dejó de decir que no a todo intento de reconciliación con el ala de Henry Ramos Allup, como se lo pedían las bases de partido, y que vendría a ser el mismo caso de Luis Alfaro Ucero, cuando se lanzó a la presidencia sin liderazgo alguno; siendo más bien un operador político; por supuesto, con menos autoridad, que Alfaro Ucero.
Lo mismo que hay un Copei, que le pertenece a Enrique Mendoza por potestad del TSJ, que sería un ala; mientras que la otra, cuya jefatura máxima está en manos de Roberto Enríquez, vendría a ser una sombra del Copei de Mendoza, como la de Ramos Allup de la AD de Gutiérrez, al respecto de que, aun cuando los símbolos y la tarjeta del partido, están en manos de aquéllos, éstos siguen valiéndose de ellos, sobre todo, los símbolos; por eso hemos hablado de una virtualidad, de modo que esto da lugar a la pregunta de si van a participar con los mismos en el proceso de las primarias, y que vendría a ser una de las aberraciones, que da lugar la estrategia gubernamental de la judicialización de los partidos.
Por supuesto, la misma situación la vive Primero Justicia, que acaba de nombrar una nueva dirección nacional, y Voluntad Popular; donde también ha tenido efecto la llamada Operación Alacrán; sólo que menciono a AD y Copei en particular; no siendo Copei, por lo demás, del exclusivo grupo del G-4; ya que ambas organizaciones representaron lo que se conoció como la partidocracia durante los años de la República civil; que vendría a ser lo contrario, de lo que estamos viviendo hoy en día, con motivo de la atomización de fuerzas, que se ha producido en la oposición; al punto de que en el Movimiento Al Socialismo, que era el partido que le ladraba en la cueva a estas dos entonces grandes maquinarias, se señalaba que el mismo en el espectro de la política nacional, marchaba en una bicicleta, mientras que AD y Copei, que obtenían millones de votos en los procesos electorales, marchaban en sendos Ferrari; pues el entonces MAS apenas rondaba un poco más de los cientos de miles de votos.
De acuerdo a lo que señalan algunos analistas, el proceso de las primarias está en la agenda del país político; pero no está en la agenda del país nacional; sobre todo, porque se ha perdido totalmente la fe en el voto; aparte de que la oposición ha terminado por decepcionarla, a partir de una conducta abyecta; como la que hemos visto en el caso de Monómeros, y todo lo que se dice en términos de corrupción allí; responsabilidad, sobre todo, del famoso G-4. Es decir, el venezolano común no ve alternativas, y lo que le queda es la resignación; que es uno de los factores que más atentan contra el éxito de esas primarias, en términos de convocatoria, que corren el riesgo de ser obviadas por la ciudadanía; como castigo, incluso, a esa dirigencia opositora; que lo que más daño ha hecho ha sido ese G-4 exclusivo y arrogante; lo que significaría una altísima abstención, que para nada favorece a un panorama electoral; si se está pensando en un triunfo; porque entonces se arrancaría mal. Pero desde otro punto de vista, también estamos ante la posibilidad de acrecentar ese fortalecimiento de los partidos políticos, que vemos en los casos de AD y Copei, como decíamos, lo mismo que en PJ y en el resto de las organizaciones ya consolidadas. He allí un gran reto que tiene esa dirigencia opositora: sacar a esa ciudadanía de esa apatía e indiferencia, en la que ha caído.