En lo particular, yo sería partidario de llegar a una candidatura por consenso o dos o tres entre los aspirantes, si es posible, a propósito del tema de las inhabilitaciones, que es una de las cartas que saca este gobierno mañoso a última hora, como ocurrió en Barinas, a los fines de estar preparado para cuando se presente esta situación, y que sería uno de los riesgos, que tendría por delante la oposición para las elecciones de 2024, es decir, que después de un trabajo intenso de activismo proselitista; motivando a la gente, para que participe en el proceso de las primarias, que sería la otra opción, y que es por la que, al parecer, se va a decidir; que no es tan fácil, puesto que estamos ante una oposición, dicho a la venezolana, muy rayada, sobre todo, a partir del manejo dispendioso, que hace de la ayuda humanitaria, y del caso de Monómeros, según la denuncia que ha trascendido sobre ambos casos; añadido a la leña que le mete el gobierno, a partir de la guerra sucia, que le tiende a su dirigencia, en especial, a la representada en el G-4; a última hora sale el gobierno, decíamos, con que la señora María Corina Machado, a quien hemos elegido, por ejemplo, o César Pérez Vivas, para nombrar dos casos, resulta que arrastran una inhabilitación de años, que aún no se había extinguido, y así sale un testigo de la oposición “alacrana”, que lo trae a colación; por lo que dejan sin efecto dicha candidatura, repito, como ocurrió en la elección para la gobernación de Barinas, que se lo hicieron a Superlano, luego a la esposa de Superlano y no fue sino a hasta el último minuto, cuando dejaron filtrar a Sergio Garrido, un oscuro dirigente adeco de esa región. En ese sentido, incluso, hay quien sugiere que se contemple la figura, por ejemplo, del presidente y del vicepresidente: ¿Un Manuel Rosales presidente y un Juan Guaidó vicepresidente, que también son dos precandidatos, como aquéllos? Pues no hay que olvidar que hasta ahora han manifestado su aspiración, según se saca la cuenta, más de 40 dirigentes; aun cuando los que más destacan son estos señores, recién nombrados, y en donde figurarían también un Carlos Prosperi, Henrique Capriles, Andrés Velásquez, para nombrar sólo los de más alto perfil.
Que también aquí estaría la otra tara, por las que las primarias se transforman en un problema: resulta que se produce una muy alta abstención, y entonces sale ganador un completo desconocido, como ocurrió con Garrido, y al que hay que hacerle un nombre, en ese sentido; convertirlo en una figura nacional, y al que no pocos lo admitirían con las narices tapadas; dada la trayectoria del aspirante; no se olvide que, como decía Goya, la razón también produce monstruos y que sería, por lo demás, la añoranza del gobierno; cuyas cosas se le han puesto muy cuesta arriba en esta oportunidad. Porque tiene demasiada presión, no sólo en el orden interno, sino también a nivel internacional; como se pudo observar en el caso de Nicolás Maduro, que no se pudo reunir con Gustavo Petro en la frontera colombo-venezolana, según estaba previsto en un principio; con motivo del restablecimiento de las relaciones entre ambos países; que, por lo demás, Nicolás Maduro un buen día rompió; porque éste da un paso en falso, y enseguida cae en manos hasta de uno de sus guardaespaldas. No puede salir de Venezuela, salvo para los países aliados, que son Rusia e Irán; trasladándose por rutas clandestinas. He allí un campo minado que tiene por todas partes; lo cual no es vida, mientras que aquí en el orden interno tiene la calle encendida; no sólo por el problema de la situación de precariedad absoluta, por la que está atravesando la familia venezolana en cuanto a su bienestar y seguridad social, consecuencia de una política económica muy errática, que venía aplicando, y ahora, cuando la intenta corregir resulta que ha chocado con una realidad, y es la legislación laboral; que posee su fundamento, además, en la Constitución; de modo que tiene en la calle el movimiento laboral orgánico de la administración pública en protesta; porque, entre otras cosas, el ajuste económico, al que ha tenido que apelar en su afán por enderezar las cosas, le socava un treinta por ciento del sueldo integral al trabajador público. Así que si se elige a un Pedroza, para evocar la figura de aquel señor que se lanzaba, cuando se presentaban las elecciones presidenciales en tiempos de la República civil, sin trayectoria política alguna, Pedroza le gana a Nicolás Maduro.
Por supuesto, el proceso de las primarias permitiría el fortalecimiento de los partidos políticos; dado el efecto emocional, que produce el activismo partidista, relacionado con las campañas electorales, y que es muy contagioso; pero, además, reconociendo que nosotros no saldremos de esta dictadura, si no es por la vía electoral, y eso implica la organicidad del país político, y aquí estaría la habilidad de la retórica de los líderes participantes, para convocar a las masas; en un momento, se repite, en que hay una oposición que está muy rayada desde el punto de vista ético ante la ciudadanía venezolana; muy desenmascarada a partir de casos denunciados y comprobados; incluso, hay el venezolano que te dice que aquí no hay oposición, así está el espíritu de escéptico, y como los boxeadores, cuando ven que el otro tiene una herida, entonces allí se le afincan; así el gobierno vendrá con la guerra sucia; además de la oposición “alacrana”; pues Bernabé Gutiérrez le viene dando duro al caso de Monómeros; mientras un Eduardo Semtei dice que la oposición por la vía de la ayuda humanitaria tiene una asignación de 70 mil dólares mensuales, a partir de una lectura que le hizo a las cuentas, presentadas por el propio Juan Guaidó. Además, las primarias permitirán también llegar a la unidad, que es lo que solicita el medio venezolano a una oposición, que ha sido liderada por un G-4, exclusivo y arrogante, y cuyas organizaciones no han dejado de ser tocadas por la Operación Alacrán. Por supuesto, una vez escogido el candidato, no dejará de existir aquel refractario, que participará con tienda aparte.
