Insólitamente, gracias al genocidio concebido a manos de una caterva de orates ansiosos de poderío y desubicados en el contexto político mundial confundidos en su megalomanía estalinista, escudados bajo el sagrado nombre del Libertador Simón Bolívar y abofetear su memoria, el régimen “castrochavomadirista” está logrando su meta vesánica, que podríamos traducir como delito de lesa humanidad, cuando nos enteramos de que venezolanos baten récord de migrantes por la selva de Panamá (Darién) rumbo a EEUU y el desafío del cruce por el río Bravo.
Se trata de la bicoca de unas 160 mil personas que la han tramontado durante el año actual; incremento de casi un 18 por ciento en relación con 2021, según las autoridades panameñas, bajo la burla y el sarcasmo de prominentes líderes del PSUV, gorilas engreídos que presumen de nacionalistas (patrioteros) de oficio, atrapados en su patología delirante de enajenación territorial a manos de intereses exógenos(China, Irán y ELN) y hasta perniciosos para la institucionalidad venezolana expuesta, hoy por hoy, a una ruina irreversible e inaudita.
Para la CIJ tal evidencia debería ser una condición suficiente y necesaria como para incoar un juicio por delito de lesa humanidad contra las autoridades actuales del estado venezolano, con su representante ejecutivo, NMM, quien siempre buscará una huida hacia adelante para desentenderse de su genocidio y pretender onvolucrar a factores externos en el quiebre de una nación aojuzgada por sus desvaríos trogloditas.