Estando en la cruz nuestro redentor, a sacar la espina llegó un pajarito, manchó su plumaje con sangre de Cristo y por eso es rojo… y por eso es rojo el cardenalito, así el compositor Adelis Fréitez inmortaliza a esta ave emblemática de Lara y que sus defensores acuden a la conciencia de preservación, para evitar ese peligro de extinción frente al comercio ilegal y pérdida de su hábitat.
Detiene a sus espectadores, con su canto particular, ese de sonidos ininterrumpidos que invita a contemplar esa combinación en alegoría a las semillas de peonía. Se viste de rojo y solo permite el negro en su cabeza y parte del plumaje de sus alas.
Al consultar a ambientalistas, médicos veterinarios, profesores de biología y especialistas en aves, llevaban a ese viaje por el tiempo y ubicar al pionero en investigación sobre esta ave en la región. Hablan del profesor y conservacionista Antonio Rivero Mendoza, quien con asesoría de Robert Smith, publica el libro “El Cardenalito de Venezuela”.
Un material de lujo para conocer todas las especificaciones de esta ave que se ubicaba principalmente al norte del país. Para principio de la década de los 80, ya se preocupaba por la posible desaparición y se esmeró en identificar su ecosistema natural, sus áreas de distribución, los factores en su distribución por diversos escenarios, identificar sus enemigos y el impacto ecológico, estudiar las migraciones al año y demás aspectos de interés.
De gran arraigo
Para el ambientalista Hildebrando Arangú, la preservación del Cardenalito es parte de nuestra identidad y que amerita mayor sensibilización para empezar por la identificación, sin el riesgo de confundirlo con el cardenal coriano, el cual se tiñe de más rojo y le sobresale una especie de cresta.
También resalta la necesidad de mayor protección a zonas semiáridas referenciales para su hábitat, tales como el parque nacional Cerro Saroche, cercano a Padre Diego y Bobare. Espacios con un proceso de floración impresionantes y pueden ser cautivantes al amanecer o al final del día, junto a la danza del Cardenalito. También recuerda al monumento natural Loma de León en el municipio Iribarren.
Yohana Rivero, profesora de Biología y miembro de la organización Avezona, quienes son una especie de observatorios de aves urbanas. “El Cardenalito es endémico de Lara”, precisa de esa permanencia en la entidad y que incluso podría llegar a estados vecinos, con migraciones hacia Margarita.
Leonel Ovalle, médico veterinario y especialista en conservación de fauna silvestre, resalta que el peligro de extinción es grave, considerando que conocen de estimaciones poblacionales de menos de 5 mil a 6 mil libres. Una cifra que preocupa porque cuando una especie está por debajo de los 10 mil ejemplares, se considera en riesgo.
Señala que desde 1.996 ya se incluía en peligro de extinción, según la gaceta 36.059. Mientras en Lara desde 2005 se emitió el decreto 6.176 para la creación del programa integral de conservación de El Cardenalito de Lara y el parque zoológico Bararida como ente central de desarrollo de actividades.
Precisa que si se realizaron varias actividades, con énfasis hasta en sensibilizar desde los niños y que en 2014 organizaron un congreso y con un trabajo mancomunado institucional. También resalta la Iniciativa Cardenalito, donde trabajan zoológicos, la asociación Provita, laboratorio del IVIC y de la UCV, entre otros.
Aplaude la entrega desde el Centro de Conservación del Cardenalito en Venezuela, con especial mención a Arlene Cardozo desde Iniciativa Cardenalito, quienes han rescatado 20 aves en 8 aviarios y que tuvieron el gran logro con el reciente nacimiento de 6 pichones en cautiverio.
Guiomar López La Prensa de Lara