En mi artículo de hoy hago referencia a lo que más teme el madurismo, que es, sin temor a dudas, a que el que el pueblo venezolano se exprese libremente y se movilice para conquistar el derecho inalienable de conducir su propio destino; le teme a Chávez y la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Cuando un gobierno —como este— niega el ejercicio de los derechos políticos del pueblo y cierra todos los mecanismos de participación política, entonces, no solo está actuando al margen de la Constitución y las leyes, sino que refleja su mayor debilidad al reconocer que no cuenta con la aprobación del pueblo.
El pueblo venezolano es un gigante dormido, atemorizado, y disperso, víctima de un una política de choque y de una dinámica impuesta por el gobierno que lo mantiene con el agua al cuello, impidiéndole ver más allá del día a día, inmerso en el “sálvese quien pueda” y la resignación.
Pero este pueblo, heredero de la gloria de Bolívar, es capaz de cambiarlo todo, de explotar y poner las cosas en su sitio, de volcarse a las calles, como lo hizo el 13 de abril del 2002 en defensa de Chávez y su revolución o durante el Sabotaje Petrolero en defensa de PDVSA y el petróleo para el pueblo. El pueblo humilde es poderoso, y fue, con el gobierno de Chávez, el protagonista de su propio destino –artifice de su propio futuro–, como lo demostró en todas las batallas que le correspondió librar hasta que, tras el asesinato de Chávez, fue traicionado y desmovilizado por el madurismo.
El pueblo y los sectores políticos y sociales del país tienen ante sí una extraordinaria oportunidad de hacer sentir su voz, hacer valer su voto, ejercer plenamente sus derechos políticos, a pesar de todas las trabas y maniobras del gobierno; dejar atrás el miedo y la resignación para movilizarse y luchar en un extraordinario movimiento de masas por sus derechos, la plena vigencia de la Constitución y las leyes, el cumplimiento del Plan de la Patria como la única manera de salir de esta espantosa crisis y, solo entonces, iniciar la reconstrucción de la Patria.
Con Chávez Siempre, ¡Venceremos!