“Todas las opciones están sobre la mesa” es una expresión para engañar a ingenuos. En teoría puede haber muchas, pero en la vida real existen restricciones que las reducen a muy pocas. A veces, solo a una, que frecuentemente no es la ideal, pero es la factible. Por ejemplo, Catar fue electo como sede del campeonato mundial de fútbol, a pesar de que su población es de menos de tres millones y tiene un régimen autocrático que ha sido señalado por sus vecinos de financiar el terrorismo. Sin embargo, países democráticos acataron la absurda escogencia hecha por la Federación Internacional de Fútbol Asociado(FIFA). Se impuso el “poderoso caballero”, del que escribió Quevedo. En Brasil, se presentaron varios candidatos presidenciales, pero las circunstancias polarizaron la contienda entre Lula y Bolsanaro, ambos con pésimos antecedentes.
En Venezuela, tenemos varias posibilidades para salir del régimen de Maduro: una insurrección popular, una intervención militar, la renuncia del usurpador o acudir a una elección en condiciones claramente desfavorables. Las tres primeras nunca pueden descartarse. Son posibles, pero poco probables. Las circunstancias obligan a trabajar con lo que está en nuestras manos. Varios de los argumentos que alegan que este régimen no sale por la vía electoral son válidos. La tarea de todos es trabajar para vencer los obstáculos, que son muchos. El primer paso es escoger un candidato que tenga el menor rechazo posible y que extraiga del Plan País un mensaje corto que tenga impacto en los electores.
Hay varios compatriotas que han manifestado su decisión de participar en las primarias. Todos tienen méritos, uno más, otros menos. Seguramente se postularán otros. Como un opinador más, tenemos la impresión de que, al menos en este momento, quienes tienen mayor opción son María Corina, César Pérez Vivas y Andrés Velásquez, sin que el orden citado implique preferencias.
María Corina ha demostrado una gran valentía. Predica pasar de un Estado distribuidor de privilegios y generador de dependencia o esclavitud a una Venezuela de autonomía y producción en todos los ámbitos que haga posible el libre desarrollo de cada ciudadano. Su discurso en contra de la mayor parte de los dirigentes, a quienes no nombra, pero que claramente identifica con la oposición a la que llama colaboracionista, le ha permitido subir en las encuestas. Sin embargo, transmite pocas intenciones de lograr la unidad. Quizá la principal objeción es que pareciera no estar dispuesta a ser candidata presidencial con este CNE, con las condiciones actuales del Registro Electoral y con las máquinas de votación.
César Pérez Vivas insiste en el federalismo, no reelección, reducción del período presidencial a cinco años, doble vuelta; volver al parlamento bicameral, eliminar la potestad presidencial de aprobar leyes por decreto y eliminar la atribución presidencial de ascender a coroneles y generales. Ha eludido pronunciarse sobre la continuidad del gobierno interino, pero menciona que no cumplió con poner fin a la usurpación. Tiene la ventaja de haber sido diputado y gobernador. En el Táchira realizó una buena gestión.
Andrés Velásquez fue inicialmente muy crítico con la vía electoral, predicando que la Fuerza Armada debía cumplir con la Constitución, necesidad de apoyo internacional y presión a través de huelgas. Ahora es firme partidario de las primarias, de fomentar la inversión privada, devolver empresas confiscadas, apertura petrolera con inversión privada, que el fondo de regalía petrolera sea para mantener las pensiones, abolición del Arco minero, inversión industrial, turística y tecnológica, Impulsar transición ecológica y digital, eliminar la reelección indefinida, doble vuelta para elegir el candidato presidencial, alternancia, pluralismo y convivencia. Velásquez fue candidato presidencial hace años, realizó una buena labor como gobernador y luchó con tesón cuando le robaron la elección en Bolívar en el 2017
Manuel Rosales es el único que tiene poder, pero no ha dicho esta boca es mía. Ojalá apoye al candidato que tenga más posibilidades. Acción Democrática debió seleccionar otro candidato.
Primero Justicia pareciera que va del timbo al tambo. Es el partido que públicamente más ha atacado al gobierno interino del presidente Guaidó. Pareciera que no mide las consecuencias. Juan Pablo Guanipa y Carlos Ocariz han expresado su decisión de medirse en las primarias y Capriles deshoja la margarita.
Antonio Ecarri se precipita en opinar sin tener suficiente información. Su propuesta de Mi barril para repartir a cada familia 6.803,00 dólares por año fue contundentemente rebatida por Miguel Ángel Santos, y su idea de que las ganancias de seis meses de Citgo permitirían alimentar por un año a nuestros niños no toma en cuenta que las mismas son para pagar deudas de Chávez-Maduro. Es positivo que un joven con talento como Nicmer Evans esté del lado de la democracia; en un próximo gobierno debe contribuir a la reconciliación y acercamientos al chavismo
Guaidó guarda silencio, pero pareciera que su partido lo va a postular. Pensamos cometería un error. Debe dedicar todo su esfuerzo en búsqueda de la unidad de la oposición, en la protección de nuestros activos en el exterior y en mantener el ya disminuido apoyo político de otros gobiernos. Es joven, debe prepararse para el futuro y tomar en cuenta que para recuperar el país se requerirán medidas duras que afectarán la imagen del próximo presidente.
Aunque en estos momentos no se visualiza un independiente que tenga buena aceptación y poco rechazo, en política no puede descartarse una sorpresa, como sería la aparición de un outsider.
Como (había) en botica: La declaración de Mike Wirth, Jefe Ejecutivo de la petrolera Chevron, fueron contundentes: “Se necesitarán meses y años para comenzar a mantener y renovar los campos y equipos y cambiar cualquier actividad de inversión”. Lamentamos el fallecimiento de Evelyn Van Der Biest y de Juan Sánchez, compañeros de Gente del Petróleo y de Unapetrol. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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