Georgia va a segunda vuelta y ahí podría definirse la mayoría del senado de los Estados Unidos

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Aún hay batallas inciertas que definirán quién controla finalmente el Congreso.

Los republicanos parecen encaminados a recuperar la Cámara de Representantes, pero el control definitivo del Congreso aún es incierto y dependerá de tres batallas de resultados aún incierto.

A falta de muchos resultados oficiales tras las elecciones de este martes, el Partido Republicano recuperaría el control de la Cámara de Representantes, según proyecciones, pero hasta ahora los números descartan una “ola roja” y muestran una dura resistencia de los demócratas en luchas clave.

Según la cadena estadounidense CBS, socia de BBC, los republicanos se perfilan como mayoría en la cámara baja del Congreso. Sólo necesitan ganar cinco escaños que están ahora en manos demócratas para recuperar el control.

Pero las matemáticas son más complejas para el Senado, que renueva a un tercio de sus miembros con algunas carreras demasiado igualadas como para anticipar quién gana.

Una de las tres carreras decisivas, en el estado de Georgia, podría definirse en otra elección el 6 de diciembre, fecha hasta la que habría que esperar para ver qué partido controla definitivamente el Senado.

BBC News Mundo

Georgia vuelve a dejar en ascuas a EE UU con un escaño del Senado que se asignará en segunda vuelta

El Estado bisagra ha reelegido a su gobernador republicano, Brian Kemp, pero el asiento de la Cámara alta se votará de nuevo en diciembre al no superar ningún candidato el 50%

Georgia vuelve a dejar en ascuas a Estados Unidos. En la carrera por un escaño en el Senado, el Estado tendrá que celebrar una segunda vuelta entre su actual ocupante, el demócrata Raphael Warnock, y la antigua estrella del fútbol americano Herschel Walker, republicano. Ninguno de los dos ha obtenido el 50% mínimo de los votos para evitar una repetición de la batalla. Habrá que esperar ahora al 6 de diciembre para conocer el ganador. Dependiendo de lo que ocurra en los recuentos de Arizona y Nevada, ese escaño de Georgia puede resultar clave para determinar qué partido controlará la Cámara alta durante los próximos dos años.

Con el 99% de los votos escrutados, el reverendo Warnock se ha hecho con el 49,4% de los votos, o 1,941 millones de papeletas. Walker ha reunido el 48,5%, o 1,906 millones de votos. El 2% restante, 81.173 papeletas, queda en manos de un tercer candidato, el libertario Chase Oliver, eliminado para la segunda vuelta. El número de sufragios que aún restan por contar es insuficiente para que ninguno pueda llegar al ansiado umbral del 50% más un voto.

El panorama que dejan las elecciones de medio mandato en Georgia es ahora similar al de los comicios de 2020, cuando hubo que esperar a la segunda vuelta en ese Estado ―en enero de 2021― para adjudicar el control del Senado al Partido Demócrata.

La mirada se vuelve ahora hacia Arizona y Nevada. Ganar esos dos escaños senatoriales que aún faltan por adjudicar en esos Estados garantizaría a los demócratas mantener su posición de los últimos dos años y el control de la Cámara alta. Aunque igualados con los republicanos en número de asientos, 50 para cada partido, el voto de la vicepresidenta, Kamala Harris, les permitiría desempatar.

En Arizona, el exastronauta Mark Kelly defiende su escaño demócrata con una ventaja de 90.000 votos y seis puntos porcentuales frente al republicano Blake Masters, aunque hasta el momento solo se ha contado el 69% de los sufragios. En Nevada, la candidata demócrata Catherine Cortez Masto va más de 20.000 votos y dos puntos porcentuales por detrás del republicano Adam Laxalt, con el 80% escrutado.

Georgia ha hecho honor a su reputación e historial de Estado bisagra dividido a partes iguales entre demócratas y republicanos. Ha dejado en el aire la batalla entre Warnock y Walker, mientras que el gobernador Brian Kemp ha defendido, con éxito, su cargo frente al desafío que presentaba la candidata demócrata Stacey Abrams por segunda vez en cuatro años.

En una comparecencia ante sus seguidores en la fiesta del conteo organizada por su campaña, Warnock apuntaba pasada la medianoche del martes que habría que ir a una segunda vuelta. Pero se declaraba optimista. “No importa que sea esta noche, o mañana, o dentro de cuatro semanas, la gente de Georgia nos apoyará”, aseguraba, entre los vítores de quienes habían aguantado la espera para escuchar a su candidato. Un grupo muy variado de razas y edades, en el que abundaban las caras juveniles y el entusiasmo por bailar al unísono coreografías de música funk.

El País

 

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