Ángel Lombardi: Fedecámaras, prospectiva 2035

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El empresariado nacional ha hecho un aporte importante para discutir. Una investigación con proyección de futuro, un planteamiento necesario en un país en donde la improvisación y la mentalidad rural, con aquello que en “el camino se enderezan las cargas” tiende a prevalecer. Este esfuerzo prospectivo deben hacerlo todos los sectores. El futuro ya nos alcanzó con sus amenazas, desafíos y oportunidades, como siempre ha sido.

La Venezuela de los últimos 30 años y en particular el llamado período “bolivariano” han sido años de prueba y en particular los últimos diez, pandemia incluida. Destruir un país no es poca cosa, sus instituciones, su economía y su infraestructura. Nos secuestraron el futuro y debilitaron la confianza en nosotros mismos. Siete millones de emigrados y un sistema de salud y educación destruidos y una industria petrolera por el suelo es toda una tragedia.

Lo importante de este documento de Fedecámaras es que es una invitación a salir de la queja, la negatividad y el pesimismo. Una invitación a atrevernos a mirar nuestro futuro con confianza, como lo fue en el siglo 20, apalancados sobre los ingresos petroleros se creó un país del siglo 20, con libertad, democracia, oportunidades de todo tipo y prosperidad. Nos urbanizamos y surgió, gracias a las oportunidades educativas, una importante clase media y un sector profesional de primer mundo. Se cometieron errores, muchos. Se pudo hacer más, seguramente. No se fue totalmente exitoso en reducir las desigualdades y quizás ello ayude a explicar lo que vino después y que generalizando llamamos crisis.

Este documento puede solicitarse directamente a Fedecámaras y creo que está accesible en internet y redes sociales, es una invitación a re-pensar el país en clave de futuro. El pasado cuando no es un aprendizaje, abruma y nos vuelve indolentes y rencorosos. Nos convierte en una sociedad anacrónica con gobiernos anacrónicos. 2035 está más cerca de lo que se piensa aunque sabemos que el futuro es hoy. 2023 y 2024 pueden convertirse en años decisivos, el final de un proceso fallido y el comienzo de una nueva etapa de libertad, democracia y prosperidad.

Pero hay que empezar por creerlo para hacerlo posible.

 

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