Una de las reflexiones más enigmáticamente sugestivas sobre la vinculación entre acción y responsabilidad es la planteada en el “Bhagavad Gita” o “Canción del Señor”, un largo poema dialogado compuesto probablemente en el siglo III a. J.C., incluido en el Mahabharata, la gran epopeya hindú. El héroe Arjuna avanza en su carro de guerra hacia las tropas enemigas y dispone las flechas con las que ha de exterminar a cuantos pueda. Pero entre los adversarios a los que debe intentar matar distingue a varios parientes y amigos (se trata de una guerra civil, fratricida) y eyo le angustia hasta el punto de plantearse seriamente abandonar el combate. Entonces el auriga que conduce su carro de combate y que nos es otro que el dios Krishna manifiesta su identidad, aleccionándole sobre su deber. Según Krishna, el escrúpulo ante la tarea de matar que siente Arjuna es infundado porque “ni a los muertos ni a los vivos compadecen los sabios”. En el mundo de las apariencias engañosas en el que nos movemos, lo verdaderamente sustantivo (Brahma, lo absoluto increado e imperecedero) no puede ser destruido por dardos, ni tampoco realmente modificado por ninguna operación humana. A cada cual le corresponde actuar como lo que es en el caso de Arjuna, que es un guerrero, peleando en el campo de bataya, pero la sabiduría consiste en no experimentar ningún apego por los frutos o consecuencias de la acción: “En la acción está tu empeño, no en sus frutos jamás: no tengas por fin los frutos de la acción ni tengas apego a la inacción”.Todos estamos obligados a actuar por las circunstancias naturales en que transcurre nuestra vida: “Nadie, ni por un momento, jamás está sin obrar; es yevado a la Acción. Mal de su grado, por los hilos nacidos de la naturaleza”. El secreto está en obrar como si no se obrase. En realizar las acciones que nos corresponden sin dejar que nuestro ánimo se perturbe por el deseo, la ira, el temor o la esperanza. “Por eyo sin apego siempre la acción que ha de hacerse haz; se realiza la Acción sin apego, lo más alto alcanza el hombre”. (Canción del Señor, en Atma y Brahma, trad, de F. Rodríguez Adrados, Editora Nacional, Madrid).
Una Acotación necesaria…
“Si la existencia del hombre en la sociedad política como nos recordara Eric Voegelin en la nueva ciencia de la política. “Es una existencia histórica, el político hace política para el quehacer histórico. Asimismo, poseer sentido de la misma significa, para el político, básicamente tres cosas: el conocimiento real, comprensivo, valorativo y aleccionador del pasado (sobre todo, el del su propio pueblo, en cuyo proceso le toca actuar como protagonista); el conocimiento cultural-político del presente; y un diseño del aporte posible al proyecto histórico de la nación para el tiempo por venir. La política en mayúscula, supone, por eyo, opción sobre diseños del mañana”. “La historia “testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, mensajera de la antigüedad”, en la grácil retórica de Cicerón (De Oratore) debe ser conocida, en especial, por quien aspira a desplegar su acción en los amplios espacios públicos.
La saturación mediática en el país y aquí direccionada desde el Estado, intenta, anular cualquier planteamiento alternativo, su análisis, comprensión o subordinación a él navegamos en la tensión de una sofocante crisis mundial sus derivaciones y sus exclusivas manifestaciones en Venezuela, y por supuesto el capítulo de la históricamente maltratada Capital con especial énfasis en este ya largo tramo. Pero debemos aceptar responsablemente que todavía carecemos de los elementos decisivos y movilizadores para promover las transformaciones ineludibles que clama la Patria, la cual demanda un movimiento que intérprete la complejidad existente y que la desafié para erradicar los intolerables esquemas de valores y paradigmas, creemos firmemente que hay liderazgos que están ayí no evidentes desde la visión de los intereses en oferta, representan muchas esperanzas en sus discursos no hay misterio, diferenciado de los que sus arengas son difusas, acartonadas, que pretender ocultar con frases hechas la vaguedad de las duplicidades, de su pensamiento.
En Venezuela ¿Existe un liderazgo democrático?
¿Está razonablemente equipado para el abordaje urgente de la conquista el poder político y la conducción, de un país signado por, el hambre la miseria y la desesperación?”, lo que está en juego hoy es la viabilidad de la República, a pesar de lo incierto se han convertido para muchos en razón de creer que todavía siguen siendo las columnas de las esperanzas que harán posible el evitar ese naufragio. Urgente Es identificar las necesidades de la formación de una real alianza en el país más ayá de las aspiraciones de quienes contienden por razones diversas a diario en el dudoso tablero político. El hombre nuestro, es humilde ante la experiencia de la injusticia, se hace, prudente en sus juicios, sin perder, no obstante, su íntima confianza de que permanece radicalmente afirmado en la verdad. No duda de su facultad de entender, ni tampoco niega la realidad que hay en las cosas. No se repliega en sí mismo declarando que ya tiene la verdad, y que no necesita mirar y escuchar a los demás, para saber cómo es; o que los sucesos son siempre como él los piensa y ya. Lo curioso que en el país hay sectores que siempre han jugado al suicidio de la razón, y nunca han escaseado los desesperados con intenciones de arrastrar a muchos a acompañarlos en sus predecibles dramáticos finales. La aptitud negativa ante la verdad es muy antigua; “se remonta a la Grecia de Protágoras. Los sofistas hicieron tabula rasa de las elaboraciones filosóficas precedentes y produjeron una devastadora crisis de desánimo. Los filósofos se desmentían; las opiniones y contradicciones se multiplicaban creando un clima de confusión en la que era imposible aclarar las cuestiones más elementales”. No nos pretendemos desde aquí desde este insuficiente espacio para decirlo gráficamente en ufólogos exploradores de la verdad (como si la inquiriéramos partiendo de cero), sino buscadores “en” la verdad, que derivan desde las evidencias inmediatas a verdades más hondas y complejas.
El cansino ritornelo del “liderazgo” …
¿Hemos Repetido hasta el hartazgo que hace falta liderazgos? Los mismos o quienes sean pretendientes a serlo no son más que personas como las que a diario reunidas o no procuran en su accionar cotidiano asumir desde su condición intima comprometerse con su entorno personal que se acrecienta minuto a minuto, gracias a la constante muestra de sus destrezas apoyadas en una permanente formación, en las que se revelan algunos postulados como la humildad, la compasión, que permite con franqueza rectificar cuando incurren en errores. No pretendo despachar este grueso tema con estas limitadas opiniones, pero creo que coinciden con las de la inmensa mayoría de venezolanos, refrendadas en encuestas y reflexivas teorizaciones que con cuidado hemos repasado, infinidad de estudios, concluyen que la generalidad de los que ejercen como “líderes”, en nuestro entorno han actuado como una suerte de agotados oficiantes de grupos de intereses con marcados vacíos, afectivos y éticos que por razones de elementales necesidades han establecido estrechas relaciones clientelares de mutuos beneficios, en un evidenciable burdo trueque en la que los desgastados “lideres” ofertan asegurar las logísticas particulares de sus “liderados”, que a su vez les retribuyen con la contraprestación de su fidelidad y apoyo para su permanencia sin mayores méritos en posiciones de control político, con especial énfasis en áreas logísticas. Uno de esos estudios, y hay varios es por, (ejemplo y contiene las respuestas de más de 10.000 entrevistados elaborado por encargo de la UCAB, (intitulado Valoraciones de la democracia en Venezuela y América Latina mayo 2013), donde la mayoría opina que somos hábiles, retóricos, superficiales, y fabuladores, que nuestra irresponsabilidad nos yeva a prometer sine die todo tipo de favores, desprovistos de los más esenciales principios de escrupulosidad. Por eso el abordaje de este tramo sin querer hacer una exégesis ni aristotélica, ni metafórica crística, hay que dar un paso al frente, urgente y afinar muestra relación, con la creatividad, y el contacto cercano con las comunidades, igual en lo tocante al mundo de las ideas, las ciencias, las tecnologías digitales, de las artes, las letras, pero especialmente desafiar al mundo ideológico y sus derivaciones nacionales preñadas de violencia y tópicos marchitos, sin medrosidades, para dotarse de los obligatorios presupuestos programáticos y doctrinarios básicos como nutriente del desarroyo de visiones globales y regionales, y las necesarias respuestas que se requieren con urgencia, para confrontar los retos en forma conjunta, articulados a diversas formas de organización que nos permita estar presentes a diario en las iniciativas ciudadanas de todos los sectores, especialmente es nuestra maltratada Capital, acechada por viejas y nuevas calamidades que resienten su vida cotidiana, hoy en esta hora menguada de la Patria, la apuesta es atreverse a soñar, a pesar de que el medio es hostil; hay que prepararse para romper con él, casi como medida extrema de supervivencia (es imperdonable no hacerlo). Hay levantar vuelo desde el antecedente de la carencia en el país de un modelo educativo y de proximidad a nuestro contexto cultural que propicie la plena utilización cognitiva, una de las claves es la búsqueda de todos los modelos de aprendizaje conocidos, que nos permitan desarroyar las áreas esenciales epistémicas de nuestras particularidades. Es imperativo cortarle las alas al mito de nuestra ingeniosidad que nos ha yevado a frívolas ocurrencias y a excesivos humorismos. Hemos dilapidado irresponsablemente las ventajas de nuestras exclusivas, emotividades creativas. Es urgente un radical cambio en la estructuración de un sistema educativo, que recoja nuestro imaginario, y lo articule con las tecnologías aplicadas al desarroyo del conocimiento, que nos saque de nuestro rezago histórico, producto de la ausencia de un liderazgo, cuyo residual enfoque no está afirmado en nuestro quehacer, cultural, económico, productivo, histórico y humano, ni en nuestros rasgos del imaginario del contexto regional, articulado a los procesos de exponencial modernidad
Nuestro intelligentsia Civilista democrática…
Nuestro proceso de democratización tuvo que esperar, para su viabilizacion más de medio siglo con la formación y consolidación de organizaciones políticas populares de rango ideológico. Casi todas eyas nacidas en la Universidad, en un país que en 1936 tenía 70% de analfabetismo y que en el 1958 exhibía un 50% de ciudadanos en tan lamentable estado. La intelligentsia Civilista democrática, con vocación política (a diferencia de la Positivista. Hipócritamente apolítica, que sirvió de escalón a las dictaduras, de todo pelaje, desde Guzmán a Pérez Jiménez), pensó, gesto, alumbró, alimento, y apuntalo el sueño de una patria civil y civilista. La democratización aun con todas sus fragilidades no tiene ascendencia pretoriana: es un decidido empeño civilista. La Doxa republicana de la Patria siempre ha residido en la auténtica universitas (no en el engendro clientelar de las izquierdas de los 60, también eyas militarizadas, cambiando según Marx, las armas de la crítica por las críticas de las armas, con ebriedad de violencia y aventurerismo). Basta recordar y releer en 1928, el discurso de Jovito Villalba en el Panteón. Rememoremos igualmente la alborada de la insurgencia civil del 57 contra la oprobiosa dictadura de Pérez Jiménez, adelantada por la juventud universitaria y respaldada por los Profesores. Nunca, el pretorianismo ha hecho suya la auténtica y mejor causa de la “casa que vence las sombras”, para expresarlo con las líricas estrofas del himno de la Universidad Central. Por eso la urgencia de un resurgir del sueño civilista al que deben tender de verdad la sociedad civil y la sociedad política aquí para construir un Estado, ya que en país pareciera que actualmente el envilecimiento colectivo a yevado a la pérdida del sentido de la comunidad y a la peligrosa fragmentación; es una Patria cuya lógica conduce al sinsentido de buscar con actitud irresponsable, el caudiyismo milagroso (necesitamos un líder) o el espectro del comandante militar, o el látigo del capataz para imponer la regresión de la comunidad al rebaño extraviado; se impone de nuevo la necesidad de una intelligetsia aqueya que prostituyó; desde los 60, el marxismo universitario (con su correlato de sectarismos y exclusiones) con sus militarismos de vanguardia y retaguardia. Eyas han heredado el desafío al cual ni las generaciones del 70- 80- 90, no quisimos, no supimos o no pudimos responder con grandeza. Por eso es forzoso el decidido acompañamiento en intensas jornadas de reflexión y de participación que deben ir de la mano con todos los sectores de nuestras comunidades con acentuación en nuestras barriadas, los abandonados a su suerte en la zonas rurales, a los que los ingleses se refieren con una intraducible expresión (Underdog) los que están por debajo de los perros, los más débiles, la apuesta debe ser por el desarroyo “democrático” que alcance en el corto y mediano plazo una clara elaboración programática. Muy atentos a los nuevos descaminados intentos de saltos al vacío, (que se vaya ya). En nuestra accidentada historia republicana-democrática, hemos elaborado en el país dos docenas de maraviyosas constituciones, profusos códigos éticos, que han terminado siendo mamotretos que han servido para solapar y satisfacer vanidades de turno, que han frustrado sueños y voluntades de exigencias de cambios. Uno de los pasos que debe dar el pretendido liderazgo, es el de una alianza nacional, todavía cabalgamos sobre el pacto de Nación de 1811, (el yamado de Punto Fijo del 58, lo licuaron sus torpes legatarios oficiantes), este tiene que interpretar el nuevo espacio épocal, una confección de esa monta no es tarea para roídas burocracias, ni para comisiones y comisionados ad hoc, ni equipos de activismos voluntaristas, ni de supuestas experiencias, con imprecisas formulaciones y ocasionales encuentros, ni de círculos de cumbres de amplios frentes o frentes amplios con el pretendido tinte académico o desteñidos eventos de los grupos políticos que no pasan de ser remakes con la intención de cargarlos en la red y hacerlos tendencia. Nos toca a todos en esta coyuntura de esta inclemente crisis frente a la coalición que regenta el país la inaplazable tarea de invitar e invitarnos rigurosamente a todos los venezolanos de excepción para escucharnos en forma continuada sistemática, hasta lograr presentar el más profundo sólido y comprensible documento de un realizable proyecto nacional que se fortalezca en el contexto nacional, por supuesto con los necesarios tributos de las teorizaciones de las corrientes de pensamiento universal de la sociología, la historia, las ciencias políticas, de la filosofía, las ciencias duras, de elaboraciones de las tecnologías e inteligencia artificial hoy en boga y demás, capítulo aparte que no admite simplificaciones que es la cohabitación con la nueva autoridad simbólica que son la diversidad de redes que apuestan por intereses particulares. Debe quedar claro que nadie tiene el poder absoluto para cambiar todo un entramado social o para impedir sus cambios en forma terminante. Las transformaciones, las avances en la calidad de vida, las reformas son procesos complejos, largos, muy arduos. Cada quien aporta su grano de arena al respecto. Quienes se han abrazado el rol de políticos tienen, sin duda, un privilegio especial: su accionar influye de un modo más hondo que otros en este proceso. Por eso hay que tener muy claro los principios éticos con los que deben manejarse. Más ayá de la imperiosa necesidad de trabajar para asegurar la propia subsistencia. El dilema que se nos plantea es: ¿Bajamos el cogote para continuar con este sistema o nos batiremos para proponer otro? Jugar con mitificaciones del ayer supone, para quien reflexiona para la acción (y muchas veces desde la acción misma) es ceguera ante el mañana. No se trata de obligar a nuestras madres o esposas a repetir la dura imprecación de la madre de Boabdil, el último rey moro de Granada cuando inclemente le increpo, (yoras como mujer lo que no supiste defender como hombre).
Consideraciones finales…
A lo impensado de todo conflicto se señala en el Argot militar de los anglosajones “For af War”, la bruma de La Guerra. Esos imprevistos o complicaciones al hecho de que ningún hombre puede calcular la capacidad del genio humano o de su estupidez, ni la capacidad de su arrojo. La posibilidad de que el gobierno a pesar de sus acciones anteriores pueda asumir y apostemos porque sea así, en el nuevo intento de diálogo un cronograma que nos yeve a un proceso de elecciones con suficientes garantías de veeduría y control por factores externos e internos, pero atento de quienes podrían repetir las costumbres de conductas a través de especialmente el TSJ, La Contraloría y el CNE y que sorprendan con más obstáculos y hagan nugatoria la voluntad participatoria, lo que cuadra con la visión estratégica de la Antiya Mayor de dislocar al “Enemigo” introduciendo elementos de sorpresa, por eso es necesario prever una vía alterna. Anticipadamente con firmeza se debe exigir elementos que moderen el ventajismo del chavismo especialmente en el CNE, Frente a cualquier amago de endurecer estas condiciones, habrá que cortarle contundentemente el paso a esta posibilidad, vamos a transitar la difícil ruta democrática frente a un gobierno que ha dado muestras especialmente en los últimos tiempos de no respeta reglas del juego, como es el de dirimir con coacciones y no con el voto todos los diferendos, en el terreno de la lucha política, por eso es que la convocatoria es a esa confrontación con algunas flexibilización que se alcancen en los acuerdos y las normas que señaladas taxativamente en nuestra constitución, así como otras leyes y reglamentos que las amplían, pero que no se equivoquemos, tenemos que estar dispuestos en el decisivo momento a poner la carne en el asador, y las bolas en el yunque, de no hacerlo, les consentiríamos dar el tiro de gracia a la República. Por eso es que debernos invitarnos a todos, más ayá de diferencias en nuestros enfoques hay que insistir con quienes tienen la posta en la necesidad de una coordinación más ayá “de acciones coincidentes” conservando cada uno su independencia ideológica y su autonomía organizativa interna. Esta coordinación debe responder a la consigna de que “todas las fuerzas políticas están obligadas a hacer respetar la Soberanía Nacional con los medios que dispongan”. En este momento debe ser entre otras el de marchar paralelos y entusiasmar con los que promueven una masiva asistencia a las elecciones, tratando de estimular los que tienen severas vacilaciones por participar, y nos anuncian descabeyadas acciones “desalojarlo ya” para finalmente encontrarse en la decisión más conveniente y cumplir la vieja máxima militar de marchar separados y atacar concentrados, materializando el axioma estratégico del “objetivo alterno” como lo simplifico el General Sherman para que sea el régimen o no nosotros los que estén colocados esta vez, entre los Cuernos de un Dilema.
En el país pasa el tiempo y el segundero avanza decapitando esperanzas…
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