La Asociación Europea de Cámaras de Comercio cree que las firmas comunitarias detendrán proyectos de inversión para priorizar el ahorro.
Los elevados costos energéticos son el principal reto identificado por las empresas de cara al próximo año y amenazan con desencadenar cortes de producción y despidos en 2023, según la Encuesta Económica Global publicada hoy por Eurochambres, que representa a las cámaras de comercio europeas.
«Está claro que la situación actual de crisis y los acontecimientos asociados en los mercados energéticos siguen poniendo a las empresas europeas bajo una presión considerable, con una creciente posibilidad de cortes de producción y una pérdida de empleo significativa», remarca el informe.
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El documento de Eurochambres indica «sin sorpresas» y «en línea con los resultados objetivos en la última edición de la encuesta» que el acceso «asequible» a energía y materias primas es citado por las empresas encuestadas como el reto más importante en 2023.
En este sentido, apunta a un «riesgo real» de que haya empresas, en especial dentro de sectores con uso intensivo de energía, que muden su producción fuera de Europa, lo que provocaría «una pérdida de competitividad» de la industria comunitaria y «perjudicaría los objetivos de una autonomía estratégica europea».
Tras los costos energéticos, las empresas encuestadas nombran por segundo año consecutivo la dificultad para encontrar trabajadores cualificados como segundo desafío de 2023, en particular debido a los «desajustes» que encuentran las firmas que se «embarcan» en proyectos relacionados con las transiciones verde y digital.
Aumento de los costos laborales
En un nivel de preocupación similar se encuentran el aumento «desorbitado» de los costos laborales, seguido por las dificultades para acceder a financiamiento, los cortes en las cadenas de suministro, la exigencia de distintos requisitos de sostenibilidad y posibles nuevas restricciones por el coronavirus.
«Aunque sería agradable presentar unas perspectivas optimistas para el año que viene, los resultados subrayan el contexto complicado e incierto que deriva de la pandemia de Covid, el impacto de la actual guerra en Ucrania y el aumento de los precios energéticos», resume el presidente del Eurochambres, Luc Frieden, en su introducción para un informe que recoge respuestas de 42.000 emprendedores de 25 países europeos.
En general, la encuesta de Eurochambres muestra un mayor pesimismo del tejido empresarial europeo con respecto al informe anual del año pasado y solo recoge un indicador en positivo (el de las previsiones de ventas domésticas a lo largo de 2023), mientras que el resto pasan a terreno negativo.
Por ejemplo, las empresas europeas esperan que sus exportaciones disminuyan «con fuerza» a lo largo de 2023 y además que esta caída sea «considerablemente más pronunciada» que la registrada durante la pandemia debido a las restricciones que todavía se están adoptando, los problemas en las cadenas de suministro y los precios de la energía y de materias primas.
Contracción del empleo
Con respecto al empleo, las compañías encuestadas también predicen una contracción en 2023 con el argumento de que las medidas temporales de apoyo puestas en marcha durante los últimos dos años para evitar pérdidas de empleo durante la pandemia «parecen no ser sostenibles» para el próximo año puesto que «las empresas absorberán el impacto de la recesión económica y las presiones inflacionarias de los salarios».
Este contexto también afectará a la ejecución de inversiones, según el informe de Eurochambres, que apunta que el «triple golpe» de la pandemia, la crisis energética y la guerra en Ucrania «ha resultado en una menor capacidad de compra, no solo en Europa».
«La menor propensión de las empresas a invertir proviene de una extendida pérdida de confianza en su capacidad de operar de acuerdo con volúmenes previos a la pandemia, una demanda exterior más débil y posibles problemas de liquidez debido al incremento de los costos de los préstamos», explica el texto.
En consecuencia, la Asociación Europea de Cámaras de Comercio cree que las firmas comunitarias detendrán proyectos de inversión para priorizar el ahorro, lo que supone una «señal alarmante» para la recuperación y la transición hacia una economía descarbonizada y digital.
Por último, y como consecuencia de todos los indicadores incluidos en el informe, las respuestas de las empresas también revelan una «caída drástica» de la confianza para el próximo año, lo que refleja «el entorno extremadamente complicado para el que se están preparando los emprendedores» de cara a 2023.
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