Nombre con el cual bautizamos un grupo que sirviera para identificarnos con la idea de reunirnos sin que mediaran agenda. Su esencia, crear espacio para encontrarnos cada dos semanas, simplemente para conversar. Faltaba convenir el lugar. Surgió y adoptamos los ambientes de aire y luz del Spizzico en La Castellana. Y para simplificar, propuse que su apelativo sería: Los Específicos. Y así quedó. Bajo animación de Eleazar Díaz Rangel, Mario Sanoja, Iraida Vargas, Roberto Malaver, Roberto Hernández Montoya, Julio Escalona, Roy Chaderton, Maryclen Stelling y mi persona.
Varios años anduvimos en esta amable correría del buen hablar y mejor escucharnos y evitar que solo fuera de simple sello de lo cordial. Pero no todo se da como se espera. Ayer asistimos al último viaje que en este plano vital tuvo la gran amiga Maryclen Stelling. Sé que nos sigue mirando y burlándose con sus ojos vivaces y llenos de humor de cuantas tonterías podemos seguir gestando.
Me encuentro con Maryclen por vía de sus hermanos Paco, Alfredo. Cuando habíamos copado trincheras en su casa para llevar a cabo juegos de carritos eléctricos. Válgame Dios. Luego pasamos a la UCV, mucho compartimos en esa materia supra académica del Cafetín: Economía-Derecho y demás.
En las vueltas de la vida y sin que mediara acuerdo previo, coincidimos en París y en la misma Sorbona donde se estaba gestando esa monumental oposición entre la racionalidad cartesiana Vs. la que se reclamaba desde Nanterre, acabar con ese aún abominable verbo: Prohibir. Cuyas primeras víctimas eran las mujeres. Había mucha ira acumulada contra la tiranía machista. Tanta, que allí presencié uno de los actos más contundentes de rebeldía femenina del Mayo 68. Una bella jovencita se montó en la cátedra de un profe del Olimpo, y sin el menor pudor se orinó sobre su cátedra.
Maryclen estuvo en Mayo como nadie. Vivía a tres manzanas de la Sorbona, Rue Monsieur Le Prince.
Regresa a Caracas, casa con Aroldo Macareño y hace su vida con hijos y nietos. A regocijo. Compite el destino. En 2017, dejé de ser director general del Celarg y Maryclen va a ocupar este cargo hasta la fecha. Destacan en este lapso los encuentros de los Específicos y la serie de entrevistas que José Vicente Rangel le hizo. Ayer nos despedimos de su presencia física. Nos deja sin sus aportes, siempre precisos en propuestas… Abur, su imagen y afectos allí seguirán.