Se le conoce como bobito por su naturaleza confiada. Pertenece a una familia de bobos, los bucónidos, aves tropicales que habitan desde México hasta América del Sur.
Ambos sexos son externamente similares, con coloración oscura por arriba y manchas blanquecinas sobre la cabeza, espalda y alas.
Es un ave de cabeza grande, cola larga, de cuerpo y cuello gruesos con el pico ganchudo.
La cara es blanca con ojos grandes; el iris es amarillo. Sus partes superiores son de color marrón, con manchas blanquecinas y las puntas de las alas blancas.
Posee una marcada banda pectoral negra que puede variar geográficamente, las poblaciones del oeste tienen una sola, las del este, dos. El color de la garganta puede variar de marrón y rufo (entre rojo y marrón).
Las poblaciones distribuidas en zonas áridas occidentales tienen tonalidades más pálidas.
Se posa tranquilamente sobre las ramas en espera de los insectos que vuelan cerca, cuando los captura retorna a la misma rama. Mientras está asechando a su presa, está prácticamente inmóvil y no se asusta con facilidad, lo que hace muy fácil apreciarlo.
Hace su nido con forma de horno. Se distribuye en una amplia variedad de hábitats que incluye sabanas arboladas, bordes de bosque, bosque deciduo y zonas áridas.
Es muy vocal, cantando solo o a dúo, una ruidosa serie acelerada de «guduc», que puede durar hasta treinta segundos.
Omar David Suárez – El Impulso