Al parecer, fue el Dr. Arturo Uslar Pietri, quien se “atrevió” a mencionar y publicar el constructo “pendejo”. Considerado para aquel entonces, como una vulgaridad del tamaño del templo de San Basilio. Todo el mundo se alarmó por lo que había dicho el Dr. Uslar. Pero adentrándonos en la concepción del término, significa 1) “Pelo que nace en el pubis y en las ingles.” 2) “Persona sinvergüenza o despreciable.” Entre otras acepciones. Incluyendo algo sobre el culo (http://etimologias.dechile.net/?pendejo). Bien, volviendo a lo que quiero abordar. Me quedo con “sinvergüenza o despreciable”. Y descarto la palabra “despreciable, que no estoy acostumbrado a utilizarla. Me ofendan o no. Nadie es despreciable. Todos somos útiles. Pero muchos somos sinvergüenzas. Pendejos pues. Y se lo voy a demostrar para que se entienda hasta donde quiero llegar.
Ocurre que cuando alguien, por ejemplo te pide un dinero en calidad de préstamo para ser devuelto en un tiempo y espacio específico, y no cumple con el compromiso adquirido; pero vuelve a darte otra fecha para cancelarte la deuda y pasa el tiempo y la misma vaina, te estás convirtiendo en pendejo. En una persona que no tiene vergüenza. Otro ejemplo mucho más claro: eres un pendejo cuando un comerciante no te acepta nuestra moneda de curso legal (el bolívar) y te pide dólares que es una transacción ilegal, y tú le aceptas las condiciones, entonces te conviertes en un pendejo. Voy con mayor claridad, el régimen ha ofrecido cancelarles los aguinaldos a los empleados públicos en tres “cómodas cuotas”, situación está también ilegal, y tú le aceptas esas condiciones, entonces te conviertes en un pendejo. Claro, muchos dirán que los que no tienen vergüenza son los del régimen. Porque a sabiendas de que deben cancelarte tu dinero cuando te corresponde, se hacen los pendejos y no te dicen cómo ni cuando te pagarán lo que por derecho te corresponde. Punto. Así de fácil.
Me comentaba un amigo sobre “las pendejadas” y me quería meter “gato por liebre” cuando quería irse por el engaño y desprecio que su mujer le tenía. Le dije, no. Con la mujer ni con el pétalo de una rosa. Volvió a insistir, “pero es que ella… “. Y lo interrumpí: no amigo mío, entiendo tu preocupación con tu mujer, pero cada quien es como es. Cada persona actúa de acuerdo a como ve las cosas. Las mujeres sean pendejas o no, hay que respetarlas. Lo importante del asunto es que debe privar el diálogo asertivo, cordial, fraterno, comprensivo, amable, en fin, buscarle el lado donde tú, como persona inteligente, saber convencerla. Insistió el amigo: “…es que he tratado de…”. Cambiemos de tema, le respondí. Hasta allí. No continué con una conversación pendeja. “Cada loco con su tema! Miren la cantidad de consejos que te dan en las redes sociales para solventar la situación que para muchos son pendejadas de parejas. Además. Yo no soy consejero de situaciones entre parejas. Ya con la situación mía es suficiente. Aunque sea una pendejada. Ahora, lo más cumbre del caso, respecto al régimen, es que asumes como cierto lo que te ofrecen durante todos los años que estén en el poder. Sigue allí. Esperando que te solucionen tus problemas. Es decir, te conviertes en un sinvergüenza. En un pendejo pues. No amigo del alma. Busca salirle al paso a las adversidades.
Haz como el Águila: vuela alto. No te dejes engañar. Busca otro espacio para que veas lo bonito que te ofrece la vida. Aaaah, pero si te mantienes apegado a la teta ilusionaría pensando que aún le queda leche para alimentarte y no es así, entonces eres un verdadero pendejo. Ojo, aclaro. Como siempre le he hecho: no estoy involucrando a nadie en particular. Es una realidad del tamaño del cielo. Que cada quien resuelva su pendejada. Concluyo, como dice el refrán popular: “todos los días sale un bobo a la calle, el que lo encuentre es de él”. Eso no puede ser. Debemos ser gente “echá pá lante”, como mentaba mi abuela Candelaria de la Concepción González. Echarle borlas para crecer como personas no pendejas. Porque la dinámica social actual, así lo exige. Sobre todo con la crisis de valores morales que cada día se pierden en el infinito. Y a mi modo de ver, este tema trae cola. Porque el astro Sol, sale para todos. Pero muchos piensan que no es una realidad y se aprovechan de los pendejos. Muéstrale que no lo eres. Se abre el debate.
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