El lobo y su rebaño
Este domingo, según los datos ofrecidos por el gobierno de la Ciudad de México que encabeza la morenista Claudia Sheinbaum, se manifestaron más de un millón de personas que llegaron de los 22 estados gobernados por el partido oficial MORENA obedeciendo al llamado de su jerarca: Andrés Manuel López Obrador, quien los convocó a “festejar” junto con él su cuarto aniversario en la Presidencia de México.
Como en los tiempos de cuando gobernaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la nomenclatura política y burocrática del oficialismo se hizo presente con la presencia de los 22 gobernadores emanados del partido MORENA, acompañados de sus correspondientes contingentes de empleados y huestes quienes acudieron para alabar- voluntariamente e involuntariamente- a su líder, e incluso para pedirle a gritos su reelección.
El 1 de diciembre se cumplen mil cuatrocientos sesenta días en los que la esperanza de una nación ha sido arrastrada a un lúgubre viaje de autoritarismo, desprecio por la democracia y la civilidad, censura, violencia, impunidad, abuso de poder, corrupción y acuerdos con grupos criminales. Un gobierno que ha incluso llegado a superar la decadencia de los tres gobiernos que en lo que va del siglo le antecedieron. Un gobierno de simulación que en la práctica contradice lo que pregona. Un lobo que con piel de oveja llegó al poder en 2018.
Antes de llegar a la Presidencia, AMLO ofreció democracia y ha impuesto la autocracia. En lugar de transformación, involución. En vez de esperanza un negro futuro. En vez de paz, criminalidad cotidiana que se ensaña con los más vulnerables en una espiral infernal donde la violencia llama a la violencia.
En vez de libertad de expresión, censura. De la promesa del regreso del ejército a sus cuarteles, el militarismo total. En vez de justicia, abrazos al crimen. En lugar de legalidad, ilegalidad que se extiende como plaga desde la silla presidencial y llega hasta cada rincón del país donde los ciudadanos tienen que vivir bajo el yugo de la delincuencia organizada que cogobierna en diferentes partes del territorio con gobiernos emanados de quienes convocaron a la “celebración” del día de ayer.
A quienes durante estas más de mil y una noches no encontrábamos una frase que pudiera sintetizar este fenómeno de involución dentro de la involución, finalmente ayer su creador, López Obrador, le puso nombre. Lo bautizó en su discurso de festejo como “humanismo mexicano”.
Que del ‘humanismo’ morenista le hablen a las familias de las 109 mil 138 personas victimas de homicidio doloso en los tres primeros años de su mandato, 71 por ciento más que las 63,835 personas asesinadas en los tres primeros años de gobierno de su antecesor Enrique Peña Nieto, según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Que de ‘humanismo’ le hablen a las 11 mil 852 mujeres que fueron asesinadas violentamente en el primer trienio de AMLO (2019-2021), registrándose en este periodo la mayor tasa de homicidios de mujeres desde 1990 a la fecha superando la barrera de 6 puntos. Cuatro mil 413 víctimas femeninas más que en los tres primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto (7,439 homicidios del sexo femenino de acuerdo al INEGI).
Que del “humanismo mexicano” le platiquen a los 28, 819 humanos desaparecidos o no localizados durante los tres primeros años de gobierno de AMLO (2019-2021) más del doble que las 13,920 personas que desaparecieron en el primer trienio de Peña Nieto (2013-2015), según las bases de datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) del gobierno de López Obrador. Actualmente hay un total acumulado de 108 mil personas en esta situación, contra las 40 mil 185 acumuladas en el gobierno de Peña Nieto y las 35 mil en el gobierno de Felipe Calderón.
Respecto a la tasa de incidencia delictiva, es decir número de delitos por víctima el gobierno de AMLO no ha podido mejorar las malas cifras de Peña Nieto. En 2018 la tasa era de 1,3 delitos por persona, en 2019 ese número subió a 1,4, y en 2020 y 2021 se estancó en 1,3.
Un país conformado por 32 entidades penetradas sin excepción por el crimen organizado. Ciento nueve organizaciones que comandan traficando drogas y personas, extorsionan, secuestran, y roban hidrocarburos, cooptando a su paso a autoridades de todos los niveles.
Que explique el Presidente de qué tipo de humanismo habla cuando pese a que el 61 por ciento de los mexicanos considera la inseguridad pública como su principal problema cotidiano, en 2021 el 96,3 por ciento de delitos que ocurrieron en el país no fueron denunciados o no se abrió carpeta de investigación. Y de la minúscula cifra de delitos que sí fueron denunciados en el 50,8 por ciento “no pasó nada o no se continuó con la investigación”. Todos estos datos del INEGI.
¿Cuál humanismo hay para los ciudadanos que son víctimas de extorsión? De los tres principales delitos que se miden anualmente en la incidencia delictiva: robo, fraude y extorsión éste último ha crecido más del 2 por ciento de 2019 a 2021 pasando del 15,3 por ciento al 17,5.
A su cuarto año de gobierno AMLO sufre de una severa resaca ‘verbal’ porque, ¿qué humanismo puede existir en medio de la muerte, el miedo y el caos?
¿Qué festejan AMLO y los morenistas?
De acuerdo a medios de comunicación, se registraron casos en los que autoridades como la Guardia Nacional- bajo control del Ejército- obligaron a sus elementos a que sin pretexto engrosaran las filas del desfile pro-AMLO por ‘ordenes superiores’. Y en la Ciudad de México se registraron casos en programas sociales que se obligó a los empleados y beneficiarios a presentarse en la manifestación.
Y así, entre voluntarios y obligados, AMLO festejó junto a miembros de su gabinete y los 22 gobernadores emanados de MORENA: Ciudad de México, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Hidalgo, Quintana Roo, Sonora, Tamaulipas, Sinaloa, Colima, Nayarit, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Tabasco, Zacatecas, Morelos, Puebla, San Luis Potosí, Veracruz, Tlaxcala y Chiapas. Todos ellos con profundos problemas seguridad pública e injusticia.
Sonrientes hicieron alarde de su presencia con sus respectivos contingentes. Se hicieron notar a través de las redes sociales o fueron captados por los medios de comunicación. Y mientras los 22 muestran su la lealtad a AMLO, los ciudadanos que los eligieron son embestidos por el crimen.
De los nueve estados del país donde la tasa de personas víctimas de delitos (prevalencia delictiva) supera la media nacional de 24.2 por ciento, cuatro son gobernados por los mandatarios que el domingo fueron a festejar el morenismo de Estado: Ciudad de México 32.1 por ciento, Baja California, 27.2 por ciento, Tabasco, 26.9 por ciento, y Puebla con el 26.1 por ciento.
De los 14 estados de la república que encabezan la vergonzosa lista de delitos ocurridos pero no denunciados o denunciados pero de los que no se abrió carpeta de investigación 11 son gobernados por MORENA: Sinaloa con el 96,7 por ciento de los delitos ocurridos; San Luis Potosí, 96,3, Guerrero 96,2, Michoacán 94,4; Tabasco, 94,4; Sonora 94,3; Oaxaca 94,2; Tamaulipas 94,1; Nayarit, 94,0; Puebla, 93,6; Veracruz, 93,2.
En México operan al menos 109 grupos de delincuencia organizada en base a documentos internos de la SEDENA revelados por el grupo de hackers Guacamaya Leaks, que he analizado, y a un reporte confidencial de la Secretaría de la Marina elaborado en 2022. De los cinco estados que tienen el mayor número de organizaciones criminales operando, todos son gobernados por MORENA siendo el Cartel de Sinaloa la constante en todos ellos.