Venezuela vive con el chavismo bajo un régimen autoritario de nuevo tipo, post moderno, del siglo XXI, dijo Andrés Caleca

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Caleca, el hombre que recorre Venezuela repitiendo: “Hay que votar siempre, ¿quién inventó eso de que en dictadura no se vota?”

El político opositor asevera que el país vive bajo un régimen autoritario de nuevo tipo, post moderno, del siglo XXI, que tiene una característica: “Es muy electoralista, le gusta vestirse de elecciones y de una supuesta respetabilidad democrática que no logra conseguir”

Sebastiana Barráez – Infobae

No vacila Andrés Caleca. “Sí, hay que participar, en cualquier circunstancia, aún perdiendo, pero en esta oportunidad hay la posibilidad real de ganarle a Maduro. El rechazo que tiene el gobierno de Maduro ronda el 80 % de Venezuela, eso lo confirman todas las encuestas, bueno menos la de Schemel, pero además lo confirma el 21 de noviembre, que no fue una encuesta sino la realidad; el chavismo sacó el 20% de los votos, y no va a sacar más, no tiene más gente el chavismo”, dice en conversación con Infobae.

Andrés José de San Bosco Caleca Pacheco ha llamado la atención de varios sectores del país cuando ha sido casi una voz solitaria en la oposición instando a prepararse para las elecciones, haciendo giras por todo el país, reuniéndose con dirigentes de base, emitiendo opinión sobre temas políticos. De inmediato Diosdado Cabello, el segundo del PSUV, lo señaló de andar en campaña como si fuera un delito.

Este hombre de verbo agudo, a veces permitiéndose ser mordaz, es caraqueño de nacimiento, licenciado en Economía Política, nunca ha ejercido como profesor, aunque muchos lo llaman así. Militó en el Movimiento Electoral del Pueblo, como secretario nacional juvenil y diputado al Congreso, entre 1978 y 1983. Desde entonces se retiró de la política y se dedicó, durante 9 años, a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) hasta 1995, ocupando cargos relevantes como directivo en SIDOR, Venalum, CVG Internacional, Ferrocasa y Fanatracto. Entre 1993 y 19954 fue presidente de Instituto de Siderurgia (IVES).

 

Pero quizá lo más relevante para la entrevista que sostuvo con Infobae es que Andrés Caleca fue designado, en 1997, por el Congreso de la República, rector del primer Consejo Nacional Electoral (CNE), ente del cual fue presidente hasta 1999. Es un convencido de que “ese 80% que rechaza al chavismo hay que convertirlo en una mayoría política capaz de derrotarlo, y no lo estamos haciendo. Los partidos ensimismados en sus problemas internos, que todos sumados no alcanzan un apoyo del 20%, entonces hay un empate catastrófico allí, con un 60% del país que no se interesa en el tema político, porque no ve salida”.

Asevera que Venezuela está “ante un régimen con rasgos muy pronunciados de ser un régimen autoritario de nuevo tipo, post moderno, siglo XXI, que tiene una característica: es muy electoralista, le gusta vestirse de elecciones y de una supuesta respetabilidad democrática que no logra conseguir, entre otras cosas, porque las elecciones las hace en un contexto cada vez más restringido”.

Narra que asistió a un foro invitado por la seccional Caracas de la Acción Democrática (AD) de Ramos Allup donde estuvo el CES, autoridad regional y dirigentes parroquiales, los adecos de a pie, que no tienen que ver con la cúpula del partido. “Repetí una frase: hay que votar siempre, aún en las peores circunstancias, y sobre todo en las peores circunstancias”.

“Les dije que los demócratas votamos en cualquier circunstancia, en cualquier elección que haya. Recordé aquel episodio, cuando los estudiantes de la Federación de Estudiantes de Venezuela, inventaron aquella elección de la reina de carnaval, a finales de los años ´30; parece mentira, pero esa fue la primera elección democrática en Venezuela, y abrió los ojos a todo el mundo de que se podía votar y elegir, en este caso una reina de carnaval. Eso fue un terremoto político al punto que terminaron todos presos y muchos de ellos exilados”.

“Pero fíjate, la importancia del voto no sólo radica en el hecho de que es el ejercicio del poder sino que es la posibilidad de mantener viva la llama, la idea, el sentido de la democracia como el gobierno electo por la mayoría y no impuesto por las armas o por cualquier otro mecanismo”.

Cuando se le pregunta si cree efectivo recorrer el país hablando de elecciones cuando la mayoría no cree en ella, Caleca dice con convicción “lo que quiero es sensibilizar al país. Estoy, particularmente, hablando con los dirigentes de base, porque este es un tema de los que saben dónde está la mesa electoral, cuáles pueden ser los testigos, dónde están los centros electorales, dónde tenemos debilidades o no. Eso no lo saben los dirigentes de Caracas, sino los dirigentes parroquiales que rodean al centro electoral”.

-¿Qué le dice Caleca a quienes pregonan que en ‘dictadura no se vota’ hasta que no haya condiciones?

-¿Quién inventó eso que en dictadura no se vota? Eso es absolutamente falso. En dictadura no se vota cuando la dictadura impide que se vote, porque la dictadura trata de que no se vote, pero si la dictadura da la posibilidad de votar, hay que acudir a la elección en cualquier circunstancia, esa ha sido la historia de todas las luchas democráticas en el mundo y las nuestras también. Mira, en el año más terrible de la dictadura perezjimenista, 1952, se le dio una derrota terrible al dictador, cuando intentó modificar la Constitución. ¿Que desconoció esa derrota, que metió presos a los miembros del Consejo Supremo Electoral, que persiguió a todos los dirigentes políticos? Pero cinco años después estaba fuera del Poder, la gente no se rindió nunca. A la gente se le olvida que en el año 57, unos días antes de caer el régimen, habían unas elecciones presidenciales, la oposición se unió alrededor de la candidatura de Rafael Caldera, y el gobierno se asustó tanto que, violando la Constitución, cambió la elección presidencial por un plebiscito; solo estuvo un mes más en el poder y tuvo que irse.

-¿Por qué el venezolano debe votar en este escenario de tanta desconfianza con el Consejo Nacional Electoral y con el voto mismo?

-Sí, el venezolano ha sido despojado de tantos derechos a lo largo de 23 años de régimen chavista, entre ellos los derechos políticos que han sido tasajeados y hoy estamos reducidos a una situación de precariedad institucional, no tenemos quien nos defienda frente al Estado, etc., y de las pocas cosas que le quedan al pueblo venezolano, es el voto, la posibilidad de ejercer su opinión en cualquier oportunidad que se presente para expresarla.

-¿Aún con tanta duda y desconfianza?

-Los venezolanos tenemos que aprovechar cualquier oportunidad de esta naturaleza que ocurra porque la coalición dominante en Venezuela es muy particular, donde uno de sus componentes, que llamo rezagos de la izquierda stalinista venezolana, están allí gobernando en Miraflores, conjuntamente con el militarismo secular de nuestra historia, y una tercera pata que son las bandas criminales. Una de las características de esta coalición es que además de autoritaria, tiene una profunda vocación totalitaria que deriva del Stalinismo ideológico que los caracteriza. Si fuera por ellos habrían instaurado en Venezuela, y quieren hacerlo en el futuro, si se les deja, un régimen totalitario, que es mucho más grave que uno autoritario.

-¿Explíquenos por qué?

-En un régimen totalitario, las dictaduras tradicionales que hemos padecido en Venezuela y en América Latina, se contentan con el control del poder del Estado. En el caso de los regímenes totalitarios que vivimos en el siglo XX, la característica es el copamiento no sólo del poder del Estado sino el espiritual de la Nación, se quieren apropiar del alma de los ciudadanos, de la totalidad, de la cultura, de las expresiones religiosas, cualquier circunstancia de la vida pública bajo la égida del gobierno del Estado”.

-¿Y qué se hace ante un poder con esta naturaleza?

-Los ciudadanos tienen que luchar agónicamente, por no dejarse asfixiar. Cualquier posibilidad de votar, cualquier posibilidad de expresar la voluntad de los ciudadanos, libre de la injerencia del Estado, debe ser aprovechada. Esa fue la realidad que vivieron los países tras la Cortina de Hierro; los países de la Unión Soviética, Bulgaria, Polonia, Rumanía, Checoeslovaquia, toda esa disidencia, y ahora en Cuba igual, luchaba agónicamente para que les permitieran votar. En los últimos años ha sido una lucha constante de la oposición cubana disminuida, como todos sabemos, por un referendo constitucional que no le ha sido cedido.

-La necesidad de votar está ahí.

-Sí, la lucha de los demócratas en condiciones del totalitarismo y autoritarismo, es la lucha por el voto. Fíjate, la primera gran revolución popular del siglo XX, que no fue la bolchevique, fue la revolución mexicana, tenía como consigna fundamental aquella que lanzó Madero, “sufragio efectivo, no reelección”, siempre el sufragio, siempre la posibilidad de que la gente vote y decida. En el caso de nuestra democracia, la lucha por la democracia se concreta también al final del régimen de Juan Vicente Gómez, en la exigencia por elecciones universales, directas y secretas. La lucha de los demócratas es siempre por la elección.

-¿Entonces nunca hay que dejar de votar?

-Exacto. La defensa del voto es prácticamente la defensa de la democracia y hay que ejercerlo, repito, en cualquier circunstancia. Hay que pelear por ello. Para hablar del voto, del sufragio, hay que reconocer que estamos en presencia de un proceso, porque eso se llama proceso electoral, en el cual no sólo es el día de votar, sino desde el primer día en que se decide participar, en el cual se empieza a luchar por las condiciones. Esa lucha lleva a la creación de una conciencia democrática, lleva a la organización de un proceso democrático, a la difusión de las ideas democráticas, que impide que se consolide el totalitarismo, que en la cancha autócrata solo esté el enemigo autócrata. El voto es la resistencia de los ciudadanos.

-¿Y después de votar cómo lograr que el ente electoral respete esa voluntad popular? ¿Hay alguna garantía para que eso suceda?

-La primera vía es la organización de los centros electorales. Por supuesto, hay una cantidad de violaciones en todo el proceso por el tema del registro electoral. La gente suele concentrarse, cuando se habla de elecciones, en el tema de los candidatos, no se dan cuenta y no nos damos cuenta que lo más importante en una elección, cualquiera que sea, son los electores más que el candidato. En cualquier elección, incluso gremios, sindicatos, club privado, antes de lanzar las planchas, la primera discusión es quiénes tienen derecho a votar, y en elecciones de carácter político es el registro electoral, el padrón electoral, los quiénes tienen derecho a votar. Ahí empieza la lucha, quiénes son los que tienen que votar. Pero inmediatamente hay un segundo elemento, prepararse para defender el voto, que no implica solamente la reacción si el pueblo se lance a la calle, porque no sabemos cómo va a ocurrir. Esas son cosas sobrevenidas, pero hay cosas que sí podemos hacer.

-¿Cuáles cosas sí se pueden hacer?

-Por ejemplo, los testigos de las mesas hay que formarlos y prepararlos desde ahora; las elecciones que tenemos en puertas para el 2024 si es que no deciden adelantarlas, son las del Presidente de la República. El CNE abre 40 mil mesas electorales en el país para ese proceso. Bueno, si nosotros queremos tener aunque sea dos testigos en cada una de ellas, estamos hablando de 160 mil personas que deben ser entrenadas, localizadas, además de atendidas antes y durante el proceso electoral, para garantizar que no haya un fraude, un desconocimiento de la voluntad popular.

-Las trampas, el uso del TSJ y otros son problemas a enfrentar.

-Sí, sí, ya hay una cantidad de problemas en el camino: partidos a los que les han quitado sus símbolos, censura de prensa, cientos de emisoras de radio cerradas en lo que va del año 2022, buscando el silencio opositor, ese tipo de cosas del ecosistema electoral. Por cierto, esa cantidad de elementos no le han servido al chavismo cuando la población ha decidido salir a votar en su contra, demostrado en múltiples procesos electorales, el último con mucha relevancia, fue el de Barinas. Todo ese ecosistema no le sirvió de nada al chavismo.

-Bien, ¿pero qué más hacer con el tema de las mesas electorales y el torcer la voluntad popular el día de la elección?

-Bueno, se resuelve con una férrea organización del testigo disciplinado.

-¿Y sobre el fraude electoral?

-Mira, la gente tiene muchas dudas sobre el tema de las máquinas, se nos olvida que nosotros fuimos al proceso automatizado porque dejamos de creer en el proceso manual. El proceso manual se fue complejizando porque pasamos de 6 a 13 millones de votantes y el escrutinio era muy complicado, inmanejable, después de la transmisión de esa votación, que se contabilizaba a mano en un pizarrón, el Plan República se llevaba las actas hasta la Junta Regional, y se decía que en el camino se perdían actas, que en la mesa sin testigos de oposición se repartían los votos, etc.; esa era la matriz de opinión del país. Venezuela entonces decidió hacer un proceso licitatorio internacional y organizar sus procesos de votación, escrutinio, totalización y transmisión de los datos y así llegamos al proceso automatizado. Desde entonces, te estoy hablando del año 98 hasta hoy, al 21 de noviembre del año pasado, se han hecho miles de auditorías en las mesas de votación, aleatorias, con presencia de todos los partidos, técnicos de universidades, auditorías previas sobre el comportamiento del sistema electrónico del proceso de votación, escrutinio, totalización y de la transmisión de la data. Nunca, en ningún caso se ha demostrado, de ninguna manera que la maquina no reflejó lo que se votó, transmitió y llegó a la totalización.

-Entonces, ¿dónde está la trampa posible?

-El fraude posible se ha cometido cuando no hay testigos de la oposición en una mesa electoral. El procedimiento es el siguiente: cuando se va el último votante y solo quedan los miembros de mesa, imagínate que todos sean chavistas, pues antes de pulsar el comando de la máquina electoral que cierra el proceso, y que genera un acta provisional, se fijan quiénes son los electores que no han votado, liberan el capta huellas que no ofrece ninguna seguridad y empiezan a votar y por eso vemos unos resultados electorales absurdos en algunos casos. Al terminar de votar, transmiten los datos, así se roban los votos de quien no votó.

-Eso se resuelve votando.

-Sí, y con la presencia activa de los testigos de mesa. Mucha gente tiene que en el año 2013 el señor Capriles ganó las elecciones al señor Maduro; se exigieron unas auditorias de los cuadernos de votación, que el señor Maduro dijo que la iban a hacer pero no las hicieron, pero no se pudo demostrar porque Capriles y el comando de campaña no tenía en su poder más de 20% de las actas; unas 6 mil mesas en todo el país, no contaban con presencia opositora y ahí está todo, ahí está la posibilidad de la trampa. Entonces, los venezolanos no sólo tenemos que exigirle al gobierno que cumpla nuestros derechos, al Consejo Nacional Electoral (CNE) que respete nuestro voto, pero sobre todo tenemos que garantizárnoslo nosotros mismos, partiendo de que estamos en presencia de un régimen que no es democrático, que es capaz de hacer cualquier trampa, y ya las está haciendo en todo el ecosistema que rodea las elecciones. Entonces, depende de nosotros.

-En eso anda usted por el país.

-Sí, entre otras cosas, porque el gobierno ha hecho que creamos que es imposible ganarle. También por los errores de la oposición, a cuantos procesos electorales tenemos que no vamos, que le hemos dicho a la gente que no vale la pena votar, que en dictadura no se vota. Entonces me he dedicado a recordarle a esos dirigentes cuál es su experiencia, a señalar qué está en nuestras manos. Sí tenemos que pelear para que nos abran el CNE, para que se vuelva a hacer el sorteo para los miembros de mesa, para las Juntas Regionales y Municipales, que tienen años que no se hace. No podemos llegar a la elección del 2024 con los mismos miembros de mesa que se sortearon hace 10 años, porque muchos han muerto, se han ido del país, no viven ya en ese sitio, y esa es una trampa ahí escondida que tiene el CNE. Pero sobre todo, tenemos que dedicarnos, sobre cualquier otra cosa a nuestras propias fuerzas. Primero, prepárate tú para la pelea que tienes por delante porque es una pelea, ya no es una fiesta electoral como antes.

-¿Qué significa eso?

-Que el testigo de mesa no va a llegar como antes a un colegio engalanado porque era el día de las elecciones, no, va a llegar a un sitio quizá rodeado de colectivos, seguramente, con un Plan República, que se ha convertido en un partido armado del gobierno que le pone mala cara, que trata de impedir que el testigo opositor participe, con un coordinador de centros que es una figura totalmente ilegal impuesta por el CNE, que por supuesto son chavistas que mandan por encima de la única autoridad que existe a nivel electoral que son los miembros de mesa. Bueno, todo ese ambiente hostil requiere que tus testigos o representantes en esa mesa electoral estén lo suficientemente preparados, motivados y bien atendidos.

-Sí, un miembro de mesa no debe sentirse vulnerable. Lo digo por experiencia propia; sin ser de ninguna tendencia o partido, supe lo difícil que fue hacer cumplir el reglamento.

-Por supuesto y por eso no puedes dejarlos allí, a las cinco de la mañana, y olvidarte de ellos, tienes que atenderlos, crear las brigadas o equipos de trabajo, como los llames, alrededor de cada centro electoral para que no dejen solo jamás a un miembro de mesa que, además de agua y comida, si lo quieren expulsar de la mesa o del centro electoral, inmediatamente se movilicen 100 o 200 personas alrededor de ese centro electoral. Todo eso está en nuestras manos. Eso no nos lo va a dar el gobierno, ni el CNE, eso lo tenemos que hacer nosotros, y yo pregunto ¿para cuándo? Pero veo a una dirigencia política enfrascada en el tema fundamental de las candidaturas, y de sus egos y peleas internas, incluso entre sus propios partidos, mientras el tema central de cómo afrontar con tiempo, organizadamente, un proceso electoral en desventaja, porque estamos en un régimen autoritario, eso sí es verdad. Con todo en contra, se requiere entender que vamos tarde para el trabajo que hay que hacer.

-¿Y las primarias de la oposición?

-Me han invitado como a sesenta reuniones, yo no voy a ir a ninguna reunión, olvídense, primero vamos a ocuparnos de los electores, del registro electoral, del padrón electoral, de motivar a la gente para que vote, de vencer a la resignación, porque aquí hay tres enemigos y no podemos permitir que se implante en el país que ‘aquí no hay nada que hacer’, y eso se está implantando por culpa nuestra. La diáspora es un tema duro y sé que no gusta que lo diga, pero no puedo callarlo, la diáspora es culpa fundamentalmente del Gobierno que ha creado las condiciones para que eso ocurra, pero también es culpa nuestra porque es nuestra responsabilidad abrirle una esperanza al país y hemos fracasado en eso; la gente se va desesperanzada, sintiendo que no hay nada que hacer y entonces le entregamos el país a estos facinerosos y no podemos resignarnos, tenemos que construir otra vía, estoy hablando de trabajo nuestro, tenemos que vencer la abstención. El poder de una elección es muy grande.

-Eso está demostrado.

-Sin duda, mira lo que ocurrió en Barinas; gana Superlano y le birlan el triunfo después que el CNE lo había reconocido, el tribunal inhabilita a destiempo a Superlano y hacen todo un desastre. Inundaron a Barinas de dádivas, de clientelismo; recuerdo cuando la izquierda, de la cual yo formaba parte, nos quejábamos del clientelismo de AD, Copei y URD comprando a la gente con planchas de zinc y latas de leche, bueno ahora esta gente (PSUV) llevó neveras, televisores, de todo. Maduro envió, camuflajeado en maniobras militares, a 25 mil soldados, la cuarta parte de lo que Putin movilizó para invadir a Ucrania, para que el pueblo de Barinas se asustara y no votara o saliera a votar por el chavismo, siendo la mayor movilización militar en la historia venezolana, desde El Porteñazo para acá, y no le sirvió de nada. La gente se indignó y salió a votar, venció la resignación, venció la abstención, y venció a la división, porque Superlano había ganado con apenas 126 votos porque la oposición tenía dos grandes candidatos, Superlano y Rosales Peña. Bueno, se produjo el milagro, la gente se indignó, la gente votó y se le dio una derrota terrible donde las bayonetas no sirvieron absolutamente para nada, eso es lo que debe pasar en Venezuela.

-En esas giras por el interior del país, ¿qué anécdota lo ha conmovido? ¿Qué relevante siente que ha sucedido en esas visitas?

-Primero, me ha conmovido muchísimo el estado de deterioro del interior del país; en Ciudad Guayana, la más bella de Venezuela, donde viví más de una década, las zonas abandonadas. El grado de pobreza que he visto en Monagas, la gente con los zapatos y la ropa ruñiíta (roída), como decía mi mamá, y cuando hablas con ellos son profesores, maestros, ingenieros… Ahora, imagínate a la gente común, sencilla, eso me ha impactado tremendamente. Me han impactado en positivo dos cosas: La primera, recuerda que no estoy haciendo actos masivos, sino recorridos, visitas a dirigentes locales de partidos políticos y gremios, y he encontrado que en ese nivel hay una absoluta convicción en la unidad, y que funcionan unidos hasta muchísimo más que en los otros niveles de dirección. Encuentras en la misma reunión a dirigentes de Fetramagisterio y del Sindicato de la Construcción, dirigentes de AD con dirigentes empresariales, todos tomando en serio el tema político y la posibilidad de que el 2024 se convierta en una salida para el país, siempre hay mezquindad, pero llegan con su franela, llegan con su gorrita del partido, eso me parece muy bien, una de las cosas que echo de menos de la política opositora en los últimos años. ¿Desde cuándo no hay una foto de todos los dirigentes políticos juntos? En cambio todas estas visitas al interior terminan en una selfie o en una foto, rodeado de todos los partidos, de Voluntad Popular, Primero Justicia, AD, Fuerza Vecinal, que es un partido que está fuera de la Plataforma Unitaria, la gente de Falcón, participan los maestros, sindicalistas, gremios empresariales, es otro mundo; ojalá se imponga ese espíritu de abajo hacia arriba, porque lamentablemente, no veo ese espíritu en la dirigencia nacional.

 

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