El profesor de la Universidad de Carabobo (UC), Carlos Ñáñez, aseguró que la consecuencia de esta medida es la desigualdad y la escasez en todos los productos que se pretendan controlar. El fantasma de la escasez regresó. Con el anuncio del control de precios de más de 40 productos de consumo masivo, revive ese miedo que, según el economista Carlos Ñáñez, se trata de un indicativo de que Venezuela no se arregló.
Así lo manifestó durante su participación en el Twitter Spaces de El Carabobeño del miércoles 7 de diciembre, en el que dijo que se trata de una medida que aumenta el grado de incertidumbre de la población.Encontrar la estabilidad económica reside en la posibilidad de generar confianza, que es un elemento necesario para la economía, y el gobierno de Maduro sigue apelando a los controles ineficientes de precios como generadores de mercados regulados… que promueve el contrabando, la especulación y una economía gris.
Las consecuencias, de acuerdo con quien además es profesor de la Universidad de Carabobo (UC), es la desigualdad y la escasez en todos los productos que se pretendan controlar.
El también economista, Alejandro Castro, señaló que esta es una medida que se toma en medio de los temores que se enfrenta ante el aumento agresivo de la tasa del dólar.
Si aumenta el tipo de cambio todos los precios suben, porque el bolívar cada día vale menos y el dólar se ha convertido en un ancla de lo que son los precios. Y ahora toman esta medida negativa luego de que ya vivimos un control de precios que rondó una escasez de 70 %, dijo durante su intervención en el Twitter Spaces de El Carabobeño.
Resaltó que existe una disputa a lo interno del gobierno. Hay un grupo más heterodoxo que está dispuesto a cierta apertura económica, y el grupo más ortodoxo que quiere volver a los controles de precios y de cambio.
El problema de la disparidad cambiaria
Las cifras económicas que maneja Ñáñez son todas negativas. Con un ascenso de la inflación anualizada en 155,77 %, según información oficial, la política cambiaria sigue siendo errada ya que en solo dos días los números así lo revelan.
El lunes 5 de diciembre estaba en 13,78 bolívares el dólar paralelo con una brecha de 17,88 % contra el tipo de cambio oficial de 11,69 bolívares… El miércoles 7 el tipo de cambio paralelo ya estaba en 15,37 y oficial cerró en 12,66. La brecha de 17,88 % entre los dos esquemas subió a 21,4 %, lo cual demuestra una expectativa negativa.
Esto significa, para el economista, que el Banco Central de Venezuela (BCV) perdió la capacidad de controlar el tipo de cambio a través de las intervenciones monetarias que suman más de cuatro mil millones de dólares.
Castro indicó que las reservas internacionales del país son finitas y rondan los cinco mil millones de dólares, mientras que las reservas operativas son menores a 800 millones de dólares y buena parte depende del flujo de caja de Pdvsa.
Lo más sano para el BCV es que deje de quemar reservas, que maneje un tipo de cambio más cercano al equilibrio, y que el crecimiento de bolívares corresponda con el crecimiento de la economía venezolana.
Aseguró que la depreciación interdiaria es de alrededor de 2 %, seguramente vamos a cerrar el año con un tipo cambio superior a los 21 bolívares por dólar que está más cerca de la realidad y un poco más cerca al tipo de cambio de equilibrio que disminuiría la depreciación cambiaria.
Ñáñez dijo que en Venezuela opera un tipo de cambio sucio y el BCV actúa como un operador más en el mercado. Las políticas de intervención cambiaria dan cuenta de un agotamiento sin la posibilidad de generar metas cambiarias. El BCV se planteaba para finales de año un precio de dólar a siete bolívares.
Prefirió no dar cifras de un posible cierre de la tasa para final de 2022 porque se trata de un mercado con mucha volatilidad y entropía.
Lo que se debe hacer en 2023
Los errores cometidos en materia económica y monetaria por el gobierno fueron varios durante 2022, según aseveraron ambos especialistas.
Seguir apelando a la improvisación para salir de la hiperinflación que duró 49 meses, fue uno de ellos, sobre todo al hacerlo con la hiper reducción del gasto público con la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en 75 %, y el endeudamiento por la vía de la inyección dinero.
A esto se suma la inexistencia de una política clara del BCV de acceso a la información pública de sus datos macroeconómicos, no tenemos datos de endeudamiento, ni de balanza comercial, no tenemos datos de las reservas internacionales, resaltó Ñáñez.
Para él, lo que debe hacerse en 2023 es volver al tipo de cambio de equilibrio y revertir el proceso de orden fiscal, porque el desorden monetario es una consecuencia del disparate del mal manejo fiscal.
Castro coincidió al decir que se debe poner orden monetario y cambiario, que no se emita dinero inorgánicamente para que haya confianza, y que se aumente la moneda local en concordancia con el aumento de la actividad económica. Que no se emita dinero sin respaldo, que no se monetice el déficit fiscal.
Dayrí Blanco – El Carabobeño