Los manifestantes volvieron a tomar las calles en Irán después de que un hombre fuera sentenciado a muerte en la primera ejecución conocida relacionada con las protestas antigubernamentales. El jueves, Mohsen Shekari fue ahorcado en un acto que muchos describieron como un juicio espectáculo
DW
Continúan las protestas en Irán por la ejecución del joven que participó en las movilizaciones contra la represión
Desde hace tres meses, la población de Irán sobrelleva como le permiten su disconformidad con el despotismo de las autoridades patrias. En septiembre, la joven Masha Amini perdía la vida en una comisaría, tras ser detenida por la Policía de la moral, alegando que llevaba mal puesto el velo islámico. Las protestas, que empezaban entonces, no solo no han cesado sino que han ido en aumento. Como consecuencia, también ha crecido la represión. Este jueves, ejecutaban a Mohsen Shekari, un joven de 23 años que había sido condenado a muerte por secundar las manifestaciones. Ahora, los activistas iraníes hacen un llamamiento para tomar las calles y exigir justicia.
Llamamos por la muerte de Mohsen Shekari, mártir por la libertad de nuestro país, y en contra de la ejecución de los compañeros encarcelados, publicó el colectivo Jóvenes de los Barrios de Teherán en redes sociales. Se trata del primer ahorcamiento de un manifestante, acusado de herir a un miliciano islámico y hacer guerra contra dios. Otras diez personas han sido sentenciadas a la pena capital por su participación en las movilizaciones y más de 400 ciudadanos han fallecido desde que empezaron las revueltas.
La ejecución de Mohsen ya provocó protestas durante la noche del jueves, con gritos como muerte al dictador y muerte a la sepah, en referencia al líder supremo del país, Ali Jameneí, y a la Guardia Revolucionaria. Las autoridades iraníes, lejos de asumir responsabilidades, han anunciado represalias y castigos estrictos para los manifestantes y para aquellos que cometan actos vandálicos.
Varias personas se manifiestan con banderas de Irán y retratos de Mahsa Amini en apoyo a las protestas en el país, frente al Capitolio de los Estados Unidos
Las jerarquías suníes de Irán abren un nuevo frente contra la República Islámica al respaldar la oleada de protestas
Aluvión de críticas internacionales
La ejecución del joven Mohsen Shekari, la arbitrariedad y la represión perpetradas han despertado las críticas de multitud de países y organismos internacionales. Desde el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU han condenado de manera rotunda los hechos y aseguran que el objetivo de los dirigentes iraníes es crear temor. Volker Türk, presidente del departamento, ha pedido a las autoridades del país establecer una moratoria y liberar a los detenidos relacionados con las protestas.
Por su parte, la Unión Europea tiene previsto aprobar el próximo lunes nuevas sanciones contra los responsables de vulnerar las libertades fundamentales en Irán. El decreto ampliará la lista de personas y empresas vinculadas con la coacción social, al mismo tiempo que penalizará a todas aquellas que hayan brindado apoyo militar a Rusia.
El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, se ha sumado a los reproches y ha instado a las autoridades iraníes a poner fin a la persecución de las movilizaciones pacíficas que sacuden el país desde mediados de septiembre. Detengan la violencia contra los niños, mujeres y hombres que se manifiestan en las calles y plazas de Irán. Respeten los derechos humanos, ha sentenciado el mandatario.
El Gobierno de Irán defiende los abusos
Ante el aluvión de críticas recibidas, el Gobierno iraní sostiene que su respuesta policial y judicial es proporcionada y mesurada. Las autoridades consideran que los métodos antidisturbios empleados son lógicos y acusan a los países occidentales de hipocresía y de apoyar las protestas.
Público.es