Ezequiel Querales Viloria: !Yanky not go home! !Come back to Venezuela, please!

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Aún subyace por los rincones más apartados de Venezuela, lo que para la revolución bonita, ha sido el ominoso tufo destructor, explotador, del Yanky  saqueador, de las inmensas riquezas venezolanas.

Ese “Yanky Go Home”, “sacado a patadas” del país, por impostor, y ser el causante principal, de los males y terribles desgracias, sufridas por Venezuela, a lo largo de su historia.

Gringos, que por años, mantuvieron y sembraron en Venezuela, el ingenio creativo, pero que impedía con su omnipresencia modernizadora de primer mundo, el avance arrollador de la “revolución, participativa y protagónica, para el repunte, de la PDVSA, del país potencia energética e industrial, de todas, y de todos”.

Por fortuna, para el chavismo emancipador, “esos bichos”, tuvieron que huir despavoridos, temerosos, de los vientos innovadores del socialismo del siglo XXI.

Basta darse una vueltecita por la zona costera de Falcón, para apreciar de lejos, porque de cerca no se permite, la “saña Made In Usa”, plasmada en el otrora Centro Refinador de Paraguaná ( CRP), uno de los complejos refinadores de crudos más grandes del mundo, creado, ampliado, modernizado, a partir de 1945, por las empresas petrolera estadounidenses que pasaron por estas tierras.

“Gracias a los nuevos vientos revolucionarios, el CRP pudo ser gallardamente rescatado para hacerlo soberano, al servicio del sufrido pueblo, de todas y de todos”.

Es de los mal pensados demócratas y visionarios, que solo buscan mal poner el  auge innovador cubano-pesuvista, afirmar que de la siembra petrolera que por más de medio siglo apuntalaron las empresas petrolera norteamericanas, y consolidaron por muchos años, al Bolívar, como una de las monedas (4,30), más fuerte del orbe.

Nada más ofensivo les resulta a los izquierdosos, revelar que de esos “campos pitiyanquis”, salieron miles de jóvenes, entrenados en centros artesanales, a formarse en universidades  nacionales, de Estados Unidos, de Europa, para luego, reincorporarse a la creciente industria petrolera, a la naciente expansión  empresarial y agroindustrial del país, generadas por las firmas Made In USA, y que para su provecho, ahora reparten ese talento por el mundo.

Hemos perdido la cuenta, de la cantidad de años, que las empresas gringas, “defraudaban al país”, con sus “espantajos línea blanca”, (cocinas, neveras, lavadoras, electrodomésticos y equipos de sonido de última tecnología, Frigidaire, General Electric, Electro-Lux, Phillips,  Sonny, Motorola, etc), ahora extrañadas, pero sustituidas triunfalmente, por sus similares chinas, iraníes, o rusas.

Ni hablar de gustos y disgustos alimenticios gringos y sus colaterales riesgos a la salud, por años, contra la población venezolana. Entre las que se recuerden, están Nestlé, compotas Gerber, cereales Kellogs, Korn Flakes, las sospechosas Kechup Heinz, leche Camprolac,  Avena Quaker, y tantos productos que formaron parte de nuestros hogares y fueron mandados  “al mismísimo sipote”, por la revolución.

Da igual el dinero que se tenga o las promesas que hagan los políticos. Sencillamente, resulta imposible comprar lo que no existe o que está empezado a retornar al mercado nacional, pero a precios inaccesibles.  Uno de los casos más extremos es la de leche infantil. ¿Qué podemos esperar de un sistema que no es capaz de suministrar a sus ciudadanos algo tan vital como la fórmula para lactantes?.

¡Pero Oh bendita salvación babalao!, que vino a cambiar el teatro de la absurda realidad nacional, por una nueva categoría de esperpento. Es así como el  ruidoso grito de ¡Yanky  Go Home!, mutó de golpe, a ¡Yanky Not Go Home, Come Home, Please!

Ya la petrolera estadounidense Chevron está de vuelta para operar en Venezuela, a cambio, de auxiliar al régimen con unos ingresos indirectos. Es la punta de iceberg, que muestra las fauces, en un nuevo tránsito de extraño y grotesco surrealismo.

Ezzevil34@gmail.com

 

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