Alejo García: El Día Internacional de la Solidaridad Humana

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La solidaridad es una acción y valor que se establece como la colaboración mútua entre las personas para lograr la superación de los más terribles desastres, entre ellos: guerras, pestes, enfermedades y otros afines. Esta actuación social tiene por finalidad promover la solidaridad como atractivo esencial para la cooperación y el bienestar de los pueblos. A través de ella, las naciones tienen el compromiso en la construcción de un espacio de fraternidad y de paz, así como la aplicación de medidas y ejecutorias para la erradicación de la pobreza y sensibilizar a la opinión sobre la importancia y necesidad de la solidaridad como valor humano.

En atención a que la solidaridad es considerada uno de los valores esenciales en las relaciones internacionales en el contexto de la globalización con el fin de una construcción de sociedad más equitativa, la Asamblea general de las Naciones Unidas, declaró según la Resolución 60/209 (PDF) del 22 de noviembre de 2005, la creación del Día Internacional de la Solidaridad Humana, el 20 de diciembre como una efeméride de suma importancia en el confort de los seres humanos.

Esta fraternidad es un atractivo humano que se fundamente en el apoyo a una causa o interés ajeno de forma voluntaria, imparcial y desinteresada, especialmente en situaciones de la vida cotidiana o de gran magnitud como los desastres naturales, acciones bélicas, movimientos de migrantes, aparición de epidemias y ciertas convulsiones similares.

Entre los autores celebres de la solidaridad se destacan o nivel mundial en los más notables los siguientes: Irene Sendler (1910-2008), conocida como El Ángel del Gueto de Varsovia, fue enfermera y trabajadora social polaca católica, quién salvó más de 2.500 Judíos de Holocausto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Mahatma Ghandi (1869-1948), en calidad de político, pensador y abogado obtuvo la Independencia de la India del Imperio Británico, ayudó a millones de pobres y defendió la paz mundial, Nelson Mandela (1818-2013), abogado político y filántropo sudafricano, eliminó el Apartheid, promovió un mensaje de reconciliación y convivencia entre las razas, Teresa de Calcuta, monja católica fundadora de “La Congregación de Las Misiones de la Caridad de Calcuta” en 1950 y la Cruz Roja Internacional, catalogada como un símbolo de la solidaridad, ha prestado enorme ayuda a los pueblos cuando padecen calamidades.

Para practicar la solidaridad es significativo desarrollar desde la infancia en calidad de valores esenciales humanos como el respeto y la tolerancia. En ese sentido, debemos colaborar brindando sostén recíproco a familiares, amigos o todos aquellos que necesiten al encontrarse en disposición dificultosa y de adversidad. Es aconsejable aplicar acciones caritativas en nuestra vida cotidiana: saber escuchar a alguien que lo necesite, ejercer labores de voluntariado para el socorro a niños, ancianos, enfermos, aprender los primeros auxilios para asistir cuando se necesita, ceder el asiento en el bus o metro, destinar ayudas económicas a organizaciones sin ánimo de lucro, donar sangre, adoptar una mascota y prometer ropa, libros, calzados o juguetes que no se utilicen y en buen estado.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible propugnado por la ONU, como el fin de la pobreza, el hambre cero o la reducción de las desigualdades en la sociedad necesitan como medio para cumplirse la solidaridad entre las personas. Por ello, la misma debe ser una de las reglas de conducta más significativas en todos los ámbitos de la vida.

Al conmemorar el Día Internacional de la Solidaridad Humana debemos estar atentos y dispuestos a facilitar a aquellos prójimos que padecen apuros y les urgen fraternidad en los instantes de fatalidad.

 

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