Desde hace muchos años, uno de los placeres que tenía durante el Mundial de Fútbol, era al final de cada partido coger el teléfono y llamar al Negro Fran Tovar y preguntarle -¿Negro, cómo viste el juego?, sabiendo que me iba a decir algo que nadie había visto, igual como lo hace con sus análisis políticos. Este mundial, gracias al desastre bolivariano, fueron impedidas esas cotorras entre mi amigote y yo.
El Negro Fran y yo hemos sido felices y hemos sufrido juntos por Argentina, a causa de Argentina y por culpa de Argentina.
A mí el fútbol me gustó por la Selección Argentina y por Maradona, quién sin duda fue un genio, maldito, pero genio. Le perdoné sus drogas, que haya entristecido a mi hija en 1994, incluso su chavismo y le agradecí los asombros que nos regaló.
Corté con él a partir de la burlesca “conducción” de la Selección en aquel Mundial en el que fue el Director Técnico, hasta los jugadores estaban ladillados* de Maradona. Esa no se la perdoné y ya no me gustó más Maradona. Nos avergonzó a quienes lo amamos, le sumó tristezas a nuestras decepciones.
Pero esas decepciones, tristezas y vergüenzas fueron borradas em Qatar cuando NUESTRA Selección Argentina, regando sangre, sudor y lágrimas en la cancha, CONQUISTÓ La Copa Mundial de Fútbol, guiada por la mente maestra de Lionel Scaloni e iluminada por el genio de Lionel Messi.
Y es que Messi es un genio.
Messi es un artista.
De esos que aparecen cada 500 años.
Como Michelangelo Buonarroti.
¿Qué no?
A Michelangelo la Municipalidad de Florencia le adjudicó un bloque maltrecho de mármol que ellos habían adquirido años atrás y que estorbaba en la Piazza di La Signoria.
Todos veían un bloque de mármol imposible.
Miguel Ángel veía el David.
Messi es igual.
En donde todos ven bosques robustos de piernas imposibles de traspasar, Lionel Messi ve un gol.
Y si ese gol no existe, él lo crea.
La habilidad de Messi no son sus piernas prodigiosas. Cristiano y Mbapé las tienen. El milagro de Messi es su mente.
Lo grande del Buonarroti no lo eran sus manos, era su mente.
Por eso Messi es un genio, no es solo un futbolista.
Messi es un gran artista, mucho más que el fantástico atleta que es.
El pase a gol ante Croacia, por ejemplo, es una obra de arte excepcional, una expresión estética de máxima belleza, y por cierto, subersiva y oportuna, en este mundo y en estos tiempos en los que la belleza es el enemigo a derrotar por las élites transhumanistas.
Esta pieza de arte notable que nos regala Lionel Messi ante Croacia, nos reconcilia con lo bello de la naturaleza humana y nos demuestra que un genio puede levantarse en lugares y en los momentos más inesperados, como con gran razón y agudeza lo descubre el crítico gastronómico Antón Ego.
¿Y dónde entra el aroma a café aquí, ya que hemos caído en materias del paladar? Lo tengo dentro de mí, y es que Paula me dio una inspiración y una sensibilidad para percibir la belleza y en particular estos detalles tan elevados del arte de Messi, que cuando lo veía ejecutando su música, sentía que bailaba con ella, y es lo que trato de traspasar aquí.
¿Qué quién es Paula? Bueno, eso es asunto mío, solo puedo decir que ese día del triunfo de TODOS, me sentí envuelto en un aroma a café fresco que invadía mi planeta, que salía desde Medellín y que opacaba el olor a mate que el resto de los habitantes del globo seguro que sentía ese día.
Al fin fuimos felices.
Gracias Messi
Gracias Scaloni
Gracias Argentina
*Ladillado: expresión venezolana que expresa máximo aburrimiento, bochorno, vergüenza, enojo.