El australiano remonta un set a su rival, con el que siempre había perdido
Rafael Nadal acabó el año con su primera derrota ante Cameron Norrie en la United Cup de Sidney y ha empezado 2023 con otro traspié sin precedentes frente a Alex de Miñaur por 3-6, 6-1 y 7-5, en 2 horas y 42 minutos.
Sólo en dos ocasiones a lo largo de su carrera había iniciado una campaña con derrota: Chennai 2004, con Thierry Ascione y Doha 2015 ante Michael Berrer.
De Miñaur sigue en un buen momento de forma, el mismo que ayudó a su país a disputar la final de la pasada Copa Davis en el Martín Carpena de Málaga. Allí no le dio para ganar a Felix Auger-Aliassime.
Y es que el cara a cara con los ‘top10’ ha sido históricamente la asignatura pendiente del australiano residente en Alicante. De los 38 partidos jugados sólo ha ganado ocho. Sus seis títulos son en torneos de categoría 250: Sidney, Atlanta y Zhuhai (2019); Antalya y Eastbourne (2021); y Atlanta (2022).
Lleyton Hewitt confía plenamente en él porque siempre da un sí a sus llamadas. Todo lo contrario que el talentoso Nick Kyrgios, que se borró de la competición un día antes del inicio.
Un saque a 161 kilómetros por hora que acabó en doble falta fue la antesala del primer ‘break’ del número uno ‘aussie’. De Miñaur se situó con un 3-2 y le entró el pánico. Cometió dos dobles faltas que facilitaron la rotura de su condecorado rival.
Nadal dio la vuelta a un 40-0 con 4-3 para encadenar su segundo ‘break’. Suyos habían sido los últimos cuatro juegos para anotarse el parcial.
A sus 36 años, Rafa sigue sudando y mucho. Un voluntario tuvo que salir a secar la pista. Su bola viajaba a 160 kilómetros por hora, todo lo contrario que la de su rival.
Alex le entregó el quinto juego seguido, otra vez al saque. Se escuchaban gritos de decepción en la repleta grada del Ken Rosewall Arena de Sidney.
De Miñaur se fabricó tres opciones de rotura con 1-0 abajo. Rafa solventó las dos primeras con dos certeros servicios. No pudo con la tercera.
El tenista local volvía a escena. Tuvo cuatro bolas de 3-1 y saque. Fue entonces cuando Nadal pasó al ataque. No le quedaba otra porque el australiano le estaba comiendo pista.
Un rosco de parcial
Alex estaba subido a la ola de la remontada y encadenó su tercer juego. Llegaría un cuarto y un quinto. Se había puesto en modo frontón.
El español había pegado un bajón físico. A pesar del marcador desfavorable de 5-1, siguió luchando. Acabaría encajando un parcial de 6-0, entre otras cosas, por sus 23 errores no forzados que contrastaban con los nueve del primer set.
Busca el cambio de alturas, él bajará porque ahora está muy inspirado. Para pegar la derecha tienes que pegar bien el revés cruzado, animaba Marc López a su jugador en el banquillo.
Falta de confianza
Rafa atajó la sangría y empezó liderando el tanteo en la manga de desempate. Tuvo cuatro pelotas de 2-0 y no las pudo convertir. Se le escapan golpes por milímetros. Se lamentaba de su falta de confianza tras entregar por quinta vez el saque.
El resultado era 3-2 abajo. Entonces apareció la mejor versión de Nadal como súper clase que es, con dos dejadas y una derecha ganadora imposible de contrarrestar.
Sin embargo, acabó cediendo ante un oponente al que había ganado en los tres precedentes entre ambos. El vencedor se anotó los últimos 10 puntos del partido.
A falta de 14 días para el inicio del primer grande, el manacorí ha disputado su último y único partido oficial antes de acudir a la defensa de la corona en las pistas del Melbourne Park. Le queda la opción de disputar alguna exhibición como la de Kooyong.
Termina su participación en la United Cup sin sumar puntos, lo que pone en peligro su número dos mundial. Mantiene una diferencia de 50 puntos respecto a Casper Ruud, que juega mañana con Matteo Berrettini. Más lejos está Stefanos Tsitsipas (215 puntos).
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