Carlos Casanova: Admitir el aborto sería un fracaso social

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Considerar la legalización del aborto es admitir el fracaso en las políticas públicas de planificación familiar, de educación sexual y reproductiva en todos los niveles de la educación, así como el fracaso de la enseñanza del método anticonceptivo, el fracaso de padres en la formación e información sobre estos temas, sería en consecuencia un fracaso de gobiernos y de la sociedad, que no encuentra otra alternativa que admitir el aborto como método anticonceptivo.

El vientre de una mujer cuando está embarazada es dador de vida, por tanto no puedo concebir que el vientre de la madre pueda ser constituido como la escena del crimen.

Según estimaciones de Human Right Watch, el 13 % de las muertes maternas en el mundo se atribuyen al aborto inseguro. Son entre 68.000 y 78.000 fallecimientos anuales evitables para el 2021.

La ONU determinó hace 25 años que el aborto no podía incluirse en la planificación familiar. Sin embargo, cambió de opinión en la conferencia de planificación familiar patrocinada por la ONU y el gobierno de Tailandia, donde consideró el aborto como un medio integral de planificación familiar.

Ahora bien: El feto no es cuerpo de la madre sobre el que pueda decidir, es un ser vivo diferente de la madre que vive en ella. El aborto no es un signo de progreso social, tomándole prestadas las palabras al Padre Jesús Silva: “El aborto no es una interrupción porque no se vuelve a reanudar, no es un derecho porque no existe el derecho de matar, no es seguro porque en la práctica siempre muere una vida, no es legal porque es inconstitucional, el aborto tampoco es salud porque el embarazo no es una enfermedad”.

Revisando números, en España, el año pasado abortaron 6.674 que lo hacían por 3ª vez, 2.328 por 4ª vez, 884 por 5ª vez, y 723 por 6ª vez, lo cual indica que es practicado como método anticonceptivo. Entre 1999 y 2020, solo en Europa han abortado 32.691.216 niños.

¿Cómo se puede promover la ley de abortos en Venezuela, que es un país despoblado? Son 7 millones 500 mil venezolanos los que se fueron. Desde ya tenemos problemas de reemplazo generacional, constituyéndose en un problema de capital humano. No se puede aprobar una ley de aborto contraria al interés nacional que indica que somos hoy una población vieja y no joven como en otros tiempos. No se puede permitir que se impongan políticas desde el exterior.

Estamos presenciando una campaña global que promueve la despenalización de la pedofilia para convertirla en tendencia sexual ¿No es esto liquidar el derecho del niño(a)? Estamos viendo cómo se pasó de la eutanasia del enfermo a la eutanasia del sano, cómo se enseña educación sexual en primaria, donde se le dice al infante que el sexo es subjetivo, depende de cómo se sienta, y le ponen al niño vestimenta de mujer y a la niña vestimenta de hombre a ver cómo se siente mejor, pero ya en Europa se admiten los derechos del hombre o mujer que se siente caballo y como tal reconocerle derechos, matrimonios múltiples de tres o cuatro, el reconocimiento legal de que el niño tiene varios padres o madres, esto está sucediendo, el lenguaje inclusivo que en los EEUU se enseña que al padre y la madre los mencionen como tal, y se acepte a los que no lo son siendo sustituido. Esta campaña en favor del aborto no viene sola, y llega con bastante financiamiento.

Es precisamente a estos hechos a los que el Papa Benedicto llamó la dictadura del relativismo moral, que impulsado por ONU busca cambiar el orden mundial que desde Davos planificaron las grandes corporaciones con el objetivo de sustituir los valores para que la sociedad cambie ¿Sucede esto en el mundo islámico o asiático?

Detrás de estos planteamientos para llevarlos a la realidad, existe una intención ideológica y el gran negocio económico.

Dios nos bendice.

 

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