El 2023 arranca con una dinámica política no observada desde el año 1998. Se crean expectativas por los anuncios realizados por los que conforman el estamento partidista nacional, donde cada quien intenta destacar su rol en este tira y encoje político, poniendo a un lado las expectativas sociales que la población Venezolana considera como prioritarias.
La estrategia oficial es la de obtener más espacios de opinión y presencia en todos los aspectos de la vida nacional; desarrollando una dinámica que impone la pauta de los debates y discusiones sobre los distintos temas que son tratados. Para ello no solo ha logrado neutralizar a buena parte de los partidos que se identifican como opositores, también ha incorporado en su estrategia de crecimiento económico a numerosos voceros, que destacan los avances que se han obtenido en sectores de la actividad comercial y productiva. Lo cual se ha logrado por la participación del sector privado nacional que alcanzó a superar sus niveles de crecimiento económico en el 2022.
Las limitantes sociales se han mantenido y los analistas consideran que el crecimiento inflacionario en el 2022, han desmejorado la capacidad de consumo y con ello los niveles de vida de las familias Venezolanas. Las razones de esta pérdida de la capacidad de consumo son causadas por el aumento de los precios internacionales de los productos importados y la política de expansión monetaria del Banco Central para cubrir parte del gasto público y las crecientes pérdidas de las empresas estatizadas.
Para las familias Venezolanas la complejidad económica que los afecta se les ha convertido en la limitante social, se observa en los clamores crecientes por obtener mayores ingresos y reducción del costo de vida. Las expectativas de mejoras en la calidad de vida de las familias lucen lejana.
¡Y no se observa cómo lograrlas!
Presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución