Ezequiel Querales Viloria: Las truncadas “huellas” de Claudia patricia

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Con el nombre de Claudia Patricia a secas, pudiera pasar desapercibida en la multitud de lectores de las redes sociales y portales noticiosos. Pero al asociarlo a la “enfermera de Chávez, salta de inmediato, al centro de atención de los buscadores de noticias, en especial, de ese “vouyerismo” que gravita en torno al pasmoso e inerte socialismo del siglo XXI.

Ciertamente, el “esplendoroso contenido” trazado en “Mis Huellas”, el libro escrito “a gusto y placer”, para Claudia Patricia Díaz Guillen, la famosa cuidadora del controversial mandatario venezolano, poco antes de que falleciera, y se publicara tras su muerte, no deja de sorprender por el impecable registro de “glorificados logros”, una vibrante impronta, y su elegante edición.

Es una sutil biografía, con visos de autobiografía, escrita a cuatro manos, o tal vez, a paso forzado, por la escritora zuliana Camila Peña Vargas, autora de otras obras sobresalientes, quien ha dejado claro, ser ajena al torbellino socialista del siglo XXI.

Como se diría en medios castrenses: es el claro testimonio de “una brillante hoja de servicios a la nación” dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), y de su componente, Fuerzas Armadas de Cooperación, ahora nombrada como Guardia Nacional Bolivariana del Pueblo (GNBP), donde el “Honor es su Divisa”, o ya “ni se divisa”, como dirían sus detractores.

Me atrevería a señalar que se trata del hallazgo de una faceta o etapa desconocida de la polémica y atrevida ex tesorera de la nación. La revelación, “casi que celestial”, del ejercicio del poder de la oración, que le trasmitiera el pastor reverendo norteamericano Jim  Ammerman, en sus visitas a Venezuela, a solicitud de Hugo Chávez, y que luego endilgaría a su paciente, en sus diarios y silenciosos retiros de palacio, para orar juntos, constituye un rasgo muy significativo.

Impresiona que los “milagrosos pronósticos” que le confiara “al oído”, el famoso reverendo de “que tu vas a predicar donde tu vayas. Vas a formar y a tener grandes grupos de oración. Dios tiene un propósito específico para ti, serás ubicada en un lugar donde podrás hacer mucha caridad”(…). “Viajarás por todo el mundo donde conocerás lugares muy importantes” (…) se han cumplido casi que al pie de la letra.

Aunque en Venezuela y el mundo entero, solo la conocemos como “la enfermera de Chávez”, en su descargo, y por lo leído en estas “Huellas”, debemos señalar que Claudia Patricia, antes de estar al servicio a tiempo completo de Chávez y de la Oficina Nacional de la Tesorería (ONT) y el Fonden, logró acumular un copioso currículum, que decididamente, contribuyó a  impulsar su carrera militar y profesional.

Se lee en sus “Huellas”, que en 1993, obtuvo el rango de suboficial de la Guardia Nacional y de Técnico Superior en Enfermería. En 1997, se graduó de Licenciada en Enfermería de la UCV. En 2001, logró el grado de oficial de la Escuela Superior de Guardia Nacional y en 2003, de teniente del mismo componente. En 2007, se tituló como abogada, egresada de la UCV. En el 2008, ascendió al rango de Capitán de la GN. Además de realizar estudios de post grado en enfermería en Cuba y cursar una maestría en Finanzas, en la Universidad Santa María.

Desconozco el alcance del tiraje y aprobación del libro, o si fue elevado a los altares de la academia castrense, o si por el contrario, ha sido cuestionado por la institución y sus antiguos allegados. Pero es fácil advertir, que fue editado y publicado cuando Claudia Patricia, era Tesorera de la Nación, y a la vez, secretaria ejecutiva del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), y ejercía gran influencia en el alto gobierno.

Aunque su nombramiento siempre estuvo avalado por el presidente Chávez, es impresionante, el salto abismal de una niña formada en las raíces morales, principios y tradiciones de buenas costumbres de las familias tachirenses, en los valores de la fe católica, humildad y gratitud, de los padres dominicos del Colegio Cristo Rey, de San Cristóbal, para caer al deleznable torbellino de politiquería chavista y sus turbios manejos, tal vez tentada, por una oculta vanidad, como alguna vez ella misma se preguntara.

Que lejos estaba Claudia Patricia Díaz Guillen, y su actual esposo, Adrián José Velázquez, de  avizorar que sus raíces y volátiles huellas, se extenderían más allá de una sublime autobiografía y resonarían con fuerza, en el firmamento de las noticias del mundo.

Se repite el Dejá Vu, del ex tesorero Alejandro Andrade, del ex zar del petróleo y  Pdvsa, Rafael Ramírez, y tantos ex jerarcas del régimen. Que son sus antiguos cómplices del alto gobierno, quienes le persiguen, la denuncian ante las autoridades, en este caso ante el gobierno de España, piden su extradición, y se convierten en sus propios verdugos.

ezzevil34@gmail.com

 

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