Se espera que la producción petrolera reciba un fuerte impulso en 2023. De hecho, según los pre-informes de la OPEP de diciembre, la producción de crudo de Venezuela fue, en promedio, de 721.000 bpd, un aumento del 13% respecto al año anterior.El Banco Central de Venezuela (BCV) hizo público recientemente que el sector petrolero del país había crecido más de un 27% entre el período de enero y septiembre de 2022 ¿Podría continuar este crecimiento en 2023? Para ello, veamos la perspectiva de PDVSA, una de las empresas petroleras más importantes de América del Sur.
La perspectiva económica más reciente de Wood Mackenzie, consultora del sector de la energía, habla de que varias economías claves entrarán en recesión y que el PIB mundial está destinado a una expansión mucho más débil en 2023, como consecuencia de la escalada de los precios de la energía registrados en el turbulento 2022, que dispararon la inflación y no dejaron otra opción a los bancos centrales del mundo que subir las tasas de interés, la única herramienta para hacer frente a esta situación.
Pero eso es a nivel macroeconómico, en el caso de Venezuela ¿Cómo podría ser? Hay razones para pensar que la economía podría seguir creciendo. Y la clave de ese éxito no puede ser otra que su sector petrolero. Pero seamos sinceros, no será algo ni mucho menos fácil, será complejo. Así que, veamos esta perspectiva de PDVSA desarrollada a partir de 4 puntos importantes.
El petróleo, más relevante que nunca
El petróleo y el gas se han vuelto una prioridad, o mejor dicho, la seguridad energética. Ahora la lucha contra el cambio climático ha pasado a un segundo plano, ya que la crisis energética ha provocado un importante replanteamiento con respecto a las prioridades de los gobiernos.
En ese sentido, es posible que la demanda de petróleo y de gas siga creciendo aunque el PIB mundial aumente a un ritmo más lento.
De hecho, una reciente perspectiva energética a corto plazo de la U.S. Energy Information Administration (EIA), ha previsto que la demanda de petróleo alcanzará los 100,4 millones de barriles diarios (b/d) y que la oferta sufrirá un fuerte descenso en los próximos meses, a medida que entren en vigor la prohibición de la Unión Europea a las importaciones de crudo ruso y el tope de precios del G-7 a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
Se debe considerar también la falta de inversión en todo el sector, que es otra de las razones que explica la actual crisis energética mundial. Todos estos puntos, nos lleva a pensar en la posibilidad de que la oferta de petróleo sea bastante ajustada en la primera mitad de 2023, de hecho podemos apreciarlo más en el siguiente gráfico:
Figura 1. Balance mundial de producción y consumo de combustibles líquidos. Fuente: EIA
¿Podría PDVSA capitalizar esto?
Venezuela, con unas reservas probadas de crudo de 303.468 millones de barriles, podría tener un papel más protagónico en el lado de la oferta que el que ha tenido en los últimos años, después que Estados Unidos suavizara las sanciones petroleras y diera el visto bueno a algunos socios de PDVSA a reanudar la comercialización de crudo venezolano.
En ese sentido, se espera que su producción reciba un fuerte impulso en 2023. De hecho, según los pre-informes de la OPEP de diciembre, la producción de crudo de Venezuela fue, en promedio, de 721.000 barriles por día (bpd), lo que supone un aumento del 13% respecto al año anterior, pero claro, muy lejos de los 2 millones de bdp que prometió PDVSA.
Aun así, es claramente positivo porque Venezuela puede destinar más crudo a la exportación, pues parte de lo producido (unos 230 bpd, según datos de la OPEP, 2021) se destina para el consumo del país.
Sin embargo, para que PDVSA alcance su objetivo de los 2 millones de b/d, tendrá que destinar sus beneficios a la inversión, precisamente al sector upstream, donde el país tiene miles de pozos de petróleo abandonados. Si se realizan este tipo de inversiones podría mostrarnos la voluntad del país de hacer crecer su industria.
Figura 2. Producción de crudo de los países pertenecientes a la OPEP hasta noviembre de 2022. Fuente: Informe mensual de mercado de la OPEP (diciembre 2022).
Reactivación de los pozos petroleros
Como se mencionó anteriormente, para aumentar la producción de petróleo de Venezuela, un punto importante pasa por rehabilitar los pozos y una empresa que podría encargarse de ello es Chevron, la segunda mayor empresa de petróleo de Estados Unidos. A finales del mes pasado, se supo que dicha empresa busca reactivar unos 18.000 pozos en la antiguamente prolífica región de Occidente de Venezuela.
Chevron tiene varias participaciones en Venezuela, veámoslo a continuación: para empezar, tiene una participación de 30% en PetroPiar, ubicada en el Complejo Petroquímico José Antonio Anzoátegui (CJAA); 39% en PetroBoscan, ubicada en el estado Zulia.
Tiene otra participación de 34% en PetroIndependencia, ubicada en la Faja Petrolífera del Orinoco, y otra de 25% en PetroIndependiente, también ubicada en el estado Zulia. Además, en la frontera marítima con Trinidad y Tobago, Chevron posee el 60% del campo de gas natural Loran.
Hoy día, solo el 7% de los pozos existentes en Occidente están en funcionamiento. Mientras que, la producción ha descendido de 150.000 b/d a principios de 2022 a unos 90.000 b/d en noviembre. No obstante, para que ocurra será crucial que Chevron pueda extender su licencia por un tiempo más prolongado que los seis meses concedidos por la Casa Blanca.
Otro tema no menos importante es la generación de energía. Mientras se rehabiliten más pozos petroleros mayor será la demanda de energía eléctrica en el país. Teniendo en cuenta que estas infraestructuras son intensivas en energía, Venezuela también tendrá que destinar parte de sus inversiones al mantenimiento del sector energético para que verdaderamente sean viables los pozos. De nada servirá rehabilitar dichos pozos si no cuentan con un sistema eléctrico confiable.
Una manera de darle confiabilidad energética a estos proyectos podría ser las denominadas “micro grids” que no es otra cosa que una central eléctrica autónoma, la cual está descentralizada de la red eléctrica principal. Estas se suelen utilizar con energía fotovoltaica y baterías y generadores diésel para el respaldo.
El coque venezolano
Hay un tema que no muchos conocen y que podría darle a PDVSA unos ingresos nada despreciables y es sobre el coque venezolano.
Para quienes no lo saben, Venezuela produce grandes cantidades de coque, una materia prima utilizada en el sector metalúrgico y que es el resultado de los procesos de mejoramiento de los crudo pesado y extrapesado.
Como se podría imaginar, las exportaciones de coque en Venezuela se habían estancado luego de que colapsaran las infraestructuras de exportación del país. Pero las recientes mejoras en los sistemas de manejo de material en el CJAA han posibilitado hoy día que dichas exportaciones vuelvan a tomar su cause.
Solo para tener una idea, Venezuela pasó de exportar 184.000 toneladas de coque en 2021 a 2,32 millones de toneladas entre enero y octubre 2022, siendo China el principal mercado, ya que recibió 1,81 millones de toneladas de coque venezolano en 2022, más de diez veces que las 151.500 toneladas recibidas en 2021, según un informe de Global Trade Tracker publicado en Argus Media.
Considerando estas mejoras, es probable que las exportaciones sigan aumentando en 2023, lo que se traduce claramente en ingresos para las arcas de PDVSA.
La designación de Pedro Rafael Tellechea aparentemente ha sido bien acogida en PDVSA.
Ambiente optimista en PDVSA
Un cuarto factor son los recientes cambios gerenciales en el organigrama de PDVSA. Tal parece que el nombramiento de Pedro Tellechea, como nuevo presidente de PDVSA, ha sentado bien al personal de la empresa estatal.
Tellechea, fue el principal responsable de recuperar la empresa Petroquímica de Venezuela (Pequiven).
Ahora, tendrá la responsabilidad de aumentar la producción de PDVSA. Otro gran reto será también rescatar la eficiencia operacional del recurso humano que emplea la estatal.
Un profesor de Ing. comentó una vez que cuanto mayor es el número de empleados de una empresa, mayor es el riesgo de que se produzcan accidentes.
Se estima que PDVSA tiene entre 75.000 y 85.000 empleados, según explica el Dr. Einstein Millán Arcia en el site Aporrea.org, un número exagerado si lo comparamos con Saudi Aramco, la mayor empresa de petróleo del mundo, que si bien tiene 98.000 empleados, de acuerdo con su perfil de LinkedIn, produce más de 10 millones de barriles de petróleo por día. No se puede tener tal cantidad cuando en Venezuela ni siquiera se produce 1 millón de b/d.
Esto se suma al hecho de que PDVSA designó recientemente a Martin Philipsen, quien forma parte de la compañía Chevron, como nuevo gerente general de la empresa mixta Petropiar.
Philipsen ya conoce el sector, tuvo la oportunidad de trabajar hasta 2012 en la empresa mixta PetroBoscán, en el área de producción, luego ha tenido asignaciones en Colombia y Brasil como Gerente de Operaciones. Por lo tanto, se puede concluir que es un recurso profesional calificado que puede brindar resultados a Petropiar y finalmente a PDVSA.
Pero el personal de PDVSA no puede hacerse ilusiones, la tarea es compleja después de tantos años de corrupción en las líneas gerenciales de la empresa estatal. El ambiente es optimista hoy, es cierto, pero eso no implica que se mantendrá, todo puede cambiar rápidamente.
Conclusión
Venezuela tiene una oportunidad privilegiada, el crudo pesado es apreciado por las refinerías estadounidenses. Sin embargo, nos quedará por ver si PDVSA estará a la altura de los desafíos. Esta nueva gerencia debe empezar por trazarse hitos alcanzables y realizar un esfuerzo extra para salir adelante.
Otra tarea pendiente es la capacidad de los buques petroleros para navegar por el canal del Lago de Maracaibo, que no se ha dragado desde 2015. Hasta ahora, solo los buques más pequeños han podido llegar para cargar petróleo en el puerto de Bajo Grande, en el lago, según informó Reuters, lo que está creando problemas para el almacenamiento de crudo e incluso para la producción.
Venezuela nació para ser líder y tiene una gran cantidad de recursos naturales para hacerlo. Por lo que PDVSA debe asumir de una buena vez su liderazgo y tomar más en serio su papel con el país. Otra sería la historia si se hubieran evitado años de corrupción.
Con el gas natural siendo tan relevante en el mundo hoy en día, Venezuela podría aspirar a ser un gran exportador de este recurso, porque si usted no lo sabe, también tiene una de las mayores reservas probadas de gas natural del mundo, recurso que hoy escasea en Europa y que PDVSA al parecer prefiere quemarlo a la atmósfera, alcanzando el año pasado un volumen de gas quemado de 1715 millones de pies cúbicos diarios (MPCD), equivalente a más de 56% del gas producido en el país, de acuerdo con el ingeniero en petróleo Nelson Hernández.
Además, todo el sector downstream tiene una capacidad de refinación de más de 2 millones de b/d, que si estuviera en condiciones ideales, sorprendería que no exportara algunos derivados del petróleo a los países de América y del mundo. Hoy ocurre todo lo contrario, ya hemos visto como Venezuela ha importado combustibles iraníes.
Así que, si bien las condiciones están dadas para que PDVSA crezca en 2023, aún estará lejos de lo que solía ser.
Álvaro Abreu -Especial para Banca y Negocios – El autor es Ingeniero Industrial. World Energy Trade