Una proporción pertinente
Con su atributo de “caradura” que ostenta, aparte de otra tipología, el señor presidente don Nicolás Maduro Moros, quien había pedido un cese de sanciones a EEUU, quedó perplejo al increpársersele certeramente, “mientras Maduro y sus seguidores sigan reprimiendo al pueblo venezolano, continuaremos presionando al régimen con sanciones”, según un vocero del Departamento de Estado.
Observamos el clamor de un pueblo, encarnado en sus docentes y empleados públicos, incluso a profesionales de la salud, quienes claman, al unísono, por exigencias justas, en virtud de su formación, condiciones laborales y del proceso hiperinflacionario que nos agobia inexorablemente, reivindicaciones a las que el régimen atiende mediante extorsión, intimidaciones y pelotones de su policía militarizada, conocida como Guardia Nacional Bolivariana (GNB), emulación de guardia pretoriana para arremetidas brutales ante el ejercicio de los derechos consagrados en la CRBV, al extremo de aprehenderles, tal y como ocurrió en el caso de unos 18 trabajadores, incluso a líderes de las diferentes empresas CVG, detenidos por un reclamo muy pertinente de mejoras salariales; libres ya, por un acuerdo “extraño” con la Gobernación del estado Bolívar, sin repercusiones en asuntos laborales, sino a favor del oficialismo (¿chantaje?).
Asimismo, el régimen debe dar pasos concretos para el “regreso de la democracia”.
Por otra parte, Maduro califica a las sanciones de “criminales”, cuando deletéreas son sus actitudes al mantener bajo opresión a su pueblo, mientras cede (enajena) parte del territorio nacional mediante seudo proyectos, como por ejemplo el ecocida Arco Minero del Orinoco (AMO), con potencialidades de feudo contemporáneo.