Durante más de un siglo, la imponente central térmica de Sendling, en el sur de Múnich, estuvo alimentada únicamente por el gas, pero ahora el calor de las aguas subterráneas va tomando el relevo paulatinamente.
En 2021 se le adosó a esta central del siglo XIX una unidad geotérmica, un edificio rectangular repleto de tubos.
La instalación, una de las más grandes de este tipo en Europa, empezó a construirse en 2016, mucho antes de la invasión rusa de Ucrania y de la crisis energética.
Su puesta en marcha, poco antes de la guerra, fue muy oportuna, pues la ciudad, como el resto del país, necesita encontrar fuentes de energía que reemplacen el gas ruso.
Tesoro
«Estamos asentados sobre un tesoro, con una situación geológica ideal», comenta Christian Pletl, director de actividades geotérmicas en la empresa municipal SWM. Desde hace siglos, el sur de Alemania es conocido por sus termas, que también se calientan con las aguas subterráneas.
En toda la Unión Europea (UE), la energía geotérmica de aguas profundas, que se consigue captando el calor de las aguas subterráneas, está cobrando interés para producir calor y al mismo tiempo reducir las emisiones de carbono.
La guerra en Ucrania alentó ese interés. El conflicto provocó una caída del suministro de gas ruso, lo que hizo que aumentaran los precios y llevó a los europeos a buscar alternativas.
Aunque los precios bajaron recientemente en los mercados a corto plazo, la crisis puso en evidencia la vulnerabilidad del continente en el ámbito de la energía.
La energía geotérmica, verde y no intermitente, tiene muchas ventajas. «Ha habido un verdadero bum de la demanda desde que empezó esta crisis», afirmó a la AFP Christian Pletl.
A finales de 2022, el gobierno alemán publicó una hoja de ruta que incluye el objetivo de producir 10 Twh de calor geotérmico al año para 2030, diez veces más que en la actualidad.
Para conseguirlo, Berlín prevé impulsar «al menos otros 100 proyectos de energía geotérmica» en el país, que depende en un 50% del gas para calentarse.
En Francia, el gobierno presentó el jueves un plan destinado a aumentar en un 40% los proyectos de energía geotérmica profunda para 2030.
En Hungría, el gobierno de Viktor Orban publicó un decreto en octubre pasado para ampliar el uso de esa energía, e Italia planea restablecer «en las próximas semanas» el apoyo público.
En Dinamarca, la mayor central geotérmica del país debería abrir en 2030 en Aarhus (este) y proveer el 20% de la calefacción urbana.
AFP