La mutilación genital femenina son los procesos practicados consistentes en alterar o eliminar los órganos genitales femeninos por razones distintas a las opiniones médicas. Esa crueldad la hacían en muchas comunidades en tiempos lejanos porque creían que garantizaba el futuro matrimonio de las niñas y el honor de las familias. En algunos casos les personas lo asociaban a creencias religiosas. Semejante práctica ocasiona al sector de las hembras alteración o daños que violan sus derechos a la salud, la seguridad, integridad física, o no ser sometidas a torturas, tratos crueles, inhumanos degradantes y desecho a la vida en los casos cuando el procedimiento concluye ocasionando el fallecimiento de la paciente. Dicha causa origina hemorragias graves y además otros problemas de salud como: quistes, infecciones, infertilidad, así como complicaciones en el parto y a veces un mayor riesgo de muerte en las recién nacidas.
El origen de esta brutalidad social es de tiempos antiguos, especialmente en muchos países de los continentes de Asia y África. Asimismo, en determinadas colectividades indígenas de Latinoamérica y ciertas poblaciones emigrantes que habitan en Europa Occidental, en Norte América, Nueva Zelandia, Australia y en casos excepcionales en otras naciones. Según datos reflejados por los Organismos Internacionales, dedicados a evitar esta aberración social consideran que existen alrededor de 200 millones de niñas y mujeres mutiladas de ese órgano vital.
En los últimos años del siglo XX y comienzos del XXI, unos cuantos gobiernos, instituciones universales y sectores organizados de la sociedad, han llevado a cabo numerosas campañas para disminuir y eliminar este atentado en contra de la extirpación parcial o total del tejido de los órganos de las féminas. Para resaltar esa lucha en pro de las mujeres en el año 2000, la ex comisaria de ayuda humanitaria de la Unión Europea, Emma Bonino conjuntamente con un grupo de Diputados Italianos expusieron al Parlamento Europeo un proyecto de resolución contentivo entre otros aspectos, dar asilo a las damas amenazadas de su integridad física.
En el 2002 se realizó una reunión mundial de mujeres con el Parlamento Europeo con el propósito de debatir y aprobar una decisión a esa grave problematice. De se conciliábulo surgieron personalidades de África y de otros Estados para exhortar la lucha y unirse a la campaña Alto a la Mutilación Genital Femenina emprendida por la Asociación Italiana de Mujeres para el Desarrollo (AIDOS), la Asociación de Periodistas Tanganas (TAMWA) y No Peace Without Justice (No hay paz sin Justicia)
El 6 de febrero de 2003, Stella Obasaje en calidad de primera dama de Nigeria, dio una declaración oficial sobre “Tolerancia cero con la Mutilación Genital Femenina”, en el continente de África en la conferencia coordinada por el Comité Internacional en prácticas tradicionales que lesionan a la salud de mujeres e infancia (IAC). A partir de esa decisión la Subcomisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, estableció y adoptó dicha fecha como el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Femenina. A través de redes de profesionales, organizaciones gubernamentales, políticos y líderes sociales ahondaron esfuerzos con la finalidad de reducir y hasta anular la Mutilación Genital en África y a la vez incentivar su eliminación a nivel universal.
En la actualidad muchos Estados africanos, asiáticos y árabes, son defensores de su aniquilamiento por tanto son firmantes de los Convenios Internacionales, por los cuales rechazan, censuran y sancionan esa práctica inhumana auspiciada per la Convención Internacional de los derechos del Niño. En el 2010, 19 países de los 28 que integran el África avalaron una legislación para su prohibición. A los años, la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a varios Instituciones Transnacionales de la ONU, alarmados de esa práctica inhumana, aprobaron una estrategia universal para evitar que de la salud ejecutaran la mutilación genital femenina. En diciembre de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas, reafirmó, adecuó y puso en ejecución la Resolución 7/146 para su erradicación total. En ese sentido, solicitó a los Estados fomentar, apoyar y cumplir metas para eludir esa afrenta deshumanizante y en su lugar aconseja preparar personal médico, trabajadores sociales, líderes de la sociedad y religiosos para coadyuvar con servicios adecuados, competentes, de cuidado y orientación a las mujeres y niñas propensas a padecer mutilación o que la hayan sufrido. En el 2016 el Parlamento Africano sancionó la prohibición de la mutilación genital femenina en 15 países de dicha institución.
Por último la ONU exhorta a los Estados miembros, a la sociedad civil y a los interesados en ese ultraje a la dignidad del sector femenino a celebrar el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero Contra la Mutilación Genital Femenina.