Será que la vida es un carnaval de embelesos, simuladas mascaradas y rostros maquillados, para la burla y el engaño, que luego deben desenmascararse, al no poder ocultarse el descarado derroche.
O acaso, ya aprendimos a “reír con llanto y a sufrir a carcajadas”, como dice el luminoso canto del laureado poeta mejicano Juan de Dios Peza, “Reír Llorando”, al describir el ignoto sufrimiento que devora el alma del genial cómico británico David Garrick, ante el fracaso de querer lo imposible.
Resulta reconfortante en tiempos de carnaval, volver la mirada a la poesía de Juan de Dios Peza (1852 – 1910), a su “Reír Llorando”, a sus breves mascaradas”, a su luminoso Garrick. Recrearse con los controvertidos e inalcanzables extremos de la vida, de cómo, “el carnaval del mundo engaña tanto”, a todos los pueblos, en todas las épocas, porque nunca, “encontrará para su mal remedio”. (…)
Del carnaval sabemos por los relatos históricos, que el Rey Momo de la antigua Roma, “era el dios de las chanzas y de las burlas, hijo del sueño y la noche, que con su mímica grotesca, chistes y agudezas, divertía a las mil maravillas a los excelsos dioses del Olimpo” (…). ¿Será que aquellos vientos trajeron estas tempestades?
Una vez más, nos plantamos ante las veleidades del Rey Momo en Venezuela. Con un carnaval de candidaturas presidenciales en fulgurante disimulo politiquero. Y una inquisición comunista, fascista y totalitaria, cada vez más, empeñada en un “carnaval de bonos”, para pulverizar el salario y las sentidas conquistas laborales de los trabajadores venezolanos.
Esta vez la “sutil mascarada” carnavalesca de la satrapía fascista gobernante, fue precedida de una eufórica y bullanguera Serie del Caribe, de suntuosos estadios beisboleros, y desbordada modernidad de suites, con yacusis, bikinis, cerveza, whisky, vino, champaña, tribunas repletas, y una pareja presidencial, circulando en las redes sociales, vista disfrutando de uno de los juegos, desde una de
las confortables suites, distante de las rabiosas ofensas proferidas desde las abarrotadas gradas.
Insólito, por decir lo menos, (ante el “criminal” bloqueo económico del Imperio), que haya un cuantioso desembolso millonario en dólares, para construir suntuosos estadios, y adornar de maravillas el paseo Los Próceres, plazas y bulevares capitalinos, dispuestos para el carnaval 2023.
Indigna que haya divisas a granel para aupar “el circo sin pan”, porque “el pan con circo” quedó atrás. Para hacer ver al mundo con el derroche de lujuria, que “Venezuela se arregló”. Y que se siga negando y la ayuda a quienes más lo merecen y necesitan, como el sufrido pueblo y sus batalladores gremios.
Más que obvio, que el régimen fascista, seguirá amasando recursos, para atornillarse en el poder, acallar la protesta que bulle por doquier, así como para reprimir a quienes se oponen al pensamiento único, defienden las banderas de la Moral y Luces, Valores Humanos, y Memoria Histórica de la Nación, que los delata como sátrapas y falsos defensores de la humanidad, y luchan por su gloriosa dignidad.
-Por eso y por mucho más, es que creo que el carnaval del mundo engaña tanto. ¿…?
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