Raúl Ochoa Cuenca: Gane quien gane, Maduro dixit

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El editorial de Analitica del 14 de noviembre pasado se preguntaba si el régimen estaría dispuesto a contarse en unas elecciones de diciembre del 2024. Bueno dos meses después  de su frustrada visita a la Argentina con ocasión de la reunión del CELAC y como si se tratase de una mansa paloma, la prensa continental recogio esta declaración:

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió este jueves que las propuestas de campaña para las elecciones presidenciales, previstas para 2024, se hagan mirando únicamente el interés de la patria. www.lasvocesdelpueblo.com 21 enero 2023.

Recordando Maduro que dentro de muy poco habrá elecciones presidenciales en Venezuela ¿Diciembre del 2024? y que habrá propuestas diversas (una novedad para un país que lo tiene todo) reiterando que lo importante es que se hagan “con altura, con respeto, con nivel, y que al final respetemos los resultados de las elecciones presidenciales, gane quien gane”. Y para cerrar con broche de oro, el gran Nico, el futuro profesor de teoría económica en Harvard y conocido mundialmente por su defensa de los derechos humanos, dio su versión sobre el futuro político institucional de Venezuela: Los tiempos de odio y de la intolerancia deben terminar, para darle paso a la tolerancia, la inclusión, el diálogo y el respeto en la diferencia. Innegablemente es todo un estadista.

Pero ante este Oasis de belleza, creo necesario recordar dos horribles verrugas, que entre otras afean nuestro país como sociedad civil  por las cuales la Venezuela real, no la de mentiras, se despierta con sobresaltos durante la noche.

1) que el 25 % de la población venezolana padece de hambre extrema y que un  55 % solo hace una comida al día. Están muchas veces a fuerza de espagueti con salsa mayonesa.

2) Según la ONG Foro Penal, en Venezuela hay 270 presos políticos de los cuales 257 son hombres y 13 son mujeres. De ellos 120 son civiles y 150 militares. 7 de febrero de 2023.

Apreciados lectores, aunque nadie lo crea, a excepción de él (Nico senior) de doña Cilita, la primera combatiente y lógicamente de su hijo, el proponente de su papá a premio nobel de economía, Maduro invita a los futuros candidatos a respetar el resultado de las elecciones presidenciales del 2024 repitiendo hasta el cansancio, gane quien gane. Y ante hechos, para muchos difíciles de entender, observo, por ejemplo, con justificada sorpresa, la actitud de la mayoría de los auto calificados de dirigentes políticos, cuando sin disimulo alguno, se muestran adentrados en una campaña pre electoral, como si realmente en Venezuela el sistema político fuese el democrático, el  de las libertades.

Obviamente como consecuencia de esta normalidad institucional, ya que Venezuela se arregló (solo para quienes por burdos intereses así lo ven) que se respira en Venezuela, los nuevos partidos de the new political establishment, ya contratan empresas encuestadoras, pudiendo ver como sus resultados ya pululan en el ambiente social político, principalmente en los salones de la Venezuela que cuenta, los salones de Las Mercedes.

Así podemos ver que entre esos que en Venezuela llaman los outsiders, el presidente de las empresas Polar, arrasa en los barrios más paupérrimos de la gran Caracas. Obviamente los encuestadores señalan que el Dr Mendoza es ampliamente conocido en la Charneca, Altos de Jalisco, los Sin Techos y como dato curioso, extraño por demás, también en la Castellana, Las Mercedes y en el Caracas Country Club. Igualmente  podemos leer otros datos, por lo menos interesantes, Por ejemplo los precandidatos del partido Primero Justicia entre ellos suman un 3 % de las simpatías electorales. La candidata de Encuentro ciudadano un 1.2 %.

Son cifras realmente poco halagüeñas para personas que tienen varios años codo a codo con el pueblo, permaneciendo día y noche con frío o con calor delante de las puertas de la DGCIM  pidiendo la libertad de los presos políticos, de aquellos hombres y mujeres de quienes sus gritos se oyen desde la acera de enfrente o también liderando mano a mano con las madres de familia la protesta popular, cuando salen a la calle a reclamar los recursos necesarios para comprar los alimentos básicos para sus hijos.

Qué pueblo tan ingrato, dirán los de G3, que no reconoce nuestro sacrificio. Si es verdad, está lleno de malagradecidos, le comentaría en voz baja Don Sancho a Rucio en el ya lejano año de 1605.

Tiene razón nuestro compañero presidente obrero al pedir, casi en forma de ruego, que sus competidores acepten los resultados del 2024, repitiendo una y otra vez, gane quien gane.

Son muchos los que creen que el ADN del régimen no permite que se lleven a cabo elecciones presidenciales en las que podrían verse obligados a ceder el poder. Esa reflexión no está desligada de la realidad en la que venimos viviendo desde hace 23 años. Las consecuencias de perder el poder podrían ser catastróficas para una clase dirigente que entonces se vería obligada a responder una plétora de hechos ilícitos cometidos a lo largo de más de dos décadas.

Pero ¿y si ese fuese el único camino para sobrevivir? ¿Cuáles serían las condiciones que exigiría para abrir, progresivamente, las condiciones necesarias para iniciar una transición hacia la recuperación en todos los ámbitos del país?

Ese es el dilema principal a resolver en México. ¿Se logrará negociar una solución aceptable para todos?, es decir, crear un modus vivendi que conduzca paulatinamente hacia una democratización y re institucionalidad de Venezuela. Hoy se ve muy difícil que eso ocurra, pero tal vez el cambio en las circunstancias internacionales pudieran allanar el camino. De no lograrse algo que abra una ventana a un cambio en la manera como han gestionado al país, lo más probable es que la situación interna se desmorone y las consecuencias sean tan graves que la válvula de escape de la emigración no sea suficiente y la reacción de una población desesperada puede generar consecuencias hoy imprevistas.

Las cabezas pensantes deben resolver el dilema shakespeariano de qué es mejor: ser o no ser instrumentos de un aterrizaje suave o sucumbir en un colapso total.

Campobasso el 12 de febrero del año 2023.

 

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