Cesáreo Espinal Vásquez: Valentín Espinal        

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Haz lo que puedas a favor de la patria, que esto no es asunto de partidos sino de honor nacional. Valentín Espinal. Diputado en la Convención de Valencia (1858).

Al recordar los caminos políticos de la nuestra historia, en la fecha del nacimiento de Valentín Espinal el 14 de febrero de 1803, resuena en nuestros pensamientos la célebre e inmortal frase del discurso pronunciado por el diputado Valentín Espinal por Caracas en la Convención de Valencia en 1858, al dejarnos como legado que “no son buenas constituciones, sino buenos ciudadanos los que nos ha faltado”. Electo miembro de la Municipalidad de Caracas, en 1823. Asistió a la Convención de Ocaña en 1826. Don Pedro Grases, lo define como el Elzevir, por ser primer gran impresor venezolano de la República, oficio en que se inició de 12 años de edad en la imprenta de Don Juan Gutiérrez Díaz, en Caracas, convirtiéndola en  formación de artesanos para el arte de imprimir. En 1836, apoyó la candidatura del Dr. José María Vargas y en 1849, figura entre los fundadores del partido liberal. Al estallar la guerra federal escribe sus reflexiones sobre el doloroso derramamiento de sangre siendo expulsado del país en 1861 al considerarlo enemigo del gobierno. Era encargado del Ejecutivo Pedro Guál Escandón. Regresa en 1863 y escribe “El diario de un desterrado”. Su biógrafo Don Pedro Grases, destaca que es la expresión de una persona, profundamente venezolana que en su destierro siempre estuvo acompañado del recuerdo de su patria en el duro trance de la guerra Federal y asienta, fue concejal, diputado, escritor, editor e impresor “leal a sus convicciones, sin banderías ni sometimientos a grupos, solo fiel a los dictados de su conciencia, enamorado de las causas justas”; y el profesor Juan Francisco Reyes Baena, en la semblanza de Valentín Espinal, fue “un hombre de su tiempo”.  En su mundo familiar, contrajo matrimonio a los 19 años de edad y la novia, Encarnación Orellana, de 16 años. En su hogar-taller de imprenta, nacieron sus 16 hijos. Don Mario Briceño Perozo, mi fraterno amigo, excelso guardián del Archivo de la Nación, en semblanzas del Dr. Diego Carbonell Espinal, en acto celebrado en la Academia de Medicina,  descendiente de Don Valentín Espinal, hijo de Benigna Espinal Alarcón, hermana de Numa Espinal Alarcón, mi bisabuelo. Visité en 1985 a Don Pablo Espinal, residente en Valencia, Venezuela, nieto de Don Valentín Espinal, deseaba conocerme, hablamos de la historia y me regaló varios facsímiles de su abuelo, me acompañó en la reunión mi primo y su sobrino Pedro Espinal. Don Pablo Espinal, falleció de 93 años de edad en el año 2002. Fue un gran honor conocer el último descendiente más próximo de ese ilustre venezolano Valentín Espinal, cuyo nombre tiene con orgullo un Liceo en Maracay. Falleció en Caracas, el 28 de noviembre de 1866, a los 63 años de edad. Debo resaltar en esta brevísima semblanza, el legado de Don Valentín Espinal “Haz lo que puedas a favor de la patria, que esto no es asunto de partido, sino de honor nacional”.  Doña Concepción Orellana de Espinal en carta al General Antonio Guzmán Blanco (1877), no aceptó el reposo de las cenizas de Don Valentín Espinal en el Panteón Nacional, “por haberle manifestado Espinal, que sus cenizas no fuesen removidas por ningún motivo”. Así fue y es  el pensamiento y acciones de un buen ciudadano, Valentín Espinal.

cjev34@gmail.com

 

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