Desde que fundamos nuestro partido político y la junta directiva me eligió como coordinador nacional, casi no pasa un día sin que tenga que dar respuesta a las mismas interrogantes ¿Ese partido será el brazo político del empresariado? ¿Debe contar con muchos recursos económicos? Los desconciertan mis repuestas: No, este no es un partido empresarial, tenemos ideas afines con ellos, pero no los representamos, es más, cabe la posibilidad de que, en más de una oportunidad, nuestras opiniones y actuaciones no coincidan con las de los dirigentes empresariales. En cuanto a los recursos económicos, nosotros tenemos menos que los partidos tradicionales porque como dice un dicho: “nadie es profeta en su tierra”. Como olvidar la reunión que sostuve con un gran empresario y después de oír toda mi exposición, su escueta respuesta fue “Yo no invierto en proyectos en los que no creo”, que más podía decirle, ante la duda, preferí callar.
Respondida la primera tanda, aparece la segunda batería de preguntas: ¿Cuál es la ideología de ese partido? ¿Es de derecha o de izquierda? Nuevamente, se quedan boquiabiertos cuando les señalo que nuestra organización no adopta ninguna de las ideologías tradicionales porque prefiere desarrollar su propio Ideario Político. Esa respuesta no les suena muy convincente, aun cuando me percato de que, en la mayoría de los casos, la pregunta es retórica porque no tienen muy claro el tema ideológico. Para disminuir un poco esta incertidumbre, trataré de dar unas pinceladas sobre el tema doctrinario.
Las ideologías son conjuntos de creencias y principios que guían el pensamiento y la acción de una persona o de un grupo de personas. Están conformadas, por un lado, de una base teórica que comprende el conjunto de ideas, creencias o principios a través de los cuales se mira la realidad y se consideran los aspectos que necesitan ser transformados en ella; y, por otra parte, complementan su teoría con un programa de acción donde se asientan los pasos para alcanzar el ideal aspirado. Las ideologías abarcan ideas políticas, sociales, económicas y filosóficas. También analizan el papel del gobierno en la sociedad; la distribución de la riqueza; la justicia social; las relaciones internacionales y la relación entre individuos y grupos. Las ideologías pueden ser de diferentes tipos, como el liberalismo, el socialismo o el conservadurismo.
Las ideologías, en los partidos políticos, deberían funcionar como elementos aglutinadores de su militancia, sin embargo, en mi opinión, con el paso del tiempo, estos mecanismos han cedido su papel cohesionador, ya que, cada vez son menos los militantes y simpatizantes que se fijan en la orientación del partido, siempre y cuando este, se oriente hacia la solución de los problemas de la gente. Tampoco es inusual encontrarse con personas que defendían, rabiosamente, ideas socialistas y que hoy se encuentran en las antípodas de estas, enarbolando ahora las banderas del liberalismo.
Mi crítica al liberalismo es que ha sido indolente al permitir que el socialismo le arrebate la bandera de la solidaridad social, cuando para nadie es un secreto que, en todas partes del mundo, los partidos socialistas o progresistas conquistan el poder con la promesa de que van a lograr la repartición equitativa de la riqueza, peral final, lo que terminan es repartiendo pobreza y miseria extrema ¡Para muestra solo un botón!
Para concluir este interesante, pero controversial tema, como esbocé al principio, no todos los partidos adoptan las ideologías tradicionales. Las llamadas organizaciones 4G o de cuarta generación, como la nuestra, prefieren liberarse del corsé que representan las ideologías tradicionales y se decantan por desarrollar un Ideario Político propio. A partir de allí, intentan que el partido sea un reflejo de la sociedad en la que hacen vida y no que la sociedad sea un espejo del partido.
Coordinador Nacional del Movimiento Político GENTE – Noelalvarez10@gmail.com