A lo largo de las últimas décadas hemos vivido inmersos en una cultura en la que prima la fama, el dinero, y el poder. Paulo Coelho.
Una gran mayoría de la gente cree que esos son los únicos valores que merecen la pena poseer, sobre todo el último de los nombrados ya que el poder solo habla con el poder. Como expresa Coelho, “tienen que verse de vez en cuando, beber y comer juntos, asistir a grandes fiestas, alimentar la fantasía de que el mundo del lujo y el glamour sólo es accesible a todos los que tienen el coraje suficiente de perseverar en una idea”, sobretodo que los lleve y mantenga en el poder, y con ello, el acceso al dinero fácil y la fama, no importa que sea de ladrón, corrupto, o “hábil” para conseguir lo que más le convenga.
A la Venezuela del siglo XXI se ha querido imponer un modelo de vida, por esos mismos que disfrutan el fruto de su pillaje, extraído de viejos folletos con viejas ideas sin reparar en el tiempo transcurrido, sin analizar las nuevas realidades planetarias, los adelantos científicos y tecnológicos ocurridos hasta la fecha y los que están por venir y las características culturales de nuestra nación, todo lo cual ha incidido en una pérdida de tiempo y de oportunidades para varias generaciones por el afán de imponer el delirante y fantasioso, pero peligroso instrumento recetario del Marxismo-Leninismo.
La erótica del poder se ha entronizado en la mente de un grupo de resentidos violentos, frustrados, feroces y voraces delincuentes que los hace creerse amos del mundo ya que han ido extendiendo, con su apoyo, los linderos de su proceso de destrucción, como hacen algunos animales con el producto de su micción.
Ya lo he manifestado otras veces y no me cansaré de repetirlo, lo que se requiere, y es lo que aspiramos la gran mayoría de los venezolanos, es la unidad política con visión de Estadistas de su dirigencia, que interpreten los signos de los nuevos y mejores tiempos para pasar de una Patria mítica, a la Patria posible y soñada por las nuevas generaciones de compatriotas.
Se trata de dejar el pasado a los rencorosos y resentidos que haciendo una falsa interpretación de la historia pretenden insertarnos en una disparatada y dañina actitud criminal con un disfraz de concepción ideológica en el presente. Desean ignorar que esa Patria mítica de la que nos habló Ana Teresa Torres, “surge de la memoria colectiva y de la necesidad de los pueblos, no es una argucia ideada por algunas mentes clarividentes sino la respuesta de una sociedad a varias circunstancias, y dentro de un conjunto de diferentes referentes culturales.”
Los nuevos y mejores tiempos imponen construir el presente factible con los hombres y mujeres que tenemos, con sus capacidades, anhelos y aspiraciones de algo distinto, con una visión futurista de país, con un programa de gobierno dirigido a satisfacer las necesidades más sentidas y siempre postergadas de las mayorías menos favorecidas del pueblo en el corto plazo y que permita remover las deficiencias y vicios estructurales de la gestión pública en el mediano plazo.
Debemos y tenemos que anteponer una actitud positiva frente a las vicisitudes y adversidades que hemos sufrido. Asumir que el chavismo-madurismo ha sido un accidente histórico cuyo lapso ya culminó, y recordar, en común acuerdo con el autor de la cita, que existen reglas para el pensamiento positivo que debemos tener siempre presentes, de las cuales tomamos cuatro de ellas:”1. Si crees en la victoria, la victoria creerá en ti. 2. Arriésgalo todo por una oportunidad, y apártate de todo lo que te ofrezca un mundo de comodidad. 3. El talento es un don universal. Pero hay que tener mucho valor para usarlo, no tengas miedo de ser el mejor. 4. No basta con concentrarse en lo que dicen los viejos maestros, hay que pedirle ayuda al cielo.”
Para crecer y avanzar sin caer en la trampa del poder que conseguimos con eso, es necesario luchar. Debemos aceptar que nuestra alma en este momento está presa en la telaraña del tiempo, con sus oportunidades, limitaciones y riesgos, pero las transformaciones se dan precisamente en los momentos de crisis.
Nuestra lucha es por la libertad y la democracia y la experiencia nos ha demostrado que la gente sólo da valor a algo cuando se les da la oportunidad de dudar si conseguirán o no lo que desean, como lo manifiesta Coelho. Creo que en este momento tenemos la oportunidad y debemos aprovecharla, con la ayuda de Dios.
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