Pocas mujeres de la política en Venezuela, han sufrido tantas vejaciones juntas, como María Corina Machado.
Lejos de acallar su voz y doblegar su recia voluntad de emprendedora para cambiar la cruel realidad, que ha dicho, “afecta al 90 por ciento del país”, tanto maltrato, la convirtieron en una luchadora frontal contra el régimen y su larga cadena de mafias y corruptelas, pero ante todo, en consecuente defensora de la integridad de la familia y mujer venezolana, y del rescate de la burlada soberanía nacional.
Tras veinte y más años, de dura resistencia y altiva resiliencia, ante los crueles desmanes de un régimen dictatorial e indolente, está plenamente convencida, como el 75% del país, que se le acabó el tiempo a la autocracia neofascista, totalitaria que llenó a Venezuela de miserias, y conminó a casi 8 millones de venezolanos, a pasar penurias por el mundo. “Y sería nefasto que continuara en el poder”, sentenció.
No es un secreto para nadie, que María Corina, ha sido heredera del confort de una familia pudiente de la sociedad venezolana, como se dice coloquialmente, que le ha proporcionado lo mejor de la vida. Lo que le ha valido despiadados ataques que la acusan de ser representante de la más rancia burguesía caraqueña, y de los mezquinos intereses de la ultra derecha del país, pero también le ha ganado sentimientos de nobleza y muchas simpatías.
Como se sabe, nadie antes de que llegara la dictadura al poder, le impidió disponer de esos beneficios que le proporcionó la heredad, para viajar por el mundo, vivir cómodamente con su familia en Estados Unidos, o cualquier nación del orbe, como lo han hecho otros. Pero prefirió, confrontar a los demonios del comunismo y la politiquería, cara a cara. Su amor por la patria la llevó a abrazar el tricolor nacional. Y ahora, corriendo todos los riesgos, lucha incansablemente por liberar al país de su dolorosa tragedia.
María Corina, no oculta su controversial posición con lo que considera mal hecho, y se mantiene distante, muy lejos, de los negociados y repartos politiqueros que suele hacer el régimen, con “los mercaderes”, mejor conocidos, como colaboracionistas, alacranes, o carcamanes del guiso.
Quizás por eso, desde ya, despunta con viento a favor, en el horizonte de la contienda electoral que se avecina. Se le ve muy dispuesta, pero también, muy cautelosa, tras anunciar formalmente, que participará en la reñida disputa comicial de las primarias del el 22 de octubre, donde se escogerá al abanderado opositor para las presidenciales del 2024.
Sabe muy bien a lo que enfrenta y que no será nada fácil, pero confía en la confianza que ha depositado en ella, la mujer y la familia venezolana, por su rector proceder, su frontal posición anticomunista y anti componendas tras bastidores. Su solo anuncio de medirse en las elecciones primarias, reanimó de un tajo, el entumecido panorama político electoral del país.
Tras hacer el anuncio, aseguró, que “va a ver primarias y yo las voy a ganar”. Ya en el 2012 compitió por una nominación similar, organizada por la entonces Mesa de la Unidad Democrática (MUD), donde obtuvo el tercer lugar, con el 3,7% de los votos. Una década después, admite que las primarias representan una extraordinaria oportunidad, para unir a las fuerzas opositoras.
Aunque aún es muy temprano, para adelantar conjeturas electorales, el nombre de María Corina, asoma como premisa válida, para que una mujer ocupe por primera vez el poder en Venezuela, con la certeza, de que lo hará mejor que muchos hombres que la han gobernado y desgobernado, hasta ahora.
No hay duda, que su buena imagen y valiente mensaje, sigue calando de a poco en el imaginario nacional. “A lo lejos, no tan lejos, se vislumbra como la dama de la política venezolana, que hará visible, las tenues luces al final del túnel, de un nuevo amanecer venezolano”.
María Corina, “las mujeres al poder”, será el eslogan que emergerá con fuerza, en las primarias de octubre y en las presidenciales del 2024, opinan entusiastas observadores políticos.
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