Practicar el desapego, nos regala liberación, pues, adoptar esta actitud en la vida, facilita la independencia emocional que permite, crecer, avanzar y desarrollarnos. Esto, sucede cuando entendemos que, debemos ser dueños de nuestras acciones, conscientes de que somos los autores de nuestro porvenir.
Una de las formas de lograrlo, es haciendo un esfuerzo por edificar nuestro bienestar y equilibrio emocional, pues, somos los responsables de labrar nuestra felicidad y de tomar las decisiones acertadas al respecto.
A veces, solemos apegarnos al pasado, a las vivencias o eventos que ya sucedieron, permitiéndonos pasar por muchas experiencias, pero que es necesario dejar atrás. En este sentido, resulta oportuno no olvidar lo imperioso de vivir el presente, aceptando el aprendizaje y la realidad que, nada es para siempre y no podemos estancarnos en lo que ya pasó.
Debemos tener en cuenta, la importancia de afrontar nuestra realidad y no dejarse opacar por los contratiempos y las circunstancias del momento, que le restan atención a nuestras vivencias actuales, haciendo que el pasado se convierta a veces en una carga pesada que nos afecta desfavorablemente.
Los aspectos negativos, los fracasos, las experiencias traumáticas, las pérdidas, las frustraciones, los problemas, así como, las derrotas, nos condicionan de manera que nos aferramos impidiendonos avanzar.
Recordemos que, no hay nada malo en tener conexiones o vínculos, con personas, con actividades, labores, conceptos, ideas, pero, es necesario hacer un esfuerzo por no convertirse en alguien dependiente de estos aspectos, tratando de evitar que nos dominen o controlen, pues, si lo permitimos puede limitarnos y hacernos daño, generando efectos adyacentes.
Algunas de estas consecuencias, pueden ser el estrés, el temor, el pánico, la intimidación, la inquietud, el desasosiego, la frustración, la violencia, las dudas, la intranquilidad, la ansiedad, la depresión, el desconsuelo, la decepción, la amenaza, entre muchos otros, que son muy difíciles de sobrellevar y superar. Esto, causa sensaciones negativas, que debemos tratar de evitar.
Por esta razón, el desapego ayuda a liberarnos de aquello que nos afecta, permitiendo que la vida siga su curso, tratando de aceptar lo que no se puede transformar y dejándolo ir. No significa que, no vamos a luchar y esforzarnos por lograr nuestros objetivos. Es relevante, dar el todo, para que así sea, sin aferrarnos o enfrascarse, evitando convertir ese camino en una obsesión.