Solo se escuchaba el crujir de las patas de madera de una antigua pero noble mecedora en aquel caserón fortificado de siglos pasados, en donde el niño Mariano Kossowski, mirando como escurría la lluvia por los vidrios de un ventanal, soñaba despierto con la magia del cine.
Desde tierna edad mostró un temperamento díscolo, llevándolo a confesarle a sus padres que quería perseguir el sueño de ser cineasta, revelación que alarmó a sus progenitores en especial a su padre, Segismundo Kossowski, un ingeniero y constructor de puentes, quien decidió, por recomendación de un tío, inscribirlo en la escuela militar para que olvidara tal disparate.
Rastreamos en la gran red, que Mariano vino al mundo en Polonia en 1921, en el seno de una familia adinerada y que ostentaban un título de nobleza que habitaban una fortaleza del siglo XII, que muchos años más tarde, ya terminada la guerra, fue convertida en una gran casa de huéspedes.
Mariano Kossowski
Dolorosa experiencia
La escritora y columnista Marisela Gonzalo Febres, realizó una extraordinaria semblanza de nuestro personaje, en el cual describe que Mariano confesaría que la etapa como militar fue la más dura de su vida, ya que le tocó participar en una de las guerras más crueles y sangrientas de la historia de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial; recuerda con especial horror la resurrección de Varsovia, sin embargo, las difíciles circunstancias no impidieron que el joven Kossowski se destacara dentro de los grupos comando, cuya misión era volar puentes qué ironía, su padre los construía… para impedir el avance de las tropas alemanas.
El valor demostrado le valió el rango de teniente y la más honrosa distinción que se le podía entregar a un combatiente, la Cruz de Bronce, –retrata Gonzalo Febres y prosigue- pero también le dejó grabadas las más terribles imágenes que hasta sus últimos días interrumpen sus escasas horas de sueño.
Es bueno mencionar que el padre de Mariano Kossowski, no sólo construía puentes, sino que además, era aficionado al cine y por cada villa que visitaba, dejaba instalada una pequeña y rudimentaria sala cinematográfica, explicándose entonces la pasión del muchacho por los aparatos que captaban las imágenes y que luego captarían también el sonido.
Cambió el fusil por una cámara
Al finalizar la contienda bélica, Kossowski decidió perseguir su sueño de juventud, y animado por unos amigos que conoció en Europa, e influenciado por un tío-abuelo (quien sería el primer ingeniero cervecero que vino a Venezuela) dio el gran salto del destino, el cual estaba marcado por la noticia.
Gonzalo Febres precisa que lejos de su natal Polonia, cambió el uniforme militar por una cámara de cine que pesaba más que un cargo de conciencia y una maleta con todos los equipos necesarios para dejar plasmada en miles de metros de cinta, parte importante de la historia de Venezuela, desde mediados del siglo pasado.
Su fascinación por la provincia, lo llevó a realizar los primeros noticieros regionales: los cuales tenían por nombres: “Actualidades Chama” con noticias de la zona andina; “Actualidades Catatumbo”, desde la región zuliana y “Actualidades Terepaima”, destacando los valores y la actualidad informativa de Centroccidente. También coproducirá programas con gran repercusión, como” Alerta”, “Dimensión Humana” y “Venezuela Vibra”, participando además de manera destacada, en el primer gran noticiero del país “El Observador Creole”.
Aunque decidió vivir en Barquisimeto, escribe Gonzalo Febres, nuestro biografiado recorrió el país de punta a punta junto a su esposa y compañera incansable, Luba de Kossowski, con quien tuvo tres hijos, Cristóbal, Jorge y Santiago, éste último moriría en un desafortunado accidente aéreo, cuando, siguiendo los pasos de su padre, cubría un incendio forestal en el estado Mérida, en su memoria se creó el Grupo de Rescate Santiago Kossowski.
El infortunio nunca amilanó a Mariano Kossowski, destacándose como un versátil reportero, lo que lo llevó a cubrir los acontecimientos políticos, religiosos, deportivos, culturales y sociales más relevantes del interior del país.
Periodista y pionero
Kossowski documentaba todo, absolutamente todo lo que consideraba noticioso o interesante, por tanto, sobresalió con documentales de gran valor como “Siguiendo los pasos de Doña Bárbara” donde enfatiza la vida real de esta mujer inmortalizada por Rómulo Gallegos.
En una entrevista para el Diario El Impulso, su hijo Jorge Kossowski reveló que, en 1978, siendo Mariano Kossowski jefe de corresponsales de RCTV “mi padre y yo desarrollamos el primer sistema de microondas dedicado al envío de noticias y material audiovisual desde todas las regiones del país hacia Caracas”, esto los convirtió en los precursores de esta tecnología en Latinoamérica.
El agudo olfato de periodista de Mariano lo llevó a fundar la Asociación Venezolana de Periodistas en su Capítulo Centroccidental y creó la primera y más importante red de corresponsalías en el territorio nacional, la cual prestó sus servicios durante muchos años a Radio Caracas Televisión, hasta que llegó el momento del gran reto: su propia televisora.
Noticiero Lara
“Noticiero Lara” dará de que hablar, pues era otra de las producciones pioneras de Kossowski. El espacio era producido por Mariano & Co, su compañía de producción cinematográfica registrada a fines de 1949.
El noticiero salió al aire a finales de 1950 y era grabado en formato de 16 mm, en locaciones callejeras, posteriormente era proyectado en clubes, escuelas, y en una enorme pantalla situada en el estacionamiento de Sears, durante tres años, hasta que los propietarios de cines de Barquisimeto protestaron, dada su gratuita condición.
“Noticiero Lara” fue denunciado ante el Concejo Municipal local por ser un “infeliz” competidor de los teatros y cinematógrafos de la región.
Este espacio fue la primera producción de noticias más importante hecha fuera de la capital de Venezuela.
En 1953, apareció la televisión en Venezuela, y “Noticiero Lara” fue incorporado como un segmento del “Observador Creole” producido por Radio Caracas Televisión.
Pasado los años, Mariano Kossowski fundará Promar Televisión, tras su experiencia con la corresponsalía de Radio Caracas Televisión. La novedosa televisora salió al aire el 14 de septiembre de 1995.
Mariano Kossowski se marchó a otras instancias el 15 de octubre del 2000, a recorrer rumbos celestiales, persiguiendo su pasión en un trajín infinito.