El gusano subterráneo, expresa una clara y evidente realidad, de un problema que confrontamos los habitantes del área metropolitana, pero es al mismo tiempo una simbología de una crisis mayor de un sistema que colapso, y que revela de manera subyacente, la ilación sin interrupción de un conjunto de problemas, que nunca se le busco solución, que por el contrario se profundizaron aun mas, siendo sin duda una crisis que produjeron esas generaciones que les ha correspondido ejercer el liderazgo antes y ahora.
El gusano parte uno, y ahora este número dos, humildemente pretende llamar la atención sobre dinámicas perversas totalmente negadoras de la vida, que responden poco a los intereses colectivos de una sociedad.