Las elecciones primarias antichavistas, programadas para el próximo 22 de octubre, representan para la oposición un reto y una oportunidad para motivar a los ciudadanos que aspiran a un cambio de Gobierno en las presidenciales de 2024, pero que se decepcionaron con las ineficaces estrategias opositoras para hacerse con el poder, según expertos.
El director de la asesoría política Log Consultancy, Giulio Cellini, ve positivo que los principales partidos de la oposición, entre los que se encuentran Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT), Acción Democrática (AD) y Voluntad Popular (VP), hayan empezado a reactivar su maquinaria y a pisar la calle para acercarse a los problemas de la ciudadanía, a la que deben reconquistar.
«Que nuevamente la política vuelva a la calle, y en la calle vuelva también la discusión política es algo útil, es algo que favorece al país. Venimos de varios años en los cuales la gente no quiere saber nada de la política (…) porque no ven en la dirigencia resolución a sus problemas, ni siquiera conexión con sus problemas y aspiraciones del día a día«, explicó Cellini a EFE.
El politólogo sostuvo que los partidos opositores perdieron, en un momento determinado, «la brújula, perdieron la orientación. No es que la hayan conseguido (encontrado) definitivamente, pero sí hay un consenso en torno a la necesidad de prepararse para la elección presidencial y eso pasa por, justamente, la definición de un candidato que se producirá en la elección primaria».
Escuchar a la gente
Recientemente, la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) publicó un estudio psicosocial en el que determinó que el 90 % de los venezolanos «siente preocupación» ante la situación que atraviesa el país.
La investigación titulada «PsicoData Venezuela 2023», para la que fueron entrevistadas 1.500 personas en toda la nación, reveló que al 73 % de los venezolanos les entristece pensar en el futuro del país, aunque el 59 % manifestó tener ganas de participar en actividades políticas o sociales.
Sin embargo, solo el 9 % acude a instituciones sociales, políticas, religiosas o deportivas, lo que advierte, para los investigadores, la «desconfianza percibida respecto a la capacidad de las instituciones».
Ante este escenario, Cellini indicó que lo primero que deben hacer los partidos políticos para capitalizar el descontento e incentivar la movilización es escuchar a la gente, leer lo que dicen los estudios de opinión, así como conectar con las necesidades diarias de las personas.
«Eso es lo que quiere la población: ser escuchada, que sus necesidades se vean interpretadas en el discurso y en las propuestas de los partidos políticos y, en este caso, de los candidatos que aspiren a dirigir las riendas del Estado a partir del año 2024», apostilló.
Es necesario, prosiguió, que las formaciones se involucren nuevamente con la sociedad, planteen soluciones que tengan que ver con la resolución de los problemas y no seguir con los «discursos de humo, con los discursos etéreos, abstractos, que nada tienen que ver con las necesidades reales de la gente».
Trabajo desde las bases
Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia han hecho en los últimos seis meses procesos de renovación de sus liderazgos internos, mientras que Acción Democrática ha recorrido diversos estados del país con su abanderado para las primarias, Carlos Prosperi.
Tanto Un Nuevo Tiempo como Primero Justicia han anunciado congresos programáticos con los que buscan la discusión de propuestas para un plan de Gobierno.
La presidenta de Primero Justicia, María Beatriz Martínez, explicó a EFE que el objetivo es poder tener la opinión de la ciudadanía, que incluya a grupos especializados como ONG y expertos en áreas como la economía, los derechos humanos, seguridad ciudadana, salud, laboral y educación.
«Aspiramos a que el Congreso Programático nos sirva para presentarle la propuesta de cara a unas elecciones, tanto primarias como unas elecciones nacionales, y además un compromiso que (…) trasciende hacia el 2025 cuando vienen elecciones locales, regionales y legislativas», señaló.
A su juicio, los partidos viven un «momento muy bajo», pero niega que haya una desconexión total entre los ciudadanos y los políticos, porque estos, aseguró, tienen planteamientos ante los problemas cotidianos.
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