Criticar la política venezolana de estos tiempos es tarea fácil por su mala calidad, y por su baja productividad. Eso no quiere decir que sea aburrida.
Sorprende como estos ¨líderes¨ que llevan ejerciendo el rol de oposición el mismo tiempo que lleva el oficialismo en el poder, no aprendan de sus errores; no cambien, ni asuman con valentía la responsabilidad por el descalabro que es hoy lo que debería ser una clara opción alternativa a la destrucción representada por Maduro y su gente.
Esta semana el ex candidato presidencial Capriles ha dicho –diez años luego del evento, y sin pruebas- que el evitó una guerra civil al impedir que la gente se lanzara a la calle a defender ¨el triunfo que Maduro le robó¨!
Sus antiguos socios del G4, hoy sus más enconados adversarios del partido de Leopoldo López han salido a caerle a palos haciéndolo responsable de no haber exigido con valor ¨su triunfo¨, acusándolo de cobarde.
Lo cierto es que en política, con máquinas o mediante el conteo manual, si no se tiene representación eficaz en cada una de las mesas, así como en las juntas electorales y demás instancias del proceso, simplemente pierde; y ello más que una forma de fraude, es una verdadera muestra de incapacidad político organizativa.
Cuando Capriles en 2013 perdió con Maduro (ahí están los resultados del CNE), el responsable del operativo electoral para dar cobertura a las mesas de votación, era Leopoldo López. Ergo, los dos están mintiendo. Capriles no ganó las elecciones, ni Leopoldo fue capaz de cumplir su deber de organizar la defensa del voto.
Otros ex socios del G4, como el grupo de Henry Ramos, y el partido de Rosales, hacen lo suyo desentendidos de Primero Justicia, y Voluntad Popular, en una suerte de acuerdo secreto para apoyar a este último para la elección primaria de ese sector, en vista de que el candidato Prosperi (Ramos Allup) no levanta ni con viagra.
Por su parte, sin necesidad de selección interna (¿para qué?), la candidata única e indiscutible del partido Vente, está recorriendo el país anunciando que va a participar en la primaria, pero agrediendo a la comisión organizadora, y exigiendo que el proceso se realice sin el organismo electoral nacional (CNE), y auspiciando el voto de los venezolanos en el exterior, a contracorriente de lo que ordena la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE).
No hay manera de que los venezolanos en el exterior puedan votar sin el registro correspondiente, que demuestre que estos tienen legalidad suficiente en los países donde residen, y desde luego haya oficinas consulares venezolanas para ejercer ese derecho. ¿Qué pasa entonces con nuestros compatriotas que residen en países con los cuales no hay relaciones diplomáticas como EEUU?
Como se ve, es un acto de demagogia insostenible que termina por hacer daño a la credibilidad de estos ¨dirigentes¨.
Por su parte, el otro sector de la oposición, mayoritario de acuerdo a las últimas votaciones, no termina de cuajar una propuesta alternativa. En medio de este lamentable espectáculo, Maduro con su exiguo respaldo popular sigue adelante en la intención de voto.
Nosotros seguimos luchando para que se abra una discusión amplia para la construcción de un programa de gobernabilidad, y luego buscar un candidato de consenso que lidere esa propuesta para hacer un gobierno de unidad nacional; capaz de representar la esperanza de la mayoría de la población.
Recuperar los servicios públicos esenciales; la empresa petrolera; las empresas básicas; las zonas industriales; la educación desde preescolar hasta la universidad; el empleo, y el salario; las escuelas técnicas; la vialidad; la salud; seguridad jurídica para la inversión de capitales nacionales e internacionales. Un gobierno de paz y concordia.
La oposición sigue dando palos de ciego, y no ha comenzado oficialmente la campaña. Esto se pone bueno; saquen las cotufas.
@romanibarra