Jesús Elorza: Mosaico rojo-rojito

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Por fin, por fin logré resolver el problema de la educación, gritaba emocionado Nicolás en su despacho presidencial.

¿Qué pasó? Mi amor. Como lograste resolver ese nudo gordiano de la crisis educativa que heredamos de la IV república y se agravó con el cerco imperialista al que hemos estado sometidos.

-Déjame decirte que, estaba plácidamente tomándome mi wiskisito de la tarde escuchando las recopilaciones musicales de Billo Frómeta en las que combinaba temas con diferentes ritmos o melodías y se me prendió el bombillo para proponer una acción orientada a resolver en corto plazo la crisis de la educación.

Carajo mi amorcitico, no creo que haya sido un bombillo, el peo educativo es tan grande que, a lo mejor lo que se te prendió fue un reflector o las torres de alumbrado del estadio universitario.
-No te burles que estoy hablando en serio. Te repito que escuchando a Billo vi clarito el camino para impulsar la educación revolucionaria por encima de la crisis generada por el imperialismo y la oligarquía golpista del país.

¿Y…?

-Voy a ordenar que se implante desde ya en el Ministerio de Educación «El horario mosaico»

¿Qué vaina es esa? Ayyy mijo tú lo que estas es prendío por los wiskis y no alumbrao por un bombillo. Explícate mejor.

-Bueno, con ese horario superaremos el reclamo de los educadores por mejores salarios. Ya que no les voy a aumentar nada, sino que les voy a reducir la carga horaria. Por ejemplo, la hora clase la reduciremos de 45 minutos a 35. Los días de trabajo a 3 por semana y si la protesta continúa, me dejo de vainas y, los reduzco a dos por semana. Así tendrán tiempo para buscarse otra chamba y aumentar sus ingresos.

Que grande eres mi amor, vas enrumbado al Premio Nobel. Ya mandé a comprar un regalo para ti «Los 47 mosaicos de Billo» para ver si sigues alumbrao y le buscas solución a los otros problemas que nos ha generado el bloqueo.

Al conocerse la propuesta de Nicolás y su ministra de educación, las protestas en todo el país no se hicieron esperar. El rechazo al nuevo horario fue unánime: obreros, empleados, docentes, padres y representantes consideraban una burla o irresponsabilidad gubernamental la propuesta puesto que la misma solo contribuiría a profundizar la crisis educativa al dejar de lado, sin respuesta alguna a los múltiples problemas que afectan al sector educativo del país.

Cabe señalar que, con el paso del tiempo, el modelo ideológico-político de este régimen, ha generado un conjunto de profundas distorsiones y desequilibrios. Que irremediablemente condujeron al país a una «emergencia humanitaria compleja», es decir, una emergencia que se prolonga en el tiempo y afecta considerablemente a todos los ámbitos de la vida humana.

En el año 2018, la Asamblea Nacional declaró la «Emergencia Humanitaria Compleja de la Educación en Venezuela, como consecuencia de la inexistencia del Estado docente, la dessalarización del trabajo pedagógico, el irrespeto a la autonomía de los gremios, la violación de los derechos laborales, la gravísima deserción escolar y la migración de docentes, la casi inexistencia de programas de asistencia al estudiante, el incumplimiento de la obligación de inclusión educativa de los pueblos indígenas, la instrumentación de prácticas de persecución y acoso laboral con trasfondo partidista, la imposición de modificaciones al currículo escolar con sesgo ideológico y la vulneración de la autonomía universitaria en todas sus expresiones».

De acuerdo con los resultados de la última encuesta Encovi de la UCAB, en los últimos nueve años la cobertura educativa general para los jóvenes entre 3 y 24 años cayó diez puntos porcentuales, pasando del 73 por ciento al 63 por ciento. Solo en el último año, 190 mil alumnos abandonaron el sistema educativo.

Se estima en más de 1,5 millones el número de alumnos que permanecieron fuera del sistema educativo durante el período 2021-2022. Esto significa que casi la mitad de los niños entre esas edades está fuera de la educación inicial.

Otra de las denuncias que hacen los trabajadores de la educación es el relacionado con la escasez del personal docente y su cualificación. Al señalar que, el año escolar 2022-2023 se inició con un déficit de 57 por ciento de profesionales de la docencia en las especialidades de matemática, física, química, biología, historia, literatura e idiomas.

En 2021 se graduaron en promedio 90,2% menos profesores que en 2015. El salario del docente, a nivel universitario, que inicia su carrera profesional perdió el 95,9% de su valor en los últimos 25 años. Debe reunir dos años de su salario para igualar el monto que ganaba mensualmente un profesor de su misma categoría en 1997. Más de cien mil docentes abandonaron el sistema educativo entre los años 2015 y 2020. Los bajos salarios, la dolarización y la migración forzada son los factores que fundamentalmente explican la deserción de los educadores. Un 55 por ciento de los docentes en el país desarrollan otro tipo de actividades para poder cubrir sus necesidades básicas, ya que los salarios como profesionales de la docencia no les permite tener acceso a mejores condiciones de vida.

«Estudiar entre ruinas» es el calificativo empleado por los docentes para referirse a la caótica situación de la infraestructura de los centros educativos: alrededor de 59 por ciento de los planteles encuestados presentan graves problemas de infraestructura, originados por un desgaste natural, pero también por la falta de mantenimiento preventivo y correctivo. Es una constante la presencia de filtraciones, techos caídos, baños inoperativos, falta de pupitres y un precario acceso a servicios públicos especialmente de agua potable, aguas servidas, gas doméstico y electricidad.

Resolver la crisis del sistema educativo generada por un mosaico rojo-rojito de problemas, va más allá de un sistema flexible de horarios. Dejar de atender esta compleja realidad tendrá lamentablemente severas consecuencias negativas en las posibilidades de desarrollo futuro del país. Corregir cuanto antes, esta emergencia humanitaria compleja, es una prioridad para todos los venezolanos.

En respuesta al mosaico del régimen, los educadores en la calle reclamando sus derechos le responden con otra de Billo: «Ese disco se rayó / ese disco se rayó».

 

Licenciado en Educación, profesor en la UPEL – @jesuselorza

 

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