Después de un sueño intranquilo, despertase el amo y señor de todos los poderes muy temprano dispuesto a disfrutar de la felicidad de un día más como Presidente Constitucional, Jefe del Máximo Tribunal, de la milicia y de los otros componentes armados, etc.. Como siempre, despertó a su compañera.
─C., Mi amor,… mi Primera Combatiente, despierta, tenemos que construir el socialismo territorial ─le susurra dulcemente al oído─.
─Sigamos durmiendo mi amor, el país está bien, todo está muy bien ─comenta media dormida la Primera Combatiente. ─
─No C., el país no está bien, algo pasa, no veo nada, no se ve nada…
─Prende la luz Nico
─Ya la prendí; nada, no se ve un coño…
─ Yo sé lo que tú quieres mi amor…
─No C., no es para que me prepares el café, levántate, algo pasa.
Casi a regañadientes, como si tuviera que atender una protesta de maestros, se endereza la segunda al mando de todos los poderes, un poco inquieta por las palabras de su marido.
─Es verdad Nico, no se ve nada, ni siquiera te veo los bigotes, ¿seguro que prendiste la luz?
─ ¡Pues claro!, C., y la cosa como que está así en todo el país…
─Yo te lo decía Nico, no debimos descuidar el sistema eléctrico.
─No vayas a comentar eso por ahí, alguien podría oírte y se nos vendrá abajo el cuento de los rayos electromagnéticos que dispara Trump; llamaré a Padrino, él tiene que saber algo. Además, C., ¿Y si fuera otra cosa?
─ ¿Cómo qué?, Nico.
─No sé, tal vez tenga que ver con las maldades que estamos haciendo a los maestros; llamemos a Padrino a ver que sabe de esta vaina tan rara.
Llaman a Padrino.
─ ¡Aló, Mi General! Parece que tenemos otro apagón nacional ¿Qué pasó?
─ NPI, Nico; ya me comuniqué con el nuevo ministro del sistema eléctrico y me dice que no es una falla por falta de mantenimiento como las otras, ni por iguanas; todo lo que necesita electricidad puede funcionar, pero eso sí, no se ve nada, nadie ve a nadie ni siquiera a un metro.
─ ¿Y eso fue todo lo que dijo?
─No, dijo que le parecía que se trataba de un ataque de la derecha, y que sospecha que están involucrados los maestros.
─O sea, que no sabe nada y no sabe qué hacer con el sistema eléctrico y nos está echando el mismo cuento de la derecha que nosotros le contamos a la gente cada vez que vamos a elecciones,… entonces estamos bien jodidos, ahora sí que nos jodió el imperio… no le podemos decir eso a la gente, y menos ahora que vamos a elegir presidente… ¡Vergación! ¡Hagan algo!…
─ ¿Caiga quien caiga mi Comandante en Jefe? ─Pregunta Padrino para seguir la corriente.
─ ¡Caiga quien caiga! ─dice Nico claro y enfático. ─
─Tranquilo mi Presidente Constitucional y dueño de todos los poderes, que estoy contigo rodilla en tierra; bueno, te dejo, voy a ver que veo porque esto está más oscuro que las convenciones colectivas de los trabajadores públicos.
Mientras Padrino va a ver que ve, Nico se queda muy pensativo acerca de tan extraño acontecer. De pronto le vienen a la mente confusas imágenes del sueño que había tenido: Se trataba de un mundo en sombras y donde él estaba obligado a trabajar por 5 dólares al mes… el rojo de sangre de la luna llena; hasta un pajarito que lo miraba desde muy lejos como censurándolo vio en ese sueño.
En esos pensamientos estaba cuando se reportó Diosdado.
─Nico, esta vaina está bien pelúa; ya hablé con Padrino, con Jorge y con Delcy y todos estamos igualitos; nadie se mueve porque nadie ve nada, la oscuridad es total y nadie sabe qué hacer; yo ni siquiera puedo encontrar el mazo para hacer el programa…
─ ¿Entonces, Diosdado, nadie en el Gobierno sabe lo que pasa y que tampoco nosotros que somos la cúpula vemos nada?… Todo el mundo va a decir que no sabemos qué hacer con este país. Busquen un chivo expiatorio, mientras se nos ocurre algo echémosle la culpa a alguien,…
─ ¿A un chinito como el de recadi, Presidente? ─dice Diosdado tratando de ser cómico como en su programa de televisión, aun en medio de aquella circunstancia.
─ ¡Pero bueno Diosdado, tú estás loco!, ni se te ocurra meterte con los chinos, ese imperio es de los buenos, son nuestros amigos y les debemos muchos dólares ─comenta impaciente, Nico ─.
─ ¿Entonces a los maestros, Presidente? ─Pregunta de nuevo el ex-Presidente de la ANC.
─ Mejor ve a buscar tu mazo, Diosdado, tu tampoco tienes idea de qué hacer con este apagón ni con el país; voy a ver como resuelvo… ─ lo reprende Nico, mientras piensa “Estos militares algún día deberán volver a los cuarteles para que hagan lo que saben hacer, por ahora que me sostengan”.
─ Hasta pronto, mi Comandante, ─ se despide obedientemente Diosdado, consciente del CVP y de que ha hecho dos chistes bien malos y que no haría ni en su programa «con el mazo dando».
Apenas despidiéndose Diosdado, la Primera Combatiente recibe la atribulada llamada de la Ministra de Educación.
─ ¡Comadre! Por aquí por mi casa también se fue la luz, pero me parece que no es asunto de electricidad… es otra cosa peor…
─ ¡¿Peor comadre?!, pero si ya no vemos nada; ni Superbigote ni yo sabemos qué hacer ni con este apagón ni con la economía, ni con los salarios…
─Ni con la Educación, comadre ─interrumpe la ministra─; y yo tampoco sé qué hacer con ese muerto; ya Farías y yo ─cumpliendo con los lineamientos de Superbigote─ les dijimos a los maestros que resistan la guerra económica y que vayan inventando emprendimientos porque aumento no hay, y que no cuenten con el 1° de mayo.
─Y entonces, comadre, ¿por qué ni las velas alumbran?, ¿qué piensas de esto?
─Aquí entre nos, comadre Primera Combatiente, porque desde hace un tiempo que venimos despreciando el conocimiento, hemos destruido la educación gratuita y de calidad… y vamos por muy mal camino al amenazar con sustituir a los maestros con los militantes de nuestro partido, … sin educación no sabemos para donde debemos ir, por eso esta oscuridad tan extraña.
─Bueno, comadre, ¡rodilla en tierra! Continue aguantando a los maestros; así es el socialismo nuestro: que muchos pasen hambre y nosotros les dejamos caer unos bonos y una bolsita de vez en cuando, nosotros tenemos que comer bien para enfrentar las sanciones del imperialismo; dígales a los maestros que resistan la guerra económica, y que se rebusquen mientras tanto.
Nico ha oído la conversación de la ministra y le manifiesta a la Primera Combatiente su preocupación.
─ C., de verdad que esta vaina que está pasando está bien rara, creo que la comadre tiene razón, este no es un apagón como los otros, ni siquiera las velas alumbran; parece cosa de brujería, mejor nos comunicamos con Bertucci.
─Sí, mi amor, llamemos a ese hombre de Dios, porque esto asusta, ¿no será que esto que está pasando es un castigo divino por arruinar la vida de los trabajadores, acabar con la educación, con Pdvsa y los servicios, con la democracia participativa y haber excluido al Pueblo de la construcción de su propio futuro?
─Ya vamos a salir de dudas; no podemos quedarnos quietos con esta oscuridad, así ni siquiera veríamos llegar a los gringos si es que vienen por mí.
─ ¡Cancelado Nico! ¡Cancelado! Eso no va a pasar, ya les aprobamos la Ley de Protección a las inversiones Extranjeras, la Ley Antibloqueo y la de Zonas Económicas Especiales como ellos querían ─se apresura a decir la Primera Combatiente.
─Bueno, uno nunca sabe con esos gringos… no perdonaron ni a Gadafi…
En eso, llama Bertucci todo alarmado:
─ ¡Presidente!, le llamo por la emergencia, los evangélicos también estamos en medio de esta oscurana; ahorita mismo estamos escudriñando la Biblia
con rayos infrarrojos y creo que hemos encontrado algo sobre estas extrañas señales, …
─ ¿Y entonces?, Bertu, dime algo, lo que sea, ¿Qué está pasando?
─Nadie sabe nada exactamente, Presidente; no estamos seguros de nada pero esto parece ser un castigo ¡Está en la biblia! porque nos hemos apartado del Señor acumulando poder y dólares a costillas de los trabajadores y para favorecer a las empresas; mientras, negamos el salario a los maestros, Presidente.
─ ¿Y por qué dices eso Bertucho? ¿De dónde sacaste esa vaina?
─ De Juan 8:12, Presidente: “Jesús les habló otra vez diciendo: yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
─ ¡Ave María Purísima! ─Exclama Nico muy asustado por lo que dice Bertucci.
─Y eso no es todo Señor Presidente, en Joel 2:31, lea si es que regresa la luz, “El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso”.
─Que Ochum me Proteja, Bertu, eso parece que es conmigo… eso fue lo que vi en mi sueño…
─No lo quiero alarmar más, Presidente, pero en Job 3:5 dice: “Apodérense de él tinieblas y densa oscuridad, pósese sobre él una nube, llénelo de terror la negrura del día”… son días de oscuridad, Presidente, ahora si vamos a comprender por lo que pasó el Pueblo con aquel mega-apagón, ¿se acuerda?
─Te dejo, Bertucho, creo que voy a preparar el avión…