Ezequiel Querales Viloria: Cuando la corrupción nos alcance

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Hace mucho tiempo que la corrupción en Venezuela, nos alcanzó, y rebasó de mil maneras, hasta hacer añicos nuestra vivaz capacidad de asombro. Es tan grande la corrupción en este país, que se sale de su propio eje.

Un nuevo y monumental escándalo sacude a Venezuela, y con él, un nuevo sketch izquierdoso sale a la escena, para justificar lo injustificable, buscando ocultar la verdad de los hechos, razones y perversidades que le originaron, de modo de continuar el saqueo por otros frentes, con distintas motivaciones, con nuevos personajes.

Es una “película” muy repetida de tramas, mafias y corruptelas, infinidad de veces presenciada por el sufrido pueblo venezolano, en casos precedentes, como el de Pudreval, Alejandro Andrade, los bolichicos, del ex presidente de Corpoelec, Jessi Chacón, quien prometiera arreglar el problema eléctrico en 100 días, y  por el contrario, dejó al país a oscuras, y con un interminable desfase, que sigue privando de electricidad, a pueblos y ciudades del interior, y a muchos barrios de Caracas.

Como olvidar, “el Gran Escape” de Rafael Ramírez, tras 12 años como superministro, trajinando codo a codo, con el gabinete  en pleno y los más altos jerarcas del régimen, donde nadie sospechó nada. Y ahora el desgobierno, reaparece con sus manidas tretas a intentar obnubilarnos con su nuevo sketch, dramático-rochelérico.

Es harto conocido, que Tarek El Aissami, junto a sus socios y su familia, ha acumulado una cuantiosa fortuna, a lo largo de 20, o tal vez, más años, que lleva metido en la pomada de la corrupción del régimen totalitario y neofascista. Se diría, que anda en eso, casi desde que dejó  la Universidad de Los Andes (ULA), cuando procedió a ensañarse con su ex contendor estudiantil, Nixon Moreno, hasta hacerlo huir del país, para cobrarle la vergonzosa derrota que le propinara en las elecciones del 2003, en histórica contienda, que para entonces, elegiría a una nueva Federación de Centros Universitarios (FCU), de esa casa de estudios.

Por eso resulta patético, que el régimen, lo quiera presentar ahora ante el país y  al mundo, como un pulcro malhechor recién llegado. Un superministro que como Ramírez, ha estado metido a sus anchas, en todo el tejido del poder cívico militar, que vigila, controla y domina todo cuánto se mueve en nuestro desdibujado territorio nacional. Donde ahora, se reparten parcelas de poder para los negociados, con elementos de las disidencias de las FARC, el ELN, y los grupos venidos, de Rusia, Irán, Líbano, Siria, Irak, Palestina. Donde este joven aún, de 48 años, de ascendencia sirio libanés, fungía como enclave y operador financiero de un sinfín de negocios, de compra venta, canjes en divisas, oro, o cripto monedas, a través de las cuentas bancarias que posee Pdvsa, dentro y fuera del país.

Sería iluso creer que ahora sí se le propinó un duro golpe a la corrupción en Venezuela, a pesar del extraño y sorpresivo apoyo de Estados Unidos, para que el régimen que tanto ha adversado y condenado, “profundice una investigación, y castigue a los corruptos, que precisamente, la propician”.

Lo cierto, es que el respaldo del portavoz de la Casa Blanca Jonh Kirbu, al régimen de Miraflores para que amplíe las investigaciones al respecto,  ha dado una sacudida a la opinión pública venezolana y latina radicada en Estados Unidos, que no termina por asimilar el brusco giro del gobierno de Joe Biden, con relación a Venezuela.

Entre tanto, en las redes sociales sigue repicando con fuerza el canto de protesta de: “!Así, Así, Así!, es que se gobierna, gritan los vende patria con el rabo entre las piernas”, mordaz epitafio contra la ruinosa farsa de corruptelas del llamado comandante eterno, quien lejos de combatir la corrupción como lo prometió, la sembró para la posteridad, tal vez, para que siempre nos alcance.

ezzevil34gmail.com.

 

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