En medio del maremágnum bullicioso político y quizá efecto del altercado político interno pesuvista desgrana un complejo de supuestos nexos, engreimientos, medias verdades y falsedades en donde convergen muchos intereses personales de liderazgo político, ha surgido una maraña confusa en la cual medios locales, líderes opositores y plataformas You Tube pretenden llenar tal vacío mediante acusaciones sobre sumas millardarias de USD desfalcadas, así como de la detención de algunos empresarios, políticos y funcionarios del Poder Judicial, sin reconfirmación oficial, y presuntamente cercanos al ministro El Aissami, quien renunció a su cargo a objeto de colaborar supuestamente, con las investigaciones de rigor que se adelantan ante una industria detenida en sus exportaciones, esenciales para la revitalización de nuestra economía depauperada, ahora en medio de un alboroto de corrupción que destapó el propio régimen, intentando acabar con las ‘mafias enquistadas en el poder’, ha centrado la atención del país político, desde hace muy pocos días, cuando no se comenta de otro tema, aunque se ignora con precisión el monto del desfalco y/o fraude, y cómo se descubrió el pastel. La acometida ostenta como inquisidor notorio y genuino a Nicolás Maduro, quien desde el lunes 20/3 ha emitido informaciones muy escuetas sobre los hechos y, desde entonces, con avisos permanentes insta a la relevancia por el influjo de ‘lucha por la verdad’.
Por otra parte, es de entenderse que estamos en un año preelectoral a culminar en las elecciones presudenciales de diciembre 2024 venidero y que posiblemente tal inquisionismo obedezca al despeje de obstáculos políticos emergentes en el seno del PSUV, a neutralizarlos de cualquier forma.