El cardenal alemán Reinhard Marx
El camino Sinodal de Alemania no tiene poder para obligar a los obispos y a los fieles a asumir nuevas formas de gobernar y nuevos enfoques doctrinales y morales, ha compartido en un comunicado la Sala de Prensa de la Santa Sede
En un comunicado difundido desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se advierte que «para tutelar la libertad del pueblo de Dios y el ejercicio del ministerio episcopal, parece necesario especificar que el Camino Sinodal en Alemania no tiene poder para obligar a los obispos y a los fieles a asumir nuevas formas de gobernar y nuevos enfoques doctrinales y morales».
El comunicado asegura que no sería legítimo empezar en las diócesis, antes de un acuerdo pactado a nivel de Iglesia universal, nuevas estructuras oficiales o doctrinas, que supondrían una herida a la comunión eclesial y una amenaza a la unidad de la Iglesia.
Como recordó el Santo Padre en su carta al pueblo de Dios que está de camino en Alemania: «La Iglesia universal vive en y de las Iglesias particulares, así como las Iglesias particulares viven y florecen en y desde la Iglesia universal, y si se encuentran separadas de todo el cuerpo eclesial, se debilitan, se pudren y mueren. De ahí la necesidad de mantener la comunión con todo el cuerpo de la Iglesia siempre viva y eficaz».
Por lo tanto, finaliza el comunicado, «se espera que el propuestas del Camino de las Iglesias particulares en Alemania convergen en el camino sinodal que está viajando por la Iglesia universal, para un mutuo enriquecimiento y testimonio de aquella unidad con la que el cuerpo de la Iglesia manifiesta su fidelidad a Cristo Señor».
El Camino Sinodal es un controvertido proceso de la Iglesia alemana el que ya han expresado posturas contrarias a la doctrina católica en materias de moral y magisterio eclesial.
Entre otras cuestiones, piden la ordenación sacerdotal de las mujeres, la bendición de matrimonios entre personas del mismo sexo y cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre los actos homosexuales, lo que ha provocado acusaciones de herejía y peligros de cisma.
El Papa Francisco ya escribió una extensa carta a los católicos de Alemania en 2019, en la que habló acerca de lo que llamó la «erosión» y el «declive de la fe» en el país, y pidió a los fieles que se conviertan, recen y ayunen, además de proclamar el Evangelio.
Además, el pasado 14 de junio, el Santo Padre recordó que durante una conversación con el Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, le dijo que el país ya tenía una muy buena Iglesia evangélica y que no necesitamos dos.