Manuel Isidro Molina: Bragas naranjas para el encubrimiento o el caradurismo de Maduro, Flores, Cabello y Rodríguez

Compartir

 

Venezolana de Televisión (VTV) está siendo miserablemente utilizada como matriz comunicacional de la mendaz y mafiosa campaña del fracasado gobierno de Nicolás Maduro y Cilia Flores para lavarse la cara ante un país empobrecido, maltratado y traicionado por las mafias depredadoras, sifrinas y hedonistas de la robolución Chávez/Maduro/PSUV.

Diosdado Cabello se muestra como luchador a brazo partido “contra la corrupción”, una muestra más de su proverbial cinismo y descaro a toda prueba. Solo unos pendejos bien pendejos pueden creerle.

Ver a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez encabezando una “cruzada” contra los saqueadores de la nación es asqueante. Desde 1999, llevan 24 años en roles principales del peor proceso de depredación administrativa de nuestra historia republicana, y ahora quieren presentarse ante el país traicionado como Savonarolas.

El clan Cabello es una de las más pudrimillonarias mafias del régimen psuvista, integrado por civiles y militares (activos y retirados): lo saben dentro y fuera del gobierno, y se conoce dentro y fuera del PSUV. Y en torno a ese clan giran articulados decenas y hasta centenares de funcionarios inescrupulosos, todos enriquecidos hasta el asco, por la cuantía de los expolios sin solución de continuidad desde 1999 hasta el presente.

Si es por el lado de los Maduro/Flores, su descendencia pudrimillonaria y abiertamente delictiva lo dice todo: como pareja presidencial llegaron al extremo de utilizar la institución de la Presidencia de la República y la política exterior de Venezuela, para beneficio y protección de tres personajes de la familia Maduro/Flores:

* Carlos Erick Malpica Flores (1), ex Vicepresidente de Finanzas de PDVSA, ex Tesorero Nacional y ex Administrador del Ministerio de Relaciones Exteriores; las gestiones secretas de Miraflores con el gobierno estadounidense de Joe Biden, permitieron el levantamiento de las restricciones de la OFAC/EEUU que pesaban sobre este personaje por presuntas investigaciones por legitimación de capitales. Sigue siendo el brazo financiero de la familia presidencial, algo así como un Alex Saab privado.

** Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores (2), los sobrinos narcotraficantes de Cilia Flores y Maduro, condenados a 18 alos de prisión en EEUU, liberados por el gobierno de Biden mediante indulto presidencial, en un raro “canje de prisioneros” que en territorio venezolano benefició a siete estadounidenses privados de libertad, cinco ex gerentes de Citgo y dos implicados en acciones violentas contra el gobierno venezolano. De esta trama corrupta al mas alto nivel, sale un impactante largometraje de talla mundial o una telenovela narco de al menos 4O capítulos, muy superior a las peripecias de Alí Babá en Las mil y una noches.

Ambos sórdidos episodios protagonizados desde Miraflores por la pareja presidencial venezolana no tiene precedentes en la historia de nuestro país, y dificulto que lo tenga en el mundo contemporáneo. Son muestras recientes (2022) de la tesitura ética y moral de Maduro como Presidente de la República. (Lo de Nicolás Maduro Guerra y su riqueza, queda para otra oportunidad)

En el caso de Jorge Rodríguez, simple y llanamente, “se pasó de maraca” en sus alabanzas a Maduro como supuesto adalid de la lucha contra la corrupción en Venezuela (¿y en el mundo, Jorge?). Desde la Presidencia de la Asamblea Nacional, pronunció una de sus más grandes y graves mentiras, un insulto a la dignidad nacional y al verdadero dolor de un pueblo empobrecido y traicionado por una caterva de ladrones y ladronas impunes que van para un cuarto de siglo saqueando a Venezuela:

“Aquí el que roba va preso. También el maldito ladrón privado que corrompió al funcionario”, espetó orondo el ex presidente del Consejo Nacional Electoral, ex Vicepresidente Ejecutivo de la República y negociador principal del Gobierno/PSUV con lo que queda del G4/PUD y el Gobierno de Estados Unidos. Al caracterizar a Hugo Chávez y Nicolás Maduro como grandes luchadores contra la corrupción no pasa de una adulancia mendaz y muy hipócrita, porque un hombre inteligente y culto como Jorge Rodríguez sabe perfectamente que entre 1999 y 2023 se han cometido en Venezuela los más grandes, asquerosos, impunes e insultantes expolios al erario desde 1810/1811. ¿Quién puede negarlo? ¿Nicolás, Cilia, Diosdado o Jorge?

En verdad, no sé quién o quiénes dirigen esta opereta bufa “contra la corrupción”, pero lo cierto es que la muerte política de Tareck El Aissami arrastró a decenas de corruptos y corruptas de PDVSA, del Poder Judicial (el más podrido de América) y de una alcaldía menor del estado Aragua. El escándalo fue premeditado, montado muy temprano el sábado 18 de marzo por una tal Policia Nacional Contra la Corrupción (PNCC) que pocos sabían que existía ¡desde 2014! Nadie (salvo sus abogados) va a defender a est@s pill@s pudrimillonarios detenidos en esta oportunidad. ¿Cuántos quedan en PDVSA y en el Sistema de Justicia? No pregunto por los saqueadores en las Gobernaciones y Alcaldías, porque es mucho pedir al tinglado de peculadores regionales y municipales de todos los “colores” politiqueros. ¿Y el Metro de Caracas? ¿El impune caso Odebrecht, y sus “aportes” secretos a las campañas presidenciales de Hugo Chávez y Enrique Capriles en 2012? De éstos y centenares de casos más, ni hablan el fiscal general Tarek William Saab ni el contralor general Elvis Amoroso (¿existe?). Tampoco, Maduro, Flores, Cabello ni Rodríguez. Están en deuda con la justicia y la dignidad nacional, y todos ellos lo saben, temerosos del futuro político inmediato que apunta a sacarlos democráticamente del poder podrido que han ejercido. El gobierno de Maduro/PSUV está de salida y sus jerarcas deben ir preparando sus cuentas de entrega para enero de 2025.

El montaje que han hecho, a propósito del ajuste intermafioso dentro del PSUV y el Gobierno, resalta la humillación de los encausados de PDVSA y sus testaferros: mientras no se sabe dónde y en qué condición se encuentra el ex ministro de Petróleo y ex presidente de PDVSA, Tarek El Aissami (padre de la criatura), a sus subalternos y compinches los muestran con bragas anaranjadas por Venezolana de Televisión, violando todos sus derechos humanos y la norma constitucional de presunción de inocencia. Los están lanzando a los leones, como en circo romano; y todo por lavarle la cara a un régimen corrompido y repudiado por la inmensa mayoría del pueblo venezolano, precisamente por sus fechorías, su indignidad y la actitud pendenciera y descarada de sus más conspicuos representantes. Ni los pendejos más pendejos se comen el cuento de esa “lucha contra la corrupción” psuvista.

Notas: 

(1) Influyente sobrino de Maduro mantuvo esquema de corrupción que atribuyen a ex zar de Petróleo

(2) ¿Quiénes son los sobrinos de Nicolás Maduro y Cilia Flores liberados por Joe Biden?

EE UU intercambia a los sobrinos de Cilia Flores condenados por narcotráfico por siete estadounidenses detenidos en Venezuela

 

Traducción »