En la oscuridad sólo prospera el vicio y las malas costumbres; algo así decía el Libertador, como lo estamos viendo en este caso del defenestrado Tarek El Aissami; porque la verdad es que aquí estamos frente a una típica purga stalinista, y digo stalinista porque sólo se produce en regímenes totalitarios, y en donde hay mucho de oscuridad; en el sentido de que, por ejemplo, en la China de Mao Zedong se hablaba de “una revolución cultural”: nuevos hombres, nuevos procedimientos, nuevos ideales, y en esta caída de El Aissami, de una “lucha bolivariana contra la corrupción”, y entonces viene al caso el famoso Decreto del Libertador; donde condenaba a muerte a todo aquél acusado de corrupto, y lo que les queda muy truculento; puesto que la opinión pública está muy avisada frente a esta especies de escenas teatrales del régimen de Nicolás Maduro, que tiene a la mentira como una política de Estado. Además, porque se ve: al día de hoy se habla de más de 200 allanamientos; detenidos, incluso, que se muestran esposados, para que se vea que la cosa va en serio; fugados, como el propio El Aissami, que se corrió que está en Siria; porque los hechos de corrupción no se dan sino entre cenáculos; allí no hay para más nadie; es decir, no puede ser que 200 personas estén implicadas en el robo de tres mil millones de dólares; aun cuando hay que reconocer que, en efecto, allí entra gente que estaba en el poder; empezando por el señor Hugbel Roa Caruci; aquel diputado que se hizo famoso, porque le lanzó un micrófono a un homólogo suyo en una sesión de la Asamblea Nacional; flamante el tercio, todo un petimetre: con camisas de marcas, en cuyas mangas brillaban las yuntas de oro, y de quien vienen a relucir historias muy turbulentas, que tienen que ver con su vida privada, pero que rayan en lo escandaloso (dicho por el propio Nicolás Maduro: orgías en el Country Club); lo mismo que el ex superintendente de Criptoactivos Joselit Ramírez; a continuación, gobernadores, alcaldes, jueces, empresarios; muchos de los cuales hicieron las de El Aissami, y quién sabe dónde estarán por el momento.
En ese sentido, se señala que la policía disparó contra una avioneta, que intentaba despegar desde Maiquetía con varios de los perseguidos por el régimen, dentro de lo que se ha dado en llamar la trama de El Aissami, y aquí entra la otra parte, que es precisamente la existencia de dicha trama. Yo recuerdo que había un profesor en la Escuela de Estudios Políticos de la UCV, en mi época de estudiante universitario, que le recomendaba a los alumnos, que leyeran el famoso clásico de la literatura estadounidense de Mario Puzo El Padrino, y donde se reflejaba ese tipo de tramas de micropoderes, que llegan a constituir un Estado dentro del Estado, y las conjuras que se suceden por la eliminación de unos por otros; guerras de mafias que, como se observa en dicha obra de Puzo, exceden la capacidad de la seguridad de un Estado; precisamente, porque operan en la oscuridad; constituyendo un enemigo oculto, que se abre paso a través de sobornos, chantajes y asesinatos. A colación vino a salir por estos días la acusación, que formalizó El Aissami contra Rafael Ramírez ante los tribunales competentes por hechos de corrupción en Pdvsa, que fue el último golpe que dio, para transformarse en “el rey del petróleo”, y Nicolás Maduro depositara toda su confianza en él. ¿Estaba en capacidad de darle ahora un golpe a éste, y alzarse con el poder en 2024? He allí por donde comienza una de las conjeturas, que se hacen en torno a su caso: planeaba entregar a Maduro a los servicios secretos de los EEUU; aun cuando esta versión hace pensar que luce raro, que un hombre como El Aissami haya llegado a entendimientos con los agentes del servicio secreto de EEUU; para tal objetivo, tomando en cuenta que se trata de uno de los representantes en Venezuela y en la América Latina del fundamentalismo islámico; vinculado a sectores terroristas; a quien se le acusa de haber otorgado pasaportes a agentes de dicho fundamentalismo; cuando pasó por la Dirección de Identificación y Extranjería, y pesa sobre él la recompensa por 10 millones de dólares por su persona, además, que ofrece la justicia estadounidense; cuando más bien se ha sostenido la tesis de que, precisamente, una de las condiciones que puso EEUU, para el desarrollo de las negociaciones, que se sostienen en privado con el gobierno de Maduro, para el regreso de las inversiones petroleras al país, era la salida de este señor de Pdvsa; aun cuando uno diría que tampoco era para que se produjera una purga de tal magnitud.
Que tampoco explicaría la otra versión que circula, de que se trata de un ajuste de cuentas de Raúl Castro y Ramiro Valdez, quienes le hicieron ver al gobierno, que este hombre les estaba dando chucuta la remesa de barriles de petróleo, que Venezuela le entrega a Cuba, diariamente, es decir suena ilógico que una solicitud de esta naturaleza vaya a desatar una persecución tan masiva; que lo deja a uno asombrado; además de todo lo que va saliendo en lo que se refiere a las propiedades, de la gente que va cayendo: autos, avionetas; que han incautado, pues tómese en cuenta que, según el otrora “Rey del Petróleo”, Rafael Ramírez, a partir de la llegada de El Aissami a Pdvsa se han birlado más de 20 mil millones de dólares; que era lo que decía Jorge Giordani en el 2013, que la mafia enquistada en el entonces Cadivi se había robado en dicho mercado cambiario; por supuesto, sin que dijera nombres, y que es lo muestra que no es por hechos de corrupción, solamente, por lo que se persigue a la mafia de El Aissami; si se toma en cuenta que tanto en esa época de Giordani no apareció nunca el dinero; como tampoco va a aparecer ahora. Incluso, también se ha dicho lo contrario; que Cilia Flores estaba maquinando los factores en el juego, para entregar a El Aissami a la justicia estadounidense, a cambio de Alex Saab “El Diplomático”. Es decir, una enorme oscuridad rodea este caso.