En un trabajo exclusivo, divulgado el martes 21 de marzo próximo pasado, con relación al desfalco en Pdvsa, la agencia Reuters indica que las cuentas por cobrar ascienden a por lo menos 21.200 millones de dólares, pues de un total de 25.270 millones de dólares en exportaciones de petróleo desde enero de 2020, Pdvsa solo pudo confirmar la recepción de 4.080 millones en pagos, por lo que el nuevo jefe de Pdvsa, Pedro Tellechea, congeló los contratos de suministro y detuvo los cargamentos impagos. Según el reporte de la agencia, eso significó que solo se ha logrado cobrar 16% de las exportaciones y que hay 3.600 millones de dólares en facturas “potencialmente irrecuperables”.
Un día antes de la publicación del trabajo de la agencia Reuters, Tareck el Aissami renuncia al cargo de ministro de Petróleo, que ocupaba desde abril de 2020, y en un tuit expresa: “En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en Pdvsa, he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso”. En su editorial –“La caída de Tareck “-del 21-03-2023, El Nacional comenta: “Abogado y criminólogo, el ministro renunciante carecía de la preparación y competencia indispensable para estar al frente de la industria petrolera, a la que accedió como parte de los reacomodos de los grupos en el poder, que ahora pasaron su factura y descabezaron a El Aissami y sus allegados. En un sainete propio de las dictaduras, que operan sin control político y desconocen la obligación de rendir cuentas, el partido oficial y los voceros del régimen se rasgaron las vestiduras en defensa de la ‘probidad revolucionaria”.
Es muy ilustrativa la reflexión de Emiro Rotundo Paúl sobre la magnitud de la corrupción del chavo-madurismo: “…Los dineros extraídos de Pdvsa, desde que ella dejó de ser una empresa modelo para convertirse en una entidad ‘roja rojita’ con Rafael Ramírez y el presidente Chávez, que circulan por los principales mercados financieros del mundo, son de una dimensión oceánica. Toda esa corrupción acumulada representa, en términos de oportunidades y recursos humanos y materiales perdidos a lo largo de la administración chavista, todo un país, toda una Venezuela posible que se disipó, derrochó y defraudó, la cual solo podemos imaginar medianamente dadas sus dimensiones. Esta experiencia nuestra, que bate todos los récords, pasará a la historia como un caso especial de estudio para los economistas, sociólogos, historiadores, politólogos y pensadores del futuro… Los dineros desfalcados cuyos montos se mencionan en esta arremetida anticorrupción, comparados con el total de lo escamoteado a lo largo de todo el proceso de la ‘revolución bolivariana’, resultan ‘pelillos a la mar’ en el sentido de que representan una ínfima parte del conjunto de las pérdidas de la nación”.
Ahora bien, ¿dónde está Tareck el Aissami? Su entorno más cercano parece estar encarcelado, pero a él, como jefe del clan, no se le enjuicia, y, se dice, que está alojado en una de las confortables viviendas que el régimen construyó en Fuerte Tiuna para sus capitostes, aunque estos estén en desgracia.
Antes de que la devastación Chávez/Maduro cayera sobre Pdvsa, dejemos que José Toro Hardy, economista conocedor a fondo de la materia petrolera, sea el que nos la diga: “Para 1998, cuando el presidente Chávez accede al poder, Pdvsa tenía un potencial de producción petrolera del orden de 3,7 millones de barriles diarios… Las ventas de nuestra casa matriz petrolera eran del orden de los 35.000 millones de dólares (a pesar de que el precio del barril era de unos 12 dólares)… La capacidad de nuestras refinerías, aquí o en otros países, se acercaba a los 3 millones de barriles diarios… La producción petroquímica de Pequiven (filial de Pdvsa) era de 4,1 millones de toneladas por año… La producción de carbón alcanzaba a 5,1 millones de toneladas por año y estábamos produciendo casi 5 millones de toneladas año de orimulsión (hoy abandonada)… Venezuela era propietaria, total o parcialmente, de más de 20 refinerías en el mundo… La capacidad interna de refinación de Pdvsa alcanzaba a 1,3 millones de barriles diarios y abastecíamos no solo el mercado interno, sino que exportábamos a todo el Caribe… Nuestra capacidad de refinación, en Venezuela y en el exterior, se acercaba a los 3 millones de barriles diarios (1,3 millones de b/d en Venezuela, 950.000 b/d en Estados Unidos, 265.000 b/d en Europa y casi 600.000 b/d en el Caribe.
¿Cómo hemos hecho para destruir ese emporio en tan poco tiempo? Hoy somos nada más que un productor marginal de petróleo y un exportador insignificante. Ya no somos capaces de abastecer ni siquiera nuestro deprimido mercado interno de gasolina y dependemos de que unos tanqueros iraníes, con los transponders apagados, lleguen subrepticiamente al país.