El Departamento de Justicia del gobierno de Estados Unidos ha logrado reconstruir la génesis del grupo criminal conocido como “Los Chapitos”, integrado por cuatro hijos del narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo”, preso en Nueva York sentenciado a cadena perpetua: Iván y Jesús Guzmán Salazar, y sus medios hermanos Joaquín y Ovidio Guzmán López.
Según los documentos judiciales a los que tuve acceso, y que forman parte de la acusación criminal contra los cuatro hermanos abierta en la Corte de Distrito Sur de Nueva York y en la Corte de Distrito Norte de Illinois, el póker infernal es actualmente la facción más poderosa dentro del Cartel de Sinaloa, logrando superar el poder de Ismael “El Mayo” Zambada, quien había ostentado esa posición durante las últimas décadas.
Más allá de los delitos que se imputa al cuarteto, lo que más me llamó la atención es la reconstrucción de hechos realizada por el Departamento de Justicia en la que deja claro que el reino criminal de Los Chapitos creció exponencialmente de 2019 a 2021, lo cual coincide con el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
De acuerdo al documento, ese nivel de poder Los Chapitos lo han alcanzado a través de la violencia y la corrupción. “El Cártel también depende de la corrupción y los pagos de sobornos para proteger las rutas de tráfico de chapitos, proteger a los miembros del cartel y ayudar a que los miembros del cartel eviten ser detectados y arrestados”, se afirma.
AMLO no solo ha tenido la política pública de “abrazos y no balazos” hacia los carteles de la droga en general, sino que en particular hay gestos de simpatía o debilidad hacia miembros de la familia de los Guzmán, como Consuelo Loera, madre de El Chapo y abuela de “Los Chapitos”. Y con el propio Ovidio, quien aunque fue detenido exitosamente en 2019, el propio AMLO ordenó su liberación y con esto contribuyó a fortalecer al grupo criminal.
Y mientras el Presidente de México sigue sin extraditar a Ovidio, detenido a inicios de 2023 con ayuda de la agencia antidrogas DEA; el 14 de abril pasado el gobierno de Estados Unidos declaró tácitamente una guerra en contra de “Los Chapitos”. Se anunciaron nuevos cargos criminales y ordenes de aprehensión contra los cuatro hermanos y más de 20 miembros del grupo, y se duplicó de 5 a 10 millones de dólares la recompensa ofrecida a quien de información sobre el paradero de Iván y Alfredo.
Nace un imperio
El Cartel de Sinaloa estuvo integrado por Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, quien operaba su propia facción al lado de la facción lidereada por Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza Moreno alias “El Azul”, señala la acusación criminal abierta en NY. Se afirma que aún después de la captura de “El Chapo” en 2014 “las tres facciones permanecieron estables”.
Cuando “El Chapo” aún estaba en prisión, “los miembros más importantes del Cartel se reunieron en el rancho de Iván Archivaldo Guzmán Salazar para discutir el futuro del Cartel. Acudieron los líderes de las distintas facciones del Cartel, incluyendo quienes aparentemente eran leales a “El Chapo” y tres de sus hijos. Durante la reunión Los Chapitos y los líderes de las principales facciones del cartel discutieron el futuro de la organización y se asignó el control sobre las diversas regiones de México a los presentes”.
No fue específicamente la nueva detención de “El Chapo” en 2016 ni su extradición a Estados Unidos lo que cambió drásticamente el equilibrio de fuerzas, sino que, de acuerdo a la reconstrucción hecha por el Departamento de Justicia, fue el llamado Culiacanazo: el operativo realizado en octubre de 2019 cuando el ejército, apoyado por la DEA, detuvo a Ovidio Guzmán en Culiacán, capital de Sinaloa; pero fue liberado ese mismo día por órdenes directas de López Obrador argumentando que todas las fuerzas del orden habían sido superadas por “Los Chapitos”.
El documento judicial que estoy citando afirma que en el Culiacanazo “Los Chapitos” convocaron a toda su fuerza armada para rodear la ciudad pero que al llamado no acudieron las otras facciones del cartel porque ahora estaba ausente “El Chapo”. Es decir que no los ayudó “El Mayo” Zambada.
Como consecuencia de eso, “las alianzas entre las facciones dentro del cártel se fracturaron y se produjeron luchas internas”. De acuerdo con el expediente, de esta fractura “Los Chapitos” y sus seguidores emergieron como la más grande y poderosa facción del Cartel, utilizando la violencia extrema y la corrupción pagando sobornos a autoridades en México.
Póker de reyes
Ovidio, alias “Ratón”, a quien identifican como el más joven de los cuatro hermanos, en 2014 fue el pionero de la familia en instalar el primer laboratorio de fentanilo en Sinaloa y ha sido encargado de supervisar “la explosión del tráfico de fentanilo y sus ganancias”.
En mayo de 2022, durante una reunión con miembros del Cartel, Ovidio dijo que era consciente de que usuarios de fentanilo podrían morir si la mezcla es un poco errónea. “De hecho, muchos cocineros del Cartel empleados para fabricar el fentanilo han muerto por hacer un test al producto”, se afirma en el documento.
Iván, el mayor de “Los Chapitos”, alias “Luis” o “Tocayo”, es el que lidera el aparato de seguridad. Se afirma que él es quien da órdenes a los grupos de sicarios y ha ordenado o directamente perpetrado actos de violencia, secuestros y asesinatos contra narcotraficantes rivales y oficiales de las fuerzas del orden. Iván ha dicho a sus asociados que el Cartel busca inundar Estados unidos con fentanilo para que hayan “calles de drogadictos”.
Por su parte Alfredo, “Alfredillo”, junto con su hermano Iván, también se hace cargo del aparato se seguridad y es el mayor traficante de fentanilo y de precursores para producir el fentanilo. Se afirma que es él quien organiza el embarque y tráfico de precursores para fabricar fentanilo de China hasta el aeropuerto de la Ciudad de México. También ha participado en la tortura de traficantes rivales para obtener información sobre la infiltración de otras organizaciones dentro del grupo de “Los Chapitos”. Al cuarto hermano Joaquín, apodado “Moreno” o “El Güero”, se le adjudican tareas de logística.
Oscar Noe Medina González alias “Panu”, es el segundo al mando de Iván y “día a día se encarga de las tareas de seguridad, supervisa a cada uno de los comandantes regionales de Los Chapitos”.
Néstor Isidro Perez Salas alias “Nini” y Jorge Humberto Figueroa Benitez alias “27” son los líderes de los sicarios. En el estado de Sinaloa, Figueroa Benítez supervisa al personal de seguridad de “Nini” y coordina las actividades de Pérez Salas en la manufactura y tráfico de fentanilo.
Pérez Salas y Figueroa Benítez son los lideres y comandantes del grupo de sicarios conocidos como “Ninis” un grupo “particularmente violento responsable de la seguridad personal de Los Chapitos”. Se afirma que los “Ninis” reciben entrenamiento de tipo militar en diversos tópicos de combate, incluyendo “guerra urbana, armas y tácticas especiales, y habilidades de francotiradores”. “Los ‘Ninis’ secuestran, torturan y asesinan a todo aquel que se oponga a Los Chapitos”.
Se afirma que los “Ninis” llevan al rancho de Iván localizado en Navolato, Sinaloa, a las personas que detienen, ya sean rivales, trabajadores leales a otras facciones del Cartel u oficiales que se niegan a trabajar para ellos. Generalmente son interrogados bajo tortura, asesinados con un tiro o en ocasiones incluso vivos o muertos los ocupan para alimentar a los tigres que tiene Iván y Alfredo como mascotas en sus ranchos.
En Sinaloa gobiernan y en CDMX crecen
El documento judicial de NY asegura que hoy por hoy el Cartel de Sinaloa es la organización de tráfico de drogaspredominante en el hemisferio Occidental. Se le atribuye ser el principal responsable de la producción y tráfico masivo de fentanilo a Estados Unidos. De 2019 a 2021 la muerte por sobredosis creció en ese país el 94 por ciento. “Tiene la más grande operación internacional que ninguna otra organización de tráfico de drogas”. “Bajo el liderazgo de ‘Los Chapitos’, el cártel ha logrado el control total de toda la actividad del narcotráfico en muchas partes de México”.
El estado de Sinaloa es la sede de su imperio. En Culiacán y en “muchas otras partes de Sinaloa”, asegura el documento, ” ‘Los Chapitos’ exigen a la población pago de impuestos, no solo para dar permiso de traficar droga en su territorio, pero también para distribuir productos de consumo masivo como cerveza, papel de baño y aparatos electrónicos. Las armas de fuego son portadas abiertamente durante el día en la ciudad por los traficantes y sicarios leales a ‘Los Chapitos’ ”.
Desde los últimos dos años he venido escribiendo en esta columna que el actual gobernador de Sinaloa, amigo de AMLO, miembro del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Rubén Rocha Moya pudo llegar a ganar las elecciones de 2021 gracias al beneplácito de Ismael El Mayo Zambada, quien encabeza la otra facción del Cartel de Sinaloa, y “Los Chapitos”.
Aquí describí las reuniones que se tuvieron con los hijos de El Chapo y Aureliano Guzmán López, una de ellas en la casa de Consuelo López, la mujer que el Presidente saludó de mano en pleno lockdown durante la pandemia Covid-19. En dichas reuniones en las cuales se comprometieron hacer proselitismo a favor de Rocha Moya, sino también a movilizar a sus tropas el día de la elección como al final ocurrió.
Otro lugar donde “Los Chapitos” han crecido en los últimos años y le resulta muy redituable por la cantidad de consumidores es la Ciudad de México, gobernada por Claudia Sheinbaum, quien hasta ahora es la candidata de MORENA mejor posicionada para relevar a AMLO en 2024.
“Ovidio estableció un puesto de avanzada en la Ciudad de México donde los traficantes de heroína pueden ir a comprar fentanilo para mezclarlo con la heroína. ‘Cortar’ su producto con fentanilo ha permitido a los traficantes de heroína del Cartel mantener su base de clientes, pero aumenta sustancialmente el riesgo de sobredosis y muerte”, se afirma en el expediente.
Alianzas estratégicas
Se afirma que así como “Los Chapitos” utilizan la corrupción para comprar lealtades dentro de las autoridades, también son pragmáticos. Se asegura que han hecho alianzas en Coahuila con el Cartel del Golfo, otrora enemigo. Y en Ciudad Juárez con la banda “Artistas Asesinos”. El documento judicial afirma que en Estados Unidos una píldora de fentanilo puede costar desde cincuenta centavos hasta tres dólares. Eso genera a “Los Chapitos” ganancias hipermillonarias.
De acuerdo a la información obtenida por un informante del Departamento de Justicia, que era parte de “Los Chapitos” y luego accedió a cooperar en ese país, se pudo conocer a fondo sus operaciones en los últimos dos años. El informante identificado como “CCI” asistió al lavado de más de 24 millones de dólares que pertenecían solo a Ovidio, de éste dinero presencio el envió de 9 millones de dólares en efectivo a México. Y hubo por lo menos otros tres colaboradores que estuvieron presentes en reuniones y operaciones del clan criminal.
En al menos tres ocasiones en el documento se asegura que “Los Chapitos” utilizan la corrupción y el pago de sobornos a autoridades para mantener la seguridad de sus operaciones y liderazgo. Para AMLO esto debería ser una señal de alerta.
Así como el imperio de “El Chapo” tuvo su época de oro en el gobierno de Vicente Fox, Felipe Calderón gracias a la complicidad del secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna y otros miembros del aparato de Estado, ahora el imperio de sus hijos florece durante el gobierno de López Obrador. Es imposible no hacer la pregunta ¿Quién los protege? ¿Por qué? ¿Le preocupa a AMLO lo que la DEA pudo conocer durante la infiltración a “Los Chapitos”?
Si el actual Presidente no ha comprendido nada de la lección que dejó el juicio contra García Luna, alguien debería decirle que si no se revierte la protección a “Los Chapitos” alguien de su gobierno o él mismo podría ser en un futuro no muy lejano quien esté en el banquillo de los acusados en alguna corte de Estados Unidos.